Carlos Lanz Rodríguez
INTRODUCCION
En el objetivo histórico N° 5 del Plan de la Patria (2013-2019) se describe su finalidad “CONTRUBUIR CON LA PRESERVACION DE LA VIDA EN EL PLANETA Y LA SALVACION DE LA ESPECIE HUMANA”, formulando la siguiente propuesta ecológica y socialista:
“.. la República Bolivariana de Venezuela, de acuerdo con los principios éticos del socialismo, alza la bandera de una lucha necesaria para adoptar, en el ámbito nacional y en el ámbito global, un esfuerzo por cambiar el modelo de desarrollo depredador que el capitalismo le ha impuesto al mundo…”
Este nuevo modelo alternativo de desarrollo socialista requiere un rol protagónico de hombres y mujeres con los nuevos valores del vivir bien que apoyen una economía ecológica y socialmente sustentable.
Esto solo será posible desde el socialismo como única alternativa al modelo depredador capitalista que ya ha fracasado…”
“Nuestro país luchará en aquellos temas sensibles en materia ambiental en todos los ámbitos (nacional, regional y multilateral) con especial énfasis en la lucha contra el cambio climático, la transformación de los modelos de producción y de consumo insostenibles y la defensa de un nuevo modelo de desarrollo social, ecológico y socialista, como la única alternativa planetaria para garantizar la vida".
En estos párrafos encontramos las claves del desarrollo sustentable ecológicamente y socialmente:
- Cambiar el modelo de desarrollo capitalista depredador.
- Apoyar la economía ecológica y socialmente sustentable
- Transformar los modelos de producción y de consumo insostenible
- Defender un nuevo modelo de desarrollo social, ecológico y socialista
Cumplir con tales objetivos implica librar una ardua batalla teórico-ideológica, que permita responder dos escollos que han estado presentes en las luchas de liberación:
-- La separación de la lucha de los trabajadores de sus implicaciones ecológicas
-- El aislamiento de los enfoques ambientalistas separados de los combates de clase.
Hay que partir del balance teórico e histórico donde se reconoce que para cierto tipo de marxismo economicista y determinista existe primacía del desarrollo de las fuerzas productivas sobre las relaciones de producción, en consecuencia, la agenda ecológica no existe.
Al mismo tiempo, existen criterios ecológicos donde no hay explotación del trabajo ni intereses de clases, étnico o de género, que puedan incidir en la problemática ambiental.
Del mismo modo, hay enfoques que establecen un nexo entre la explotación del trabajo y la expoliación de la naturaleza, englobando tal perspectiva en el ECOSOCIALISMO
En esta última perspectiva se inscribe el lema enarbolado en las movilizaciones realizadas en el año 2009 en Seattle contra la OMC : CAMBIEMOS EL SISTEMA, NO EL CLIMA.
En tal sentido, resolver los problemas ambientales y climáticos está asociado a la supresión a la lógica del capital, la como la planteo el Cmdt. Chávez en la presentación del Plan de la Patria.
Reconociendo la importancia de este debate, es oportuno realizar una revisión de algunas premisas de la crítica de la economía de factura marxista, las cuales se convierten en cánones de interpretación que permiten superar cierto reduccionismo ambientalista, articulando el combate del cambio climático al cambio del sistema.
I.- LA LOGICA DEL CAPITAL Y LA EXPOLIACION DE LA NATURALEZA (*)
Para Carlos Marx el régimen de producción capitalista posee como objetivo básico la VALORIZACION, la cual se define como el proceso donde el capital subsume formal y realmente el trabajo. Esta supremacía de la valorización sobre el trabajo vivo en el proceso inmediato de producción, es conceptuado de diversas formas: succión de plusvalía ( trabajo no pagado ) obtención de plustrabajo, expoliación del trabajo excedente apropiado privadamente.
Para la crítica de la economía política marxista, la ganancia, no surge del esfuerzo, del ahorro, el riesgo o ingenio empresarial como sostienen los lugares comunes divulgado por los agentes ideológicos del capital, sino de la apropiación del trabajo excedente .
La subsunción formal y real del trabajo en el proceso de valorización le permite al capital no solo succionar plustrabajo o trabajo excedente en la fábrica, sino que en el actual momento histórico ha generalizado y profundizado otras subsunciones en el conjunto de la sociedad:
--Subsunción del saber en la medida que expropia y tutela el conocimiento de los trabajadores.
