Centro de El Cairo hierve por protesta opositora

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A ratos claustrofóbica, por la imposibilidad de evadir una masa compacta de personas, la Plaza Tahrir hierve hoy por la protesta contra una Declaración Constitucional del presidente egipcio, Mohamed Morsi, que lo inviste de poderes excepcionales.
La concentración estaba convocada desde mediados de la semana pasada para mostrar la oposición a lo que partidos laicos y de la izquierda consideran el carácter demasiado islámico del proyecto de Constitución que redacta la Asamblea Constituyente.

Pero desde el viernes el objetivo cambió: ahora se trata de impugnar la decisión del mandatario de asumir facultades que lo ponen por encima de los poderes Legislativo y Judicial y hace sus decretos irreversibles.

"El presidente se ha puesto por encima de la ley, por encima de todos los egipcios, por eso vine a protestar", dijo a Prensa Latina Muna Savaghi, una doctora en Medicina de 32 años en el puente Qasr el Aini, que une a la isla de Zamalek con el centro de la capital.

Desde ese viaducto los casi 500 metros que median hasta la famosa plaza están colmados por miles de personas que portan banderas y carteles más o menos bien elaborados todos para expresar oposición a la Declaración Constitucional del mandatario.

El ambiente en Tahrir es eléctrizante: miles de personas están concentradas en una atmósfera en la cual aún se percibe el punzante olor de los gases lacrimógenos disparados por las fuerzas de seguridad durante los más de seis días de choques con manifestantes en las calles Mohamed Mahmoud y Simón Bolívar.

Tales acciones han costado la vida a dos adolescentes y heridas a medios millar de personas, según reportes dispersos.

En una pancarta gigante colgada en la entrada de la calle Mohamed Mahmoud se advierte: Mamnoua dajul al Ikjuan (prohíbida la entrada a la hermandad, en árabe) en alusión a la Hermandad Musulmana (HM), la organización islamista cuyo Partido Libertad y Justicia llevó a Morsi a la presidencia en los comicios de mayo y junio pasados.

Adam Mahmoud, un corredor de Bolsa, es acerbo: "La Hermandad sólo piensa en sus objetivos: comen con los lobos y lloran con las ovejas. Quieren hacernos retroceder mil años, casar niñas de nueve años, algo que el Profeta (Mahoma) nunca habría permitido", sentencia airado.

La concentración opositora transcurre en tranquilidad, sin presencia policial visible y después que la HM cancelara una marcha de apoyo al presidente "para evitar choques", según el anuncio.

De su lado, las autoridades se han mantenido alejadas del epicentro de las protestas y la única presencia oficial son siete ambulancias en la calle Omar Makram, que parte de la plaza. Nadie sabe ahora hasta cuándo se prolongará la protesta ni la sentada que comenzó el pasado fin de semana y mantienen copadas las islas que dividen en varios segmentos a la Plaza Tahrir, notoria desde el año pasado cuando miles de pÿrsonas demandaron, y consiguieron, la renuncia del ex presidente Hosni Mubarak.

Lo único evidente, aquí y ahora, es que existe una brecha entre partidarios y opositores del presidente Morsi y, lo que parece peor, que tiende a agigantarse.


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