Vladimir Villegas
Sigue esperando por su libertad y cantándole a la revolución
Miércoles, 24 de julio de 2013- En su columna publicada este martes en el diario El Nacional, Vladimir Villegas indicó que “es curioso que haya transcurrido todo este tiempo y aún no se produzca un fallo sobre el caso del llamado cantante de las Farc, Julián Conrado. Es una papa caliente en manos del gobierno de Nicolás Maduro“.
“Julián Conrado cuenta hoy dentro del chavismo de base y dentro de organizaciones como el Partido Comunista y otras fuerzas con mucho respaldo, y su caso toma fuerza a propósito del anunciado asilo político al exagente de inteligencia norteamericano Edward Snowden. En las filas chavistas se preguntan insistentemente por qué el empeño en darle asilo a Snowden, y no ocurre lo mismo con el guerrillero colombiano”, expresó.
Asimismo, el periodista comentó que Conrado “está poniendo en evidencia las contradicciones que existen en el chavismo que desde el más radicalizado le exigen definiciones a Maduro frente al caso”.
A continuación la columna completa:
Una de las páginas que cotidianamente consulto es Aporrea.org. porque permite tener un panorama de los debates que se vienen desarrollando en el interior del chavismo, sobre los más diversos temas, entre ellos la corrupción que carcome instituciones oficiales, gobernaciones, alcaldías y empresas del Estado; los reclamos laborales de trabajadores del sector público; el rechazo a la imposición de candidatos del Psuv a las elecciones municipales de diciembre y, muy comentado últimamente, el caso del llamado cantante de las Farc, Julián Conrado, detenido en la sede de la Dirección de Inteligencia Militar desde hace dos años.
Es curioso que haya transcurrido todo este tiempo y aún no se produzca un fallo sobre el caso. La decisión está en manos del Tribunal Supremo de Justicia y entiendo que la Fiscalía General de la República no lo ha imputado por la comisión de algún delito. Es una papa caliente en manos del gobierno de Nicolás Maduro, heredada de su antecesor, Hugo Chávez.
Julián Conrado cuenta hoy dentro del chavismo de base y dentro de organizaciones como el Partido Comunista y otras fuerzas con mucho respaldo, y su caso toma fuerza a propósito del anunciado asilo político al exagente de inteligencia norteamericano Edward Snowden. En las filas chavistas se preguntan insistentemente por qué el empeño en darle asilo a Snowden, y no ocurre lo mismo con el guerrillero colombiano.
Y, diferencias aparte con las Farc, esa pregunta tiene mucha pertinencia. Los defensores de Conrado afirman que éste es un perseguido del Estado colombiano y que si es extraditado a Colombia probablemente al poco tiempo también será enviado a Estados Unidos, como ha ocurrido con detenidos asociados al narcotráfico y con el líder de las Farc Simón Trinidad. También denuncian que se trata de un preso político del Estado venezolano y por eso demandan no sólo su libertad sino que le concedan el asilo.
¿Por qué el Tribunal Supremo de Justicia no decide? ¿Si no ha sido imputado por el Ministerio Público, cuya titular opinó hace tiempo que no puede ser extraditado a Colombia, por qué continúa detenido? ¿Es una forma muy particular de brindarle protección para que no le ocurra lo mismo que a Rodrigo Granda? ¿Se le han respetado sus derechos como ciudadano en su sitio de reclusión? ¿Se trata o no de un preso político? ¿Habrán tocado este tema los presidentes Nicolás Maduro y Juan Manuel Santos? ¿Le darán el asilo político si Santos se atreve nuevamente a hacerle guiños a la oposición venezolana?
El caso Conrado está poniendo en evidencia las contradicciones que existen en el chavismo. El gobierno de Maduro reaccionó con fuerza frente a la visita de Henrique Capriles a Santos, y tal fue su molestia que otros gobiernos, a excepción del ya saliente mandatario chileno, Sebastián Piñera, se han abstenido de recibir al gobernador del estado Miranda y ex candidato presidencial opositor. Pero a los pocos días ya se anunciaba que Venezuela haría los esfuerzos por restablecer el buen nivel de relaciones entre ambos países. Desde el chavismo más radicalizado le exigen definiciones a Maduro frente al caso Conrado.
Hasta ahora el presidente Maduro ha preferido hablar de Snowden y del compromiso que tiene el Gobierno venezolano con la preservación de los derechos humanos. A propósito de este caso leía en las redes un artículo muy polémico de Carlos Carpio, en el cual planteaba que el Gobierno venezolano debería atender al clamor de quienes demandan la libertad y el asilo para Conrado y de quienes también exigen una medida humanitaria para el comisario Iván Simonovis, medidas que según él tendrían el mayor de los consensos.
“Ahora que se celebran las conversaciones de paz con las Farc y acabamos de visitar al papa Francisco, y hablamos de reconciliación entre los venezolanos, estas libertades pudieran ser una buena señal en ambos sentidos”, dice Carpio. ¿Por qué no? .
El Nacional-aporrea.org / Escuela Bolivariana del Poder Popular
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