(+FOTOS) Guardianes de la historia viva y tangible

Para sanar un mal rato, alguna circunstancia adversa o para ordenar emociones y pensamientos, la Fundación para la Protección y Defensa del Patrimonio Cultural de la Alcaldía de Caracas, propone esta interesante terapia: comience en el Panteón Nacional, acérquese a los restos físicos de Simón Bolívar en el nuevo mausoleo y contágiese de energía patria; camine luego hacia el sur, por el bulevar adecuado para peatones…

Deténgase en la Casa de las Primeras Letras y toque las paredes del lugar donde Simón Rodríguez dio lecciones al niño que sería más tarde Libertador de América.

Siga por la caminería restaurada en dirección a la Plaza Bolívar de Caracas. Allí, bien podría entrar a una obra cultural en el Teatro Principal o beber un guayoyo en el Café Venezuela.

Igual, después compre algo para animar el alma en Librerías del Sur y prosiga el sendero que baja a la plaza Diego Ibarra.

Comience su libro junto al sonar de la fuente que rodea La Aguja, obra forjada por el escultor Luis Alfredo Ramírez. Si es de su parecer, entre también en la basílica Santa Teresa y conozca al famoso Nazareno de San Pablo.

“Esto no es algo que nos cayó del cielo”, apunta el presidente de la Fundación, Félix Plasencia, “es un trabajo que ha costado mucha dedicación y una gran cantidad de recursos invertidos”.

Recuperar gran parte de los edificios, casas, plazas, caminerías, jardinerías y otros espacios históricos de la capital venezolana en los últimos 10 años –1,3 millones de metros cuadrados hasta la fecha– involucra el trabajo de ciertos héroes anónimos que suelen vestir con pantalón verde, camisa caqui y boina roja. La Guardia Patrimonial de Caracas.

“NO SOMOS POLICÍAS”

Cuidar de estos espacios consagrados al disfrute, pero también a la conservación de la historia tangible, requiere una vocación especial.

“Nosotros no somos policías, no estamos armados. Estamos aquí para estar en contacto con nuestros ciudadanos y turistas, para orientar y acompañar, para hacer saber a la gente que lugares como la Casa del Vínculo (esquina de Gradillas) es una reliquia de la historia y hay que cuidarla”, describe Ada Morales, una dama de 50 años que dejó atrás las faenas administrativas de oficina para experimentar esta nueva faceta laboral en su hoja de vida.

La Guardia Patrimonial no está adscrita a la Alcaldía de Caracas, pero esa condición atraviesa en proceso de reestructuración, en obediencia a una decisión emanada del alcalde Jorge Rodríguez y a la nueva Ley Orgánica del Trabajo.

Pedro Borges, otro guardián, fue funcionario de la extinta Policía Técnica Judicial (PTJ). Hoy día es promotor de la conciencia colectiva y recreador de la historia.

En la Torreta de San Jacinto, por ejemplo, junto a la plaza homónima que se conoce como Plaza El Venezolano, libra una lucha contra la indiferencia de quienes caminan por el lugar sin saber que allí, en un pequeño monumento de granito negro, fue donde Bolívar retó a la misma naturaleza en su obsesión independentista, tras el terremoto de 1812.

“Me duele cuando un ciudadano pretende apoyar los pies en estas paredes, orinar o grafitear. Cuando los amigos manteleros (comerciantes informales) pretenden invadir la plaza. Veo gente que se interesa por saber qué pasó por aquí, pero hace falta más conciencia en muchos de nuestros compatriotas”, reflexiona.


FORMACIÓN PROFESIONAL

La Fundación para la Protección y Defensa del Patrimonio Cultural prepara a sus guardias patrimoniales para sensibilizarse con la herencia histórica.

Ahora quiere ir más allá; está preparando convenios con diversas instituciones educativas para instruirlos en idiomas, trato con el turista, historia y otras herramientas pertinentes.

El número de personas necesarias para esta tarea seguirá avanzando conforme se amplíen los metros cuadrados de patrimonio recuperado. Si alguien quisiera pertenecer a este cuerpo especial debe dirigirse a la sede de Fundapatrimonio, al lado de Café Venezuela de la Plaza Bolívar, donde será orientado al respecto.

“Igual, cada ciudadano debe defender este patrimonio con orgullo, conocerlo, como conocemos detalles de la historia de edificios históricos en Europa, en otros países. Yo siempre llamo a la conciencia, cuando veas que están dañando nuestros espacios, no esperes que venga el guardia o el policía, dile a la persona que eso está mal, porque va más allá del tema estético, ornamental, es nuestra herencia histórica”, insiste Plasencia.

Así es que estos guardianes de boina roja esperan que todos se sumen al celo por nuestra historia.

CiudadCcs/Escuela Bolivariana del Poder Popular
@Prensa_ebpp

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