LO QUE DIJO QUINO, CREADOR DE MAFALDA, DE VENEZUELA Y LA REVOLUCIÓN CUBANA VOLVIÓ LOCOS A OPOSITORES



"Vengo de una familia de españoles antifranquistas y anticlericales y me considero un hombre de izquierda", se autodefinió Quino.

Ver entrar a Quino en el Salón del Libro de París es como ver flamear la bandera argentina en un territorio que no es el propio. Es que su hija, Mafalda, es más argentina que el dulce de leche. Aquí, en Francia, padre e hija modificaron el nombre. Quino es Quinó y Mafalda, Mafaldá. Ambos con acento en la última letra, pero sin tilde. 

Cuando la niña rebelde ya ha cumplido los 50 y se ha convertido en una super star internacional, su padre parece sorprendido de que la gente lo aplauda y el gobierno de Francia lo condecore. 

Ayer, en el espacio más grande del Salón de Paris, Grande Scéne, tuvo lugar "Rencontre avec Quino (Encuentro con Quino)", una entrevista pública a él y al humorista francés Zep. Al finalizar, el público podía hacer preguntas. Luego, en un acto formal que contó con la presencia del secretario de Cultura de la Nación Jorge Coscia, el embajador de Francia en la Argentina Jean Michel Casa le hizo entrega al humorista de la medalla de la Legión de Honor. El galardonado no se puso solemne para agradecer. Dijo que toda su vida había soñado con recibir la Orden de la Legión de Honor y con dibujar para Paris Match. Pero antes de eso, hizo reír a todo el mundo con sus respuestas desacartonadas.

"¿Cómo me convertí en dibujante de un diario? dijo Quino ante la primera pregunta del entrevistador. Bueno, me puse los dibujos bajo el brazo, salí a recorrer redacciones y soporté que me dijeran que había ideas buenas pero que el dibujo todavía era malo."

"Vengo de una familia de españoles antifranquistas y anticlericales y me considero un hombre de izquierda", se autodefinió, aunque aclaró que en sus comienzos muchas veces no se había puesto a pensar en la posición política del medio al que llevaba sus dibujos porque necesitaba trabajar. 

Respecto de la relación de Mafalda con la censura política, aclaró que con ella no había tenido problemas quizás porque nadie se tomaba muy en serio lo que pudiera decir una nena, pero que sí los había tenido con otros dibujos. De todos modos, hizo la salvedad de que la censura no le había llegado a través de un censor oficial sino a través de los jefes de redacción que eran los encargados de decir "esto mejor no publicarlo" o "esto se publica pero hay que modificar tal cosa". 

"Pero usted criticaba la sociedad de consumo, el capitalismo" insistió el entrevistador. A lo que Quino contestó: "El trabajo de los humoristas consiste precisamente en criticar algo." 

"Cuando comencé a dibujar le contó al auditorio todo el tiempo me preguntaba qué era el humorismo. Leí a Freud y a otros autores en busca de respuesta, hasta que en un momento me dije que si tenía que trabajar todos los días era mejor que lo hiciera y no siguiera formulándome preguntas. Desde entonces no me lo pregunto más. Todo el mundo quiere saber qué es el humorismo y yo me digo por qué es más importante saber qué es el humorismo que saber qué es la angustia, por ejemplo."

Cuando llegó la consabida pregunta acerca de cómo había nacido Mafalda, contó que le habían encargado la creación de un personaje para una empresa de electrodomésticos que tenía una marca que sonaba tan extranjera que era necesario crear un personaje cuyo nombre sonara más argentino. Hubo risas cuando el entrevistador le dijo que se había reivindicado de sus comienzos publicitarios pro capitalistas teniendo luego una posición de izquierda. "Esa campaña nunca se concretó" contestó Quino.

¿Cómo explica el éxito que tuvo Mafalda en la Argentina, en el resto de América Latina y en Europa?, inquirió el entrevistador: "No me lo explico, ese fenómeno en todo caso lo tiene que explicar el público. Sí, en cambio, tuvo una explicación para la pregunta de por qué creía que su editor, Daniel Divinsky, de Ediciones de la Flor, le había propuesto tan pronto publicar las tiras en un libro: "Su argumento fue que había visto una persona en algún lado que había recortado la silueta de Mafalda de la tira que había aparecido en el diario y la había pegado en una libreta o en una carpeta. Para él eso era un signo de que Mafalda merecía un libro."