-- Subsunción de comportamientos disciplinarios que se interiorizan a través de normas impuesta por el sentido común y la tradición, concretada por ejemplos en las “prácticas operativas “ que aparecen como técnicas productivas que nadie pone en discusión.
-- Subsunción afectiva, imponiendo estados emocionales: alegría, rabia.
--Subsunción del hábitat y el medio ambiente, donde la depredación de los recursos naturales forma parte de la valorización del capital.
-- Subsunción de las necesidades, imposición de gustos y patrones de consumo
De esta manera, el capital como relación social global, dirige y domina al trabajo, le impone su lógica.
Por esto, la propuesta anti-capitalista pasa por asumir también una respuesta global a las anteriores subsunciones.
En nuestra perspectiva de análisis existen nexos entre la teoría del valor como explicación de la explotación capitalista del trabajo y la explotación de la naturaleza ( a la subsunción del trabajo le es correlativa la subsunción de la naturaleza ) lo que coloca las cosas en su sitio: no es posible resolver la problemática del cambio climático si no se cambia el régimen de producción. Si esta premisa la vinculamos a la crisis alimentaria, podemos también señalar “a la mercantilización del trabajo le es correlativa la mercantilización de los alimentos”.
La lógica expoliadora que subyace en la valorización del capital ( hay que recordar la diversidades de subsunciones ) puede enmarcarse en dos ejes de degradación de la naturaleza:
-- Destruye y despilfarra como “materia prima” todo tipo de recursos, renovables y no renovables, donde se incluyen los ríos, mares, bosques, flora y fauna, incluida la biodiversidad.
-- Por otro lado, contamina el ambiente: incremento de desechos tóxicos, desertificación, gases de invernadero, recalentamiento del planeta
II.-CRISIS ORGANICA DEL CAPITAL Y EL AGRONEGOCIO: EL CIRCULO PERVERSO
Hoy por hoy se ha reconocido que la crisis alimentaria es de carácter global, y como siempre, diversos organismos que asumen las experticias y las vocerías calificadas del asunto, comienzan a disfrazar la problemática o desviar la atención hacia factores que permiten evadir las responsabilidades con medias verdades .En tal sentido, encontramos organismos como la FAO, quien en la Conferencia Mundial de Roma de 2008, reconoce la crisis alimentaria, pero le da un marco explicativo a partir de los siguientes factores: Impacto del cambio climático, Emergencia de los agrocombustibles, Incremento de la capacidad de consumo en India y China, pero para nada denuncia la lógica del capital, la existencia del agronegocio y los carteles que monopolizan la producción y distribución de alimentos en el mundo.
Aquí cobra toda su relevancia el marco explicativo que esbozamos con anterioridad, relacionando el proceso valorización-acumulación capitalista con el negocio especulativo de los commoditie agrícolas.
La explosión de la burbuja hipotecaria-financiera y la quiebra subsecuente de muchas entidades condujo a que el mismo capital especulativo buscara refugio en los commoditie agrícolas, lo que ha conducido a la escasez y alza en los precios de los alimentos por las maniobras de los carteles del agronegocio, quienes controlan el circuito agroalimentario ( producción, procesamiento distribución y consumo ).
Por esto, el alza de los precios de los alimentos y su escasez relativa está íntimamente relacionado con:
* El papel de los fondos especulativos que migran del sector financiero a los activos reales, específicamente bienes agrícolas.
* El control y manejo de la bolsa agrícola.
* Las compras a futuro, donde la cosecha del actual ciclo ya a nivel de papel está monopolizada por los carteles de los agronegocios.
* Este proceso conduce a la quiebra de miles de pequeños productores y arruina la agricultura campesina, generalizándose la hambruna.
Al lado del impacto social devastador hay que agregar la destrucción de la naturaleza, la ruina de suelos, agua, aire. Aparece en estas líneas el nexo entre la valorización – acumulación del capital y su impacto ecológico, ya que al lado de la especulación con los alimentos está el deterioro ambiental, al agostamiento y contaminación del suelo, la emisión de gases de invernaderos, lo que ha conducido a cambios climáticos que ha arruinado también la producción agrícola en el mundo.
