CRUZADA CONTRA SIRIA Silvia Martínez Puentes y Diana Domínguez Ceballos
El problema se originó, por la presencia de los Embajadores estadounidense y francés en la ciudad de Hama, apoyando a los manifestantes antigubernamentales.
Como consecuencia de ello, una multitud enardecida entró a la Embajada de Estados Unidos rompiendo ventanas y colocando una bandera siria en la fachada del edificio. Lo propio sucedió en la Embajada de Francia que sufrió dos ataques.
Siria convocó a los Embajadores de esos países acusándolos de una "injerencia clara en los asuntos internos sirios y una confirmación de la existencia de un apoyo extranjero que quiere desestabilizar la seguridad y la estabilidad del país en un momento en el que comienza el diálogo nacional destinado a construir el futuro de Siria".
Según fuentes de la Cancillería, ambos Embajadores viajaron a Hama sin el permiso previo de las autoridades locales, lo que es considerado por el gobierno sirio como una violación de la Convención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas, en cuanto a la obligación de no intervenir en los asuntos internos de los países ante los que están acreditados.
Por otra parte, los comentarios de la Secretaria de Estado Clinton produjeron una nueva escalada en el enfrentamiento diplomático entre Washington y Damasco, al afirmar que Bashar al Assad ha perdido legitimidad y que por lo tanto ya no es "indispensable". La respuesta siria no se hizo esperar y tildaron de "provocación e injerencia" las palabras de Clinton, condenándolas enérgicamente como una "prueba más de cómo Estados Unidos interfiere en los asuntos internos sirios".
Aunque no este clara cuál es la estrategia norteamericana en este asunto, evidentemente, a partir de la visita de Ford a Hama, Estados Unidos ha empezado a tener una participación más visible en la revuelta que afecta a Damasco.
Hama refleja visiblemente lo que hoy atraviesa Siria, un país sometido a una intensa ofensiva política, una violencia terrorista impuesta y azuzada desde el exterior, y una embestida mediática en la que no se escatiman distorsiones y falsedades sobre la realidad.
Mientras, el pueblo -que siente las tensiones y los efectos de los resultados de esa campaña- desarrolla su vida sin perder las esperanzas de que todo vuelva a la normalidad.
Esta urbe, capital de la provincia homónima en el centro del país, fue prácticamente tomada por grupos de extremistas armados acompañados de turbas violentas del 31 de julio al 8 de agosto, días en los que cometieron saqueos, destrozos materiales y crímenes como el descuartizamiento de los cuerpos de 17 policías muertos.
Los agentes fueron sorprendidos a la 05:30 hora local por una banda de individuos bien pertrechados que los atacaron y destruyeron su estación en el barrio al-Hader; a continuación, los terroristas cortaron los cadáveres y los lanzaron desde el puente sobre el río Al-Assi, contaron residentes a periodistas internacionales que visitaron la urbe.
Otras bandas destrozaron e incendiaron y el Club de Oficiales, e hicieron lo mismo en la sede del Juzgado Provincial, donde radica también la Fiscalía y la Notaría de esta provincia