Comunidad ACTIVA en Mamera

Recorrido por el Corredor Mamera-El Junquito demuestra el concepto de organización, trabajo voluntario y participación con planificación

Paños de cemento solucionan problema de movilización y transportación de los habitantes del sector de barrio Las Torres Tierra Roja


Luciana Vázquez, coordinadora del Corredor Mamera-El Junquito, explica el proceso de organización y transformación de la comunidad, sector de barrio, Las Torres Tierra Roja


La comunidad construye sus calles de forma planificada y organizada en Las Torres Tierra Roja



Calles que esperan ser rehabilitadas para mejorar la transportación de los habitantes de estos sectores en Mamera

Estas paredes muestran problemas que esperan ser resueltos

Trabajadores de la GMBNBT-Alcadía de Caracas, junto a voceros de otros corredores de Caracas visitan Cristo es La Puerta

Trabajando en colectivo para mejorar el barrio Cristo es La Puerta

Tapando los paños para protegerlos de la lluvia

Vista desde Cristo es La Puerta de la zona de Montalbán-Juan Pablo II y Juan Vives Suriá

En La Peña Baja un buen grupo de vecinos trabajan en la construcción de su calle

El Equipo de la GMBNBT-Alcaldía de Caracas en misión recorrido Corredor Mamera-El Junquito

Junio 30 de 2014.- Uno de los corredores más organizados del área metropolitana de Caracas, es el de Mamera-Junquito, el cual comprende una vasta extensión geográfica que se pierde de vista, al subir desde Antímano. Para accesar a este Corredor, dividido en varios sectores que se encumbran bien altos de las montañas de Antímano, es necesario subir con vehículos todo terreno, debido a las empinadas y angostas calles que se van ramificando en una madeja de caminos que se vuelven a dividir en otras rutas que se bifurcan en pendientes que ascienden y otras que descienden y así hasta perderse uno en este complejo espacio geográfico de barrios viejos, que presumen mejores casas y los más nuevos hechos aleatoriamente en hondonadas o en las colinas más alejadas, donde se ven casas más precarias, sin vías de acceso, calles de tierra, problemas de suministro de agua y otros servicios, producto del desplazamiento social, de la pobreza mal atendida o no atendida.

El sábado 07 de junio, junto a los trabajadores administrativos, el Equipo de Comunicación Comunitaria de la GMBNBT-Alcaldía de Caracas, nos enrumbamos por los cerros de Mamera, en medio de una pertinaz lluvia y envolvente neblina, subimos y trepamos por sus cimas, atestadas de casas; arribamos, algunos empapados de agua y con mucho frío, por ir en la parte trasera de la camioneta, a nuestro primer destino, Sector de Barrio, Las Torres Tierra Roja, allí nos recibieron varios voceros del consejo comunal junto a Luciana Vázquez, coordinadora de la Sala Mayor del Corredor Mamera-ElJunquito, quienes nos brindaron un delicioso sancocho cruzado, lo que fue un cálido alivio para los enchumbados trabajadores de la GMBNBT.
Luciana Vázquez, nos mostró los avances de la pavimentación de la calle que conduce a esta comunidad, la cual es construida por la gente de Las Torres Tierra Roja, quienes por años sufrieron los embates de la lluvia que dejaba pozos y lodazales, causando grandes problemas de transitabilidad. La colocación de estos paños de cementos, es una de las metas alcanzadas de muchas englobadas dentro de un plan de transformación integral: alcantarillado, torrenteras, aguas servidas, aguas blancas, alumbrado, sustitución de casas de alto riesgo, mejoramiento de casas, todo a través de un proceso integral de organización y empoderamiento que significa elevar los niveles de calidad de vida de la comunidad.
Proseguimos en este recorrido, que en menos de una hora, pasó de lluvioso a soleado y luego de serpentear un largo camino, llegamos al sector, Cristo es la Puerta, desde arriba, vemos para abajo, lo que solemos ver hacia arriba, el paisaje de la ciudad de concreto, con sus enormes edificios, en los que sobresalen las del urbanismo, Juan Pablo II, que se otean casi inverosímiles, como una gran maqueta, y si algo, queda claro es que la perspectiva de arriba gana como espectáculo visual, un privilegio de vivir en los cerros de Mamera, que mientras más se asciende, se puede atisbar como lo urbano le va quitando espacios a lo rural.

Allí la comunidad estaba armada de palas y batiendo animadamente la mezcla que luego vertían en paños de dos canales. Sus caras reflejaban optimismo y satisfacción al ver que uno de sus grandes problemas estaba siendo resuelto, llama la atención, que también se construyen alcantarillas, cuando en muchas zonas populares, cuando se construían las calles, no se consideraban siquiera ponerlas. Ellos expresaron la satisfacción de fabricar su única vía de penetración, de forma organizada y voluntaria, por otro lado, el promotor social de este Corredor, Miguel Caro, nos explicó, los alcances de este proyecto de pavimentación, que no solo es bloque, cabilla y cemento, pues la organización es la base fundamental para que se desarrollen los sueños de estas comunidades.

Nuestro último destino, fue La Peña Baja, en el Junquito, a la cual se llega, después de bajar un largo trecho. Es una hermosa zona con mucho verde, más cercana a la clase media, lo que se puede determinar por sus casas bien construidas, unas sencillas y otras de diseños más ambiciosos, pero que comparte el mismo problema de acceso con otras zonas más humildes, pues su vía de acceso es de tierra y se encuentra en muy malas condiciones, lo que les causa retrasos para llegar a sus trabajos o escuelas, unido al hecho de que los jeepses que fueron asignados para cubrir el área, no quieren darles el servicio y si lo hacen es de forma esporádica. Pero se organizaron con la GMBNBT y de forma voluntaria, sin percibir ningún tipo de remuneración, se reunen cada fin de semana para batir la mezcla, palear y pavimentar su ruta de diario transitar. Ellos se mostraron alegres y comprometidos con el proceso de transformación de las comunidades. Acá, también degustamos un rico sancocho a pura leña, que forma parte del intercambio y del buen vivir entre los habitantes de este gran sector.
Estas experiencias, reflejan que la comunidad organizada en consejos comunales, desarrollando el poder popular, junto a la planificación y el trabajo voluntario, pueden lograr el desarrollo social de los barrios, sacarlos del estigma de la marginalidad, para transformarlos en centros residenciales dignos, que se integren no de espaldas, ni escondidos como lo suelen hacer las ciudades burguesas y capitalistas, sino de frente con todas sus características propias, llenas de historias y luchas como orgullo de la nueva sociedad socialista, integradora, participativa, solidaria, revolucionaria y en lucha.

APORREA/ Escuela Bolivariana del Poder Popular
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