Voto joven es ley y Argentina amplía frontera de derechos
Los jóvenes desde 16 años quedaron habilitados hoy como electores nacionales y de ese modo Argentina dio un paso más en lo que numerosas voces aquí definen como una ampliación de las prerrogativas ciudadanas.
La ley es muy importante porque amplía la frontera de los derechos, pero también lo es el hecho de que el ejercicio del voto sea optativo, declaró el diputado Agustín Rossi después que el Senado de la Nación diera media sanción al proyecto, a mediados de octubre.
En términos similares se había manifestado semanas antes el ministro de Educación de la Nación, Alberto Sileoni, durante la primera audiencia pública realizada para discutir la iniciativa promovida por los senadores Aníbal Fernández y Elena Corregido.
La ampliación de derechos siempre es una conquista, sostuvo Sileoni, quien ponderó el hecho que el entonces proyecto de ley se hace cargo de la realidad de los jóvenes, que -apreció- van a estar a la altura de las circunstancias y a ejercer con plenitud su responsabilidad.
El ministro refutó además cuestionamientos a la propuesta alegando que los adolescentes "podrían ser manipulados", y subrayó que su discusión y aprobación "no presupone que todos los jóvenes tengan vocación política, sino que es deseable su incorporación a ella.
Este martes, en una charla en la Universidad Nacional de Córdoba, Lautaro Mansilla, representante del Centro de Estudiantes del Colegio Manuel Belgrano, afirmó que los jóvenes están capacitados para hacer un uso responsable de esta herramienta.
El voto, dijo Mansilla citado por el diario local La Mañana, puede convertirse en "un altavoz para sectores vulnerables como los jóvenes, por ejemplo".
La llamada Ley del Voto Joven fue aprobada cerca de la medianoche de ayer por la Cámara de Diputados con 131 votos a favor, dos en contra y una abstención, y sin la presencia en el plenario de los legisladores de la oposición, que se habían retirado.
Esa iniciativa habría merecido un voto pluripartidista y más rotundo que el que obtuvo, apreció hoy el diario Página/12, según el cual las críticas al voto joven fueron surtidas y, en promedio, endebles y sujetas a "hipótesis sobre un virtual voto cautivo de los pibes (muchachos) empoderados".
Otro mito, enganchado al anterior, es el que fantasea con un aluvión que descompense las tendencias generales (en la votación), agregó.
En ese sentido, el propio titular de la Dirección Nacional Electoral, Alejandro Tullio, precisó que los jóvenes de entre 16 y 18 años de edad integran un universo compuesto por un millón 415 mil 195 votantes, lo cual representa un 4,8 por ciento del padrón.
"Es una cifra que, distribuida, no modifica las relaciones de poder", sostuvo, para reiterar que el propósito de la norma es otorgar un derecho, sin consecuencias electorales que se puedan avizorar.
No es oportunismo ni demagogia; es coherencia, sin importar quiénes vayan a ejercer ese derecho a votar o hacia quién se inclinen, afirmó ayer la diputada oficialista Diana Conti al abrir un debate que se prolongó por más de 11 horas y fructificó en la conquista de una prerrogativa más para los jóvenes argentinos.
PrensaLatina/Escuela Bolivariana del Poder Popular
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