Movilizaciones en Brasil desde la mirada de los medios

ANÁLISIS: Olvidan decir que el conflicto social es inherente a la sociedad capitalista


Es interesante analizar lo que pasa en Brasil a partir de la visión de lo que se transmite en los canales de televisión y en los diarios sobre las movilizaciones recientes. Desde Estados Unidos, pasando por América Latina, la percepción del sentido común hegemónico es superior al sentido crítico social.

MEDIOS EXTRANJEROS

Las manifestaciones en Brasil transmitidas por los dueños estadounidenses de los satélites con la intencionalidad de representar a un país levantado como resultado de la desigualdad, olvidan decir que la desigualdad no es consecuencia del modelo de desarrollo brasileño por sí solo. Lo feroz de los conflictos sociales es inherente al modelo de sociedad fundado y organizado históricamente por el capital, cuyo liderazgo continúa siendo de las empresas y del Estado militar estadounidense. Olvidan decir que el capital estadounidense activo en territorio brasileño es protagonista del modelo de desarrollo desigual y, cuanto más crece expropiando tierras, despojando personas y especulando con los territorios, más acentuadas quedan las historias de los males sociales del país. Olvidan decir que el desarrollo de las redes sociales, mediado por los grandes lucros que el capital estadounidense organiza, más allá de espiar todos los contenidos socializados, utiliza esa información para dar continuidad a su juego de manipulación orquestada desde la cima. Pero dicen muchas cosas, construyen imágenes, tergiversan hechos, refuerzan actos.

El poder mediático estadounidense centra el fuego en las ideas de criminalización de las luchas, despolitización partidista de la juventud y de la tendencia criminal de la participación de los sujetos estereotipados por esos medios como vándalos, hooligans y alborotadores. Los medios del lado de allá, al norte, no solo denuncian desde sus perspectivas de poder lo que está ocurriendo del lado de acá, sino que anuncian su forma y su contenido de manipulación para ser reproducido por los medios subordinados, dependientes, fotocopiadores y reproductores del lado de acá. Con la excusa de los juegos de la Copa Confederaciones, reproducen su omnipotente lectura hegemónica del mundo.

MÁS AL SUR

En el panorama mediático latinoamericano progresista, como Cuba, Venezuela, Bolivia y Ecuador, la lectura es de expectativa sobre lo que ocurrirá en Brasil. Más que el significado inmediato de hechos, estos Estados y sus medios alternativos ven sí es posible o no, a partir de estas manifestaciones, que el Gobierno de Brasil opte por un proyecto de sociedad con un perfil diferente del que hasta ahora ha realizado.

Ellos saben que las tensiones, tanto de afuera como de adentro, son para los cambios que liberen el acceso del capital transnacional sobre el trabajo nacional. Pero aguardan ansiosos que nazca algo nuevo de los conflictos entre Estado y sociedad, tal vez no en el Estado actual, pero sí en el porvenir político institucional. La mirada de los medios latinoamericanos, esperanzados y ansiosos, intentan a la luz de los acontecimientos actuales, leer entre líneas las manifestaciones masivas y populares, si otro proyecto nacional es posible, lo que conduciría a una relación política diferente de Brasil con los procesos de integración latinoamericanos. Más ALBA, menos Mercosur, cero ALCA.

Los medios latinoamericanos ven a los jóvenes como uno de los sectores más afectados en el corto, mediano y largo plazo y asocian dicha condición a la lógica general y particular de reproducción del poder del capital (inter)nacional sobre el trabajo, los territorios y las vidas en el ámbito continental. Hay en estos países una fanaticada para que los levantamientos abran alas para nuevos proyectos de poder con acento en lo popular.

LOS MEDIOS DE BRASIL

Vergonzosamente los poderosos medios brasileños refuerzan su odio de clase y exponen su lectura típica de portavoces de la burguesía nacional. Además de reproducir hechos, son mensajeros de los medios del norte, reiteran que en el proceso actual la juventud cuestiona la identidad, la clase y los partidos. También estereotipan al joven brasileño como patán, agitador y vándalo. Palabras ostensivamente repetidas a lo largo de los noticieros.

Los levantamientos fueron transformados en el gran tema de la Copa de Confederaciones. El fútbol y las calles se mezclaron en una combinación simplista entre los hechos y los mitos de la manifestación popular de la juventud rumbo a otro Brasil necesario y posible. La opción de los grupos mediáticos es por la continuidad del desorden, con el crecimiento y la retoma del poder por la derecha.

¿QUÉ TENEMOS?

Tenemos una diversidad en movimiento. Una escuela básica de aprendizajes múltiples e inmediatos. Tenemos gente en la calle, jóvenes en la lucha, pueblo gritando, manifestando que todavía hay esperanza. Tenemos la posibilidad de leer las banderas, desde las más específicas hasta las más amplias, de colocar en movimiento la unidad popular y de trazarnos, para el futuro, pautas unificadas que reivindiquen cambios y revolucionen las estructuras actuales. Tenemos tiempo de sembrar, de organizar, para después pensar cómo, después la cosecha, la distribución de las demandas del pueblo rumbo al proyecto popular para Brasil.

ROBERTA TRASPADINI 
Traducción: Yanira Albornoz Ríos

BRASIL DE FATO-Ciudad Caracas / Escuela Bolivariana del Poder Popular
@prensa_ebpp

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