La matriz de fraude ha sido la estrategia más usada por la oposición para fomentar entre sus seguidores la hostilidad que algunos dirigentes expresan ante los frustrados intentos de llegar al poder.
Tras el desconocimiento de los resultados electorales del 14 de abril por parte del candidato antichavista, Henrique Capriles Radonski, medios de comunicación privados y la derecha venezolana convergen en un plan conspirativo que contempla llamados a acciones violentas de calle y la creación de un escenario mediático que propicie un golpe de Estado y justifique la intervención extranjera.
La matriz de fraude ha sido la estrategia más usada por la oposición para fomentar entre sus seguidores la hostilidad que algunos dirigentes expresan ante los frustrados intentos de llegar al poder por la vía electoral; y los medios de comunicación privados han funcionado siempre como caja de resonancia de este tipo de animosidades.
Victoria chimba del heredero, Elecciones reñidas y El derrotado fue usted, fueron los principales titulares de las primeras planas del 15 de abril en los diarios Tal Cual, El Nacional y El Universal, respectivamente, en los que se hacen eco de la frustración que embargó a Capriles, candidato perdedor del 14-A, al conocer la tendencia irreversible de los resultados anunciados por el Consejo Nacional Electoral (CNE).
Las denuncias de fraude por parte de la oposición cuando los resultados no le favorecen son de vieja data; hasta la fecha el país aun espera las supuestas pruebas contra la victoria, en 2004, del Comandante Hugo Chávez, en el referendo donde fue ratificado por más de 59% de los electores.
"Este es un gobierno de mientras tanto"; "No vamos a reconocer un resultado hasta que no se cuente cada voto", fueron las frases de Capriles, destacadas en páginas y pantallas, donde insiste en el desconocimiento de la voluntad popular que eligió a Maduro como presidente de la República, mediante un proceso electoral automatizado, reconocido en el mundo entero, y en el que el conteo manual no existe.
Sin embargo, el martes 16 de abril, la primera plana de El Nacional titulaba con esta cita del candidato perdedor: "Maduro es un presidente ilegítimo".
Rabia expresada
El mismo día martes 15, a pocas horas de haber sido anunciado el resultado electoral, Capriles convocó a una rueda de prensa, transmitida por Globovisión, en la que mediante un discurso violento llamó a sus seguidores a drenar la "arrechera" y "expresar la rabia", con un cacerolazo y protestas en las sedes regionales del CNE.
Luego de esta convocatoria a la violencia, nueve venezolanos seguidores de la Revolución Bolivariana resultaron muertos y 78 lesionados, como consecuencia de los ataques sostenidos contra centros de salud, mercados de alimentos, sedes del Partido Socialista Unido de Venezuela (Psuv) y grupos que festejaban la victoria del candidato Nicolás Maduro, entre los cuales hubo un arrollamiento del que la víctima fatal fue una niña de 12 años.
Ante este lamentable escenario, el escritor Luis Britto García, en entrevista con la Agencia Venezolana de Noticias (AVN), sostiene que "podría uno hipotetizar que corresponde a un plan ulterior, que es el de deslegitimar las elecciones con el objetivo de justificar una intervención extranjera".
Britto explica que el actual plan de la oposición es "crear un estado de perturbación y de protesta, e inventar una respuesta represiva del Gobierno", con lo último se refiere a portadas como la del diario El Universal, con fecha 16 de abril, en la que se observa una foto con jóvenes —acostados boca arriba, manos arriba, sin un rasguño— en la autopista Francisco Fajardo de Caracas, frente a un cordón de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB), y se reseña, a pie de foto: "Reprimieron la acción de los manifestantes en la autopista Francisco Fajardo y otras vías de la capital".
Sin embargo, sobre los ataques que ocasionaron la muerte y heridos chavistas, en los medios privados no se dice nada o son tratados en las columnas de sucesos, como delitos comunes, descontextualizados de la coyuntura política y alejados del llamado violento hecho por Capriles.
"La prensa en este caso, y los medios en general, lo que han hecho fundamentalmente es ocultar la ocurrencia de estos sucesos, han dicho por un lado que esas cosas no han sucedido", señala Luis Britto.
A lo largo de los días transcurridos desde el 15 de abril, los medios privados, en sintonía con el excandidato antichavista, continúan con la campaña por el inexistente reconteo de votos (54% del proceso fue auditado la misma noche del 14-A); a la que le agregan denuncias sobre una supuesta persecución de funcionarios públicos que simpatizan con la oposición, cacerolazos nocturnos y seguidores de Capriles heridos por los organismos de seguridad de Estado.
Además, para estos medios los chavistas no existen, salvo para decir que sus cohetazos fueron apagados por el golpeteo de las ollas.
Un plan incesante
Britto García insiste en que el objetivo de la derecha es "legitimar o excusar una intervención extranjera, una intervención de Estados Unidos o legitimar un golpe militar interno con apoyo de Estados Unidos".
Para cumplir su meta, explica que los medios "han establecido patrones falsos de respuesta estatal", y como ejemplo de ello advierte sobre la foto de una represión en Egipto, durante 2011, que es utilizada por la corresponsal en Venezuela del diario español ABC, Ludmila Vinogradoff, como "una prueba" de la supuesta violencia estatal. La gráfica fue posteriormente eliminada del blog de la periodista.
"Han recurrido incluso a la falsificación, con el objetivo de provocar una oleada de protestas, que por otro lado se aplacó", agrega el escritor, quien sostiene que la estrategia del empleo de la violencia como caldo de cultivo para un golpe de Estado que propiciara una intervención extranjera fracasó.
"Ya hemos visto que alegando disturbios, desórdenes y protestas, las fuerzas imperiales han destruido países, por ejemplo el caso de Libia", recuerda.
Ante esos intentos fallidos, Britto presume que Estados Unidos, que ya había cuestionado las elecciones de Venezuela por boca de su encargado de Relaciones Exteriores, John Kerry, se percató de que la operación no le saldría bien por no contar con el apoyo de la Fuerza Armada y porque tampoco existe tal agitación en la población.
"Hay que estar alerta porque esos son planes constantes, planes que no se desechan sino que siguen engavetados y listos para ponerse en práctica cuando la coyuntura lo permita", sentencia.
Aunque las acciones violentas de la oposición, que tuvieron su pico los días 15 y 16 de abril, fueron controladas por el Gobierno Bolivariano y las instituciones del Estado; y el Poder Electoral ofrece a Capriles Radonski todas las vías legales para impugnar lo que considere necesario, Britto García advierte que no hay que bajar la guardia.
La noche del pasado miércoles 24 de abril, en rueda de prensa transmitida por Globovisión, el excandidato antichavista aseguraba que desde el gobierno "se robaron el proceso electoral". Para el candidato derrotado la contienda no termina y el árbitro electoral no existe, igual que los 7.575.704 venezolanos que decidieron continuar en la ruta hacia el socialismo.
Este capítulo se suma a uno de los expedientes más oscuros de la oposición en nuestra historia contemporánea: el golpe de Estado del 11 de abril de 2002, que dejó 19 muertos y numerosos heridos entre las filas revolucionarias y los opositores. En ambas ocasiones, los medios han bailado al son de la desestabilización.
AVN / Escuela Bolivariana del Poder Popular
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