Eleazar Díaz Rangel
Precisamente el 5 de marzo, a pocas horas de la muerte física del presidente Chávez, el vicepresidente Nicolás Maduro y el canciller Elías Jaua, anunciaron la expulsión del coronel de la Fuerza Aérea estadounidense, David Del Mónaco; y de otro oficial, Debling Costal, ambos de la Agregaduría Aérea de la misión militar de ese país, por sus contactos con oficiales de la Fanb para "conspirar contra el Gobierno". Los oficiales venezolanos con quienes habían hecho contacto dieron el parte a sus superiores y fue así como se procedió a darles 24 horas para abandonar Venezuela.
Como era lógico, en el alto Gobierno y en la opinión pública, hay razones para preguntarse cómo era posible que cuando ambos países habían expresado el interés en normalizar las relaciones y el MRE había escogido a un experto diplomático como Roy Chaderton para iniciar esas conversaciones, simultáneamente adelantaban esa grosera intromisión con propósitos desestabilizadores. Ese acercamiento lo suspendió EEUU -según vocero oficial- porque habrá nuevas elecciones en Venezuela, como si esperaran la victoria de la oposición y que todo puede cambiar. ¡Cómo siguen equivocándose! No ver que el triunfo ahora será de mayores proporciones, hasta el grado que hubo opositores que opinan que no deben cargar con otra derrota.
No era fácil de comprender esa simultaneidad de acciones contradictorias, pero quienes han seguido lo que son las relaciones de Washington, su política exterior, observarán como a menudo tiene expresiones opuestas de sus halcones y de sus palomas. Vean si no. En 1948, el agregado militar de EEUU en Venezuela, coronel Lubberman, fue sustituido a petición del embajador por sus nexos con los oficiales de las FAN que ya conspiraban contra el gobierno del presidente Rómulo Gallegos; de poco sirvió alejarlo de Venezuela, porque su sustituto, el también coronel E. F. Adams, persistió en su subrepticia labor, hasta el grado que el embajador Walter Donnelly debió reunir a su personal diplomático el 23 de noviembre y les advirtió que debían abstenerse durante esos días de hacer contactos con funcionarios venezolanos "u otras personas que estuvieran involucradas en la crisis".
¿Qué hizo el coronel Adams? Al día siguiente, el día del golpe, se fue a Miraflores donde almorzó con oficiales de la Casa Militar y se reunió con el teniente coronel Carlos Delgado Chalbaud, lo cual hizo que el expulsado presidente Gallegos, una vez que días después llegó a La Habana, denunciara la injerencia militar de EEUU en el golpe que lo derrocó. En los días siguientes hubo una tendencia por demorar el reconocimiento, y otra, de la Misión Militar, por acelerarlo. Donnelly pidió sacar al coronel Adams, lo que hicieron en marzo de 1949. Como se ve, se trataba de dos líneas de acción, simultáneas y posiblemente independientes una de otra, la del Departamento de Estado y la del Departamento de Guerra.
Ambos incidentes pueden explicarse por la permanente presencia de halcones y palomas en la política exterior de EEUU. Ahora cabe formularse dos preguntas: ¿las gestiones de esos oficiales eran exclusivas de la Agregaduría Aérea, o los agregados del Ejército y de la Armada tenían similares instrucciones que igualmente han tratado de cumplir?
Es difícil suponer que fue una iniciativa de la Fuerza Aérea. Y la otra: ¿los oficiales venezolanos que fueron "tocados" por Del Mónaco y Costal, y que denunciaron tales intentos, fueron los únicos a quienes se han acercado, o hubo algunos que pudieron mostrarse receptivos y han permanecido callados? ¿Pudo ocurrir?
Pueblo soberano y partido
Muchos de ustedes debieron escuchar las opiniones de centenares de las personas entrevistadas por televisión, desde el día del traslado de los restos del Hospital Militar a la Academia Militar, y se habrán dado cuenta de que junto al sentimiento y amor que expresaban, reflejaban un grado de conciencia que nunca antes tuvo el pueblo venezolano. Es quizás expresión del más importante cambio habido en los últimos años porque ese pueblo se transformó en el pueblo soberano, como lo llamó Chávez.
No sé si ese tan alto grado de conciencia tenga una expresión debidamente organizada que, en todo caso, será más fácil de alcanzar. Y no sé si quienes antes lo vieron como una chusma de alpargatudos, aguardentosos, que marchaban obligados, seguirán teniendo la misma opinión. No se equivoquen, les advirtieron muchas de esas voces, conscientes de lo que ahora son, de su fuerza y de su compromiso con los sueños de Chávez, con todo lo que les enseñó el líder y de hacer cumplir el Plan de la Patria.
No sé si los dirigentes del Psuv se dieron cuenta de que durante las expresiones escuchadas durante los dos primeros días, incluidas las del compromiso de ganar las elecciones con Nicolás Maduro, no hubo referencia al partido. Es una de las tareas pendientes, transformarlo de un aparato electoral, en lo que realmente debe ser: un partido imbricado en todo el tejido social para defender y hacer avanzar la revolución bolivariana. Será un instrumento fundamental para cumplir las enormes y complejas tareas que su dirección tiene por delante. Deben dirigirlo con sabiduría para preservar y reforzar la unidad, afrontar cualquier tendencia sectaria o secesionista y, sobre todo, estar en armonía con cuanto espera ese pueblo que despertó, se hizo soberano y continúa manifestándose al lado de su maestro y líder.
Presentía el desenlace
El Gobierno de Cuba y voceros del alto Gobierno venezolano se adelantaron a las intrigas que pretenderán introducir sobre el tratamiento y los cuidados aplicados al presidente Chávez en el Cimeq, en La Habana, y en el Hospital Militar. Quienes en alguna circunstancia hemos estado al cuidado de médicos y enfermeras cubanos sabemos de la abnegación con sus pacientes. La declaración del Gobierno de Cuba al hablar del Presidente destaca: "Su heroica y denodada lucha contra la muerte es un insuperable ejemplo de firmeza. La admirable entrega de sus médicos y enfermeras es una proeza de humanismo y consagración"; en términos similares ha sido el agradecimiento del alto Gobierno. Ese mismo documento cubano dice: "El regreso del Presidente a la Patria venezolana, que tanto quiso, cambió la historia. 'Tenemos Patria', exclamó Chávez con emoción el pasado 8 de diciembre y regresó a ella para afrontar los mayores riesgos que imponía la enfermedad". Lo que relató Maduro el viernes ante la Asamblea Nacional, ya como Presidente encargado, hace suponer que el Mandatario temía que podía morir en la última operación, por eso les preguntó: "¿Qué harán ustedes cuando yo me muera?", y quiso venir a Caracas para decir lo que dijo el 8 de diciembre; quizás ese mismo presentimiento lo llevó a pedir que lo trajeran para morir en su patria, junto al pueblo soberano por el que dio todo, su vida incluida.
aporrea / Escuela Bolivariana del Poder Popular
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