La gente lo aplaudió cuando al preguntarle qué era lo más argentino que tenía Mafalda, Quino contestó con un monosílabo: "Yo". Relativizó, además, el éxito mundial que el entrevistador le atribuyó a su personaje. "Bueno, no tuvo éxito en tantos países. Lo tuvo en América Latina, en Francia, en España... El resto de Europa la ignora absolutamente. Sobre todo en Francia ha tenido mucha aceptación quizás porque culturalmente hay cosas en común. Los argentinos admiran la cultura francesa, el cine. Francia sigue siendo para los argentinos un modelo cultural admirado." Entonces, frente a la insistencia sobre la calidad de su dibujo, dijo: "Si dibujar a Mafalda no está mal, pero a mí me hubiera gustado más ser Picasso."

"En la Argentina los humoristas se han convertido ironizó en gente a la que los periodistas llaman por teléfono para preguntarle cualquier cosa, por ejemplo, qué opinan de Obama o de cualquier otro personaje por el estilo, como si los humoristas fuéramos grandes sabios. No sé por qué nos consultan tanto a nosotros."

Ante la pregunta de por qué había dejado de dibujar a Mafalda luego de diez años de éxito afirmó: "En la Argentina la violencia política era muy fuerte, pasaban demasiadas cosas y yo entendí que si continuaba haciendo Mafalda no podía dejar de hablar de eso. Entonces preferí dejar de dibujarla." ¿Pero entonces, quiso saber el entrevistador, por qué no volvió a dibujarla cuando regresó la democracia a su país? "Porque el momento en que hice Mafalda fue un período irrepetible."

Para finalizar y ante las preguntas del público sobre sus personajes dijo: "Mafalda es el personaje más elaborado, más 'fabricado'. Manolito es alguien que conocemos todos porque gente a la que le interesa muchísimo el dinero hay en todas partes. También todos conocemos a una Susanita. Felipe estuvo inspirado en un amigo mío, Jorge Timosi, un gran admirador de la Revolución Cubana." Ante reiteradas preguntas del público aclaró que "no sabía nada más de la suerte que habían corrido Mafalda y sus amigos, que no tenía idea de si Miguelito se había casado con Susanita."

"¿De qué cree que hablaría hoy Mafalda?", le preguntó alguien desde la platea. Quino no dudó: "De la inmensidad de la estupidez humana." 

El intento de ganar una foto para la causa anti-Maduro

Cuando Quino entró y se sentó en el escenario todo fue confusión, aturdimiento y gritos, como si hubiera aparecido una estrella de rock. Pero desde un sector de la sala los gritos eran más fuertes. En medio de la confusión, alguien le dio a Quino una cartulina doblada que él colocó sobre las piernas y abrió para ver de qué decía. "SOS para Venezuela", leyó.

Los flashes, como si fuera una situación muy esperada, no tardaron en dispararse. Hubo gritos de apoyo y de repudio. Quino volvió a doblar el cartel y comenzó la entrevista.

Al finalizar, cuando el público tomó la palabra, una mujer comenzó a increparlo: "Yo soy una de los tantos venezolanos que viven fuera de su país le dijo. ¿Qué opina usted, que es un gran artista, de la situación de Venezuela, de la masacre que el gobierno está llevando a cabo con los estudiantes?" Quino contestó: "Sólo puedo decir que quisiera que en Venezuela hubiera paz. Pero no voy a opinar nada más, porque Venezuela tiene una situación complicada de la que prefiero no hablar.

"Lo único que puedo decir es que siempre apoyé y sigo apoyando la Revolución Cubana, sólo eso." Mientras el moderador decía que no se aceptaban más preguntas de tenor político, la mujer se retiró indignada. El operativo anti-Chávez y anti-Maduro fracasó, pero quizá algún medio titule: "Quino repudió al gobierno de Venezuela" y lo "documente" con una foto.

(Tiempo-infonews.com)

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