Wasim Abousaid Analista popular
A través de los tiempos, toda persona que ha tenido la idea de hacer justicia y cambios socio económicos en el mundo, por esa misma condición pasaba a ser un objetivo a ser eliminado por los grandes imperios, acostumbrados a controlar, dominar y manipular a la humanidad.
La historia claramente nos lo demuestra. Personas como Yaser Arafat, presidente de la OLP, que hizo un tratado de paz firmado por Bill Clinton y le dio la mano Isaac Rabin en el año 1995, fue contaminado con una partícula radioactiva llamada Polonio 210, que le causó una extraña muerte en pocos meses.
Rabin también fue asesinado por un adolescente israelí por solamente darle la mano a Yaser Arafat.
Pasando a otro caso, Muamar El Gadafi, líder de África, tenía la idea de crear una moneda con la cual se hicieran transacciones en su continente africano. Fue asesinado vilmente con otro método, gracias a la manipulación mediática o guerra de cuarta generación.
Nuestro Comandante Presidente Chávez también tuvo la maravillosa idea de crear el Sucre, una moneda que actualmente es virtual, pero cuyo proyecto es que se convirtiera en una moneda real que tuviera alcance intercontinental y llegara incluso a cotizar el negocio petrolero mundial de la OPEP, representando un riesgo para el dólar, siendo la figura de Chávez otro objetivo más a eliminar por los grandes imperios del mundo.
Es muy fácil para estos imperios “borrar” gente, haciéndose ver como si se tratara de una extraña enfermedad.
Nuestro Presidente fue contaminado hace dos años y medio con la partícula radioactiva de Polonio 210, que es del tamaño de micro gramo de azúcar y bien manipulado se puede hacer consumir por el ser humano de cualquier forma, en bebida, comida, etc.
La partícula del Polonio 210 está comprobado que produce alteraciones importantes en el cuerpo humano, daños irreversibles que comienzan a pocas semanas de ser ingerida.
Recordamos hace dos años el viaje en muletas que realizó Chávez a La Habana, donde fue internado por más de 20 días (ya recién estaba contaminado) y científicos rusos y cubanos comprobaron que fue contaminado con Polonio 210 y él preguntó: “¿Quién me lo hizo?”, una interrogante que apunta como respuesta hacia los grandes imperios y que demuestra lo vulnerable que puede ser cualquier ser humano a una contaminación radioactiva de esta índole.
La avanzada medicina cubana pudo extenderle la vida a nuestro Comandante Presidente, pero los daños que tenía ya eran irreversibles.
Apreciando la calidad humana y característico espíritu sublime y superlativo de nuestro Presidente, sabiendo él de la gravedad de lo que padecía y que había sido contaminado, mantuvo siempre en discreción su estado de salud, ya que hubiera podido generar violencia y venganza, algo que nunca quiso pues su objetivo era crear un país de paz, amor, armonía y solidaridad entre hermanos.
Chávez fue promotor de un mundo multipolar. No era un secreto su disgusto con el sionismo mundial ya que la embajada sionista en Caracas está cerrada desde hace varios años, escuchándose últimamente muchas versiones incluso de fanáticos religiosos que aseguran que Chávez murió por castigo de Dios porque maldijo al estado sionista de Israel. Si eso fuera verdad, no existiría en la faz de la tierra un solo árabe porque no hay árabe de verdad que alguna vez en su vida no haya maldicho al estado sionista de Israel.
Chávez parecía de otra dimensión y cada vez que aparecía en público exponía su vida, y terminó siendo víctima de un magnicidio. Pero los grandes imperios del mundo pensaron que desapareciéndole físicamente se iba a acabar su historia y su proyecto. Nunca tomaron en cuenta que ya Chávez no era sólo él. Que su pensamiento y su obra había trascendido a todo un pueblo, el cual demostrará el próximo 14 de abril que “Chávez vive y la lucha sigue”, haciéndose realidad la que en vida fue su voluntad.
aporrea.org / Escuela Bolivariana del Poder Popular
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