La nación libertaria del pueblo kurdo


El pueblo kurdo es uno de los pueblos de origen indoeuropeo que habita en el oriente medio, actualmente entre los estados de Turquía, Siria, Irak e Irán (principalmente en Turquía). Desde mucho tiempo han sido ocupados por distintos imperios como el otomano, el astro-húngaro, el británico, etc. Desde la conformación de los estados modernos del oriente medio, posteriores a la primera guerra mundial, viven sin una territorialidad propia, constituyendo una nacionalidad repartida en varios estados, y siendo reprimida como una “minoría étnica” con mayor o menor fuerza, según los distintos gobiernos que asumen el poder en los respectivos estados que habitan.
Desde los 70 surge el Partido de los Trabajadores de Kurdistán (PKK) como una organización marxista-leninista “tradicional” que lucha por el estado socialista del Kurdistán como una unidad socio-cultural que agruparía los territorios kurdos del oriente medio. Frente a la brutal represión que caía sobre los pueblos kurdos se organizan las primeras guerrillas y el PKK pasa a la lucha armada en los 80s y poco después se plantea junto a las guerrillas la lucha democrático-política.
Sin embargo en los 90s se produce un nuevo planteamiento revolucionario: Se cuestiona la creación de un estado con un sistema de burocrático que ejerza dominio sobre el mismo pueblo kurdo y se plantea la necesidad de que la liberación de las comunidades surja de estructuras libres originales a sus realidades. El PKK establece una nueva estrategia para la liberación kurda a la que llaman el Confederalismo Democrático, un proyecto que busca la creación de una confederación de comunidades de base autogobernadas por asambleas populares.
La creación de un poder original a las comunidades kurdas confronta las propias estructuras de los estados en los cuales hay población kurda. Los estados creados en medio oriente provienen de reparticiones de los imperios europeos y la delimitación de fronteras a partir de acuerdos entre los poderosos de siempre. Los estados-naciones son estructuras creadas de la modernidad capitalista y responden a estos mismos intereses. Para el pueblo kurdo la lucha por el socialismo y la creación de un estado kurdo o Kurdistán comprometía la lucha con un nacionalismo étnico y la creación de estructuras burocráticas de poder. La lucha kurda no podía enmarcarse en el parámetro del estado-nación, y se empieza a constituir desde las comunidades del Kurdistán, como una nación que emerge políticamente definida, sin un aparato estatal de gobierno, sino bajo una confederación de comunidades autónomas y asamblearias, una especie de confederación de comunas. Desde esta lucha sale un concepto y una realidad de nación que se diferencia y nace en conflicto con los estados-naciones de los de arriba, del patriotismo militarista, vertical, centralista creado desde ese colonialismo europeo que los dividió como pueblos hermanos.
La nación kurda desde la lucha revolucionaria se convierte en una nación libertaria que nace de la unidad cultural y social, que se autogobierna desde los de abajo, una nación que nos recuerda a la patria (o más bien matria) Nuestramericana de Martí o el socialismo Indoamericano de Mariátegui. El Confederalismo Democrático cambia el paradigma del estado-nación como organización fundamental de pueblos-naciones, y conforma una manera de crear un poder original a los pueblos, un poder constituyente desde las realidades del medio oriente.
El PKK ha conseguido un fuerza legal al obtener más de 10 diputados y alrededor de 100 alcaldías municipales. Desde las comunidades en donde poseen mayor legitimidad, han promovido la constitución de asambleas populares que asumen el poder político, ejecutan decisiones, incluyendo lo que concierne al poder judicial, la educación y la cultura. También se organizan a través de las asambleas en sistemas cooperativistas de la producción como forma alternativa al capitalismo. Formas genuinas de un autogobierno del pueblo.
Por otro lado, el papel de la mujer -tan desigual en las sociedades islámicas- se reivindica en la comunidades kurdas en las cuales casi todos los cargos públicos son duales, incluyendo la presidencia de las asambleas (tiene que haber un presidente y una presidenta).
En el caso turco, el estado es fuertemente anti-kurdo (dándose el caso de que varios diputados han sido arrestados por hablar en kurdo en la asamblea nacional). El PKK mantiene una ejército guerrillero (que por cierto es el único en el cual la mitad de los efectivos son mujeres) que en los casos de represión extrema defienden a las comunidades como autodefensa de las mismas. Las comunidades son fuertemente reprimidas por el estado turco. En primer momento éstas buscan defenderse desde los espacios institucionales conseguidos, principalmente desde las alcaldías. Sin embargo nueve de sus diputados y la mitad de los alcaldes son presos políticos. La represión brutal en Turquía deja decenas de miles de presos políticos y alrededor de 2.000 presos menores de 16 años. También es importante destacar que la primavera árabe tuvo una fuerte presencia en Turquía con miles de manifestantes en la calle, los cuales nunca salieron en las noticias de las grandes cadenas de televisión.
En los años 2000 se conforma la Confederación de los pueblos de Kurdistán como organización en la cual se encuentran las comunidades de base para desarrollar y concretar una territorialidad al Confederalismo Democrático.
En este momento los compañeros y compañeras kurdos emprenden una campaña de solidaridad internacional para la libertad a sus presos políticos, incluyendo su líder Abdullah Ocalan, quién está preso en Turquía con cadena perpetua y con una condena a muerte que no ha podido ser ejecutada por presión internacional.
La lucha revolucionaria en el Kurdistán nos da una experiencia para los pueblos que andamos peleando una revolución en estos estados nacidos del coloniaje europeo. La identidad de una nación se reivindica desde su pueblo en autogobierno y no desde el estado. En nuestro proceso revolucionario amenazado y resistiendo a una burocracia reaccionaria, que institucionaliza el proceso popular, lo reorganiza en los ministerios y lo concilia con un aparato burgués. Valdría la pena dar una mirada a las asambleas kurdas, a las comunidades kurdas. Las comunas no se hacen en un ministerio del “poder popular” ni son órganos que administran un presupuesto otorgado por el estado. Sino son los pueblos controlando y decidiendo, es una empresa bajo control obrero, es la expropiación colectiva de tierras, es la organización de la comunidad, es la educación popular del debate y la práctica, es el pueblo asumiendo directamente el poder.
El pueblo kurdo abre un camino anti-burocrático, anti-estatal, definamos el nuestro.

¡SOLIDARIDAD MILITANTE CON EL PUEBLO KURDO!
NO HAY PUEBLO VENCIDO – NO QUEREMOS SER GOBIERNO, QUEREMOS GOBERNAR

LaGuarura/Escuela Bolivariana del Poder Popular
@Prensa_ebpp

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