En tal sentido, la crisis alimentaria global está asociada tanto a la valorización del capital como al déficit ecológico.
III.- EL AGRONEGOCIO Y SU IMPACTO EN LA AGRICULTURA QUE HEMOS HEREDADO
La valorización del capital, la búsqueda de la máxima ganancia en el agronegocio, ha conducido históricamente a un deterioro progresivo del campo, la cual forma parte de la herencia que nos dejo la IV Republica en la agricultura de Venezuela:
- Semillas con problemas de calidad y de adaptación a las condiciones del suelo y a la adversidad del clima.
- Fallas en el control de insectos y enfermedades
- Inexistencia de sistemas de riego adecuado.
- Alta erosión y pérdida de fertilidad del suelo.
- Limitaciones en la transferencia, adaptación e innovación tecnológica.
- Monocultivo e importación indiscriminada.
- Aplicación de tecnologías inadecuadas, abuso en el empleo de agroquímicos que dañan el ambiente.
- Monopolio de las aguas y concentración de la propiedad en los suelos más fértiles y productivos.
- Roscas en los canales de procesamiento y comercialización de la producción agrícola.
- Alto nivel de desocupación y pobreza crítica.
- Envilecimiento de los precios. Los pequeños productores o conuqueros venden muy barato a los diversos Intermediarios, pero al final de la cadena de intermediación el valor de los productos agrícolas resultan caros.
Resolver los anteriores cuellos de botellas o insuficiencias estructurales que heredamos de la IV República, implica promover otro enfoque sobre desarrollo agrario sustentable en una perspectiva no capitalista, obliga a impulsar otra política en el campo, tal como está esbozado en el Plan de la Patria reseñado en la presentación:
- Cambiar el modelo de desarrollo capitalista depredador.
- Apoyar la economía ecológica y socialmente sustentable
- Transformar los modelos de producción y de consumo insostenible
- Defender un nuevo modelo de desarrollo social, ecológico y socialista.
Este enfoque inscrito en el ecosocialismo, posee las siguientes implicaciones ideológicas:
- Confrontación con las relaciones de producción capitalistas: apropiación privada del excedente, relaciones mercantiles, división social del trabajo.
- Superación del agronegocio que convierte los alimentos en mercancías. En el socialismo hay que producir bajo la tutela de los valores de uso y no de los valores de cambio, producir para satisfacer necesidades colectivas y no para lucrarse a costilla del hambre de los demás.
IV.-LA AGROECOLOGIA POLITICA COMO SUPERACION DEL AGRONEGOCIO
En el marco de la anterior concepción ecosocialista, se hace congruente impulsar la agroecología política que vincula la “armonía y el equilibrio con la naturaleza” a las relaciones de producción, a la correlación de fuerzas entre actores oponentes, a los contextos socio-históricos específicos y a determinados valores culturales, donde se incluye el gusto y la gastronomía.
Queremos indicar con ello que los principios agroecológicos no están al margen de la producción, distribución y consumo de los bienes alimentarios. De la misma forma no están separados de determinados conflictos entre sujetos sociales que pugnan por el reparto de esos bienes ( clases sociales, naciones, etnias, géneros ). Y finalmente, tal conflicto de interés no está desterritorializados, sino que ocurre en un lugar, en un determinado contexto: zonas templadas, trópico, valles, cordilleras, costa. Con todo esto queremos enfatizar que en nuestra sociedad, los “ecosistemas” están condicionados no solo por aspectos “naturales”, sino que en el régimen de producción capitalista la valorización o extorsión del trabajo, la acumulación y reproducción del capital, definen la relación con la naturaleza. Por ello, la lógica de la ganancia capitalista determina las prioridades de la inversión y producción en el campo . Por ejemplo, si la tasa de ganancia es más baja en la agricultura que en la intermediación bancaria, el flujo, de capital se dirigirá a aprovecharse de la tasa de interés. Igual ocurre con los rubros banderas, las técnicas y la aplicación de la ciencia, la imposición de determinados patrones de consumo. Para la lógica del capital poco importa la preservación del ambiente o la salud pública. Esta precisión teórico-ideológica nos debe permitir conjurar los peligros del dogmatismo y del reduccionismo, sea de tipo ecologista o cientista como la asume la tecnocracia en el campo. En este caso, planteamos vincular los cambios en las relaciones de producción capitalista con las transformaciones de la agricultura agrotóxica aplicando principios agroecológicos en el marco del desarrollo endógeno y sustentable, como soporte teórico-práctico de la soberanía alimentaria:
a.- Recuperación y preservación de la biodiversidad.
b.- Manejo integral de suelo y agua.
c.- Recuperación de variedad de semillas autóctonas y construcción de semilleros comunitarios.
d.- Empleo de abonos orgánicos y biofertilizantes.
e.- Reciclaje de nutrientes.
f.- Manejo ecológico de insectos y enfermedades.
g.- Asociación y rotación de cultivos.
V.-EL PROGRAMA “TODAS LAS MANOS A LA SIEMBRA” (PTMS) EN EL ECOSOCIALISMO
El conjunto de razones que hemos esbozado anteriormente, definen la perspectiva estratégica donde inscribimos el PTMS, por lo que hemos sostenido que no sólo se trata de sembrar unos determinados rubros, sino también sembrar valores, sembrar un nuevo modo de vida, que no sólo aspira a la armonía entre los seres humanos sino igualmente con la naturaleza. En esa perspectiva se inscriben los siguientes lineamientos:
1.- Asumir con toda su carga ideológica y técnico-productiva, la concepción en torno a una ALIMENTACIÓN SANA, SEGURA, SOBERANA Y SABROSA.
2.- Impulsar la producción de bienes alimenticios bajo la perspectiva de los valores de uso y no como mercancía.
3.- Promover el cambio en los hábitos alimenticios y en los patrones de consumo, tomando en cuenta la experiencia previa del MENU BOLIVARIANO propuesto a raíz del paro petrolero del 2002 donde se sustituyeron más de 30 productos asociados a la dieta diaria. Coordinación con el INN y el MPPC para enfrentar la enajenación consumista y la comida chatarra, desarrollando propuestas de CONSUMO ALTERNATIVO. Esta situación queda patentizada en los actuales patrones alimenticios que concentran los requerimientos nutricionales y energéticos en harinas precocidas de maíz, pasta, azucar,etc. Aquí no sólo se trata de un problema de salud pública, sino también de una demanda que se combina con el control monopólico de la producción en manos de los carteles del agronegocio.
4.- Plantear la transformación curricular en todo el sistema educativo, incorporando el enfoque agroecológico a los contenidos y prácticas pedagógicas, esto va desde la educación inicial, básica, secundaria, universitaria, hasta las diversas modalidades de educación popular donde se incluyen los Consejos Comunales.
5.- Incentivar la cultura de la siembra no sólo en función didáctico-pedagógica, sino también productiva, dirigida inicialmente a la subsistencia en lo local y en segundo término a la distribución de los excedentes, esto implica sembrar todos los espacios disponibles, desde el cultivo en envases pequeños, unidades productivas escolares y familiares, patios, conucos, parcelas demostrativas, unidades de producción.
6.-Desarrollo de iniciativas de “Ensemillamiento Nacional” a través de jornadas de trabajo para recuperar, preservar y socializar semillas criollas o mejoradas en las escuelas y hogares.
7.- Fomentar la auto construcción de los agrosoportes del nuevo paradigma agrícola: semilleros comunitarios, laboratorios de bioinsumos, sistema de riego adecuado, galpones y centros de acopio.
8.-Empleo de tecnología apropiada y apropiable en el proceso de transformación y de agregación de valor a la producción agrícola, combinando los saberes ancestrales y tradicionales con los adelantos científicos que se adapten al enfoque.
9.- Apoyo a los canales de distribución que permita enfrentar el “alimento viajero”, la especulación y el acaparamiento, lo cual demanda la planificación intersectorial y la constitución de redes productivas socialistas, que puedan trabajar con cupos y pedidos. Aquí es clave la articulación con Mercal, el PAE, casas de la alimentación, comedores universitarios y populares, Pdval.
(*) Fragmentos del ensayo “Propuesta anti-capitalista y agroecología”
Abril de 2010.
Carlos Lanz Rodríguez
27 de Julio de 2013
aporrea.org / Escuela Bolivariana del Poder Popular
#prensa_ebpp
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