Los más preciados secretos militares de Estados Unidos llevaban años expuestos a la curiosidad de China. Los piratas informáticos al servicio del gigante asiático aprovechan desde hace años las fallas de seguridad de los bancos de datos del Pentágono y muchos de sus contratistas para robar códigos de programación y copiar los secretos tecnológicos más protegidos de Washington, afirman expertos.
Esto podría significar que China no sólo está ganando la batalla cibernética a EE.UU., sino también que podría estar obteniendo ventaja importante en caso de una guerra directa entre ambas potencias, según temen expertos militares.
Por primera vez se sabe que los hackers chinos se apropiaron de detalles de diseño de una docena de sofisticados armamentos que fabrica el complejo militar industrial estadounidense y que conforman la “espina dorsal” del sistema de defensa del país para Asia, Europa y el Golfo Pérsico, según reportó ayer The Washington Post, citando un informe de la Junta de Ciencias de Defensa para el Pentágono.
Entre los artefactos comprometidos por la intromisión cibernética china se encuentra el complejo de defensa F-35 Joint Strike Fighter, considerado el sistema más caro jamás construido, a un costo de 1.400 millones de dólares. Los diseños robados también incluyen varias naves como el caza F/A-18, el V-22 Osprey, el helicóptero Black Hawk y un nuevo buque de combate especialmente diseñado para operaciones en los litorales. Asimismo, detalles para la mejora de sistemas de defensa antiaérea, como el de los misiles Patriot y el de misiles antibalísticos Aegis de la Marina, han ido a parar a manos de los piratas chinos.
Si bien los autores del informe, un grupo de asesores militares y civiles, no identifican cuándo ocurrió el robo ni su duración, y tampoco identifican a Beijing directamente, sí dejan claro su temor de que la información obtenida otorgue al ejército chino la capacidad para incapacitar el más sofisticado armamento estadounidense.
Todo parece indicar que el espionaje electrónico ha sido el camino elegido por China para acortar la distancia que la separa de EE.UU. en tecnología militar avanzada, ahorrándose miles de millones de dólares y años de investigación y desarrollo.
“Existen sospechas de que el robo de diseño del F-35 Fighter ha ayudado a China a desarrollar su versión mucho más rápido”, dijo elPost citando a un experto militar que estima que Beijing podría haber dado un salto de 25 años gracias a la apropiación de secretos.
El asunto mantiene “indignados” a los políticos y militares estadounidenses. El Pentágono presentó un informe el mes pasado en el Congreso en el que, por primera vez, acusa a China de “ser, de lejos, el país más activo en el robo de propiedad intelectual de EE.UU.”.
El país asiático se defiende diciendo que han sido ellos las víctimas de los ataques cibernéticos estadounidenses.
Para el presidente Barack Obama, la ciberseguridad se ha convertido en una obsesión, por lo que éste será un tema prioritario en su reunión con su par chino, Xi Jinping, en junio en California.
“Es un tema que hemos planteado a todos los niveles en reuniones con nuestros homólogos chinos y estoy seguro de que será un asunto a tratar”, confirmó ayer el portavoz de la Casa Blanca, Jay Carney.
Insurgente/Escuela Bolivariana del Poder Popular
@Prensa_ebpp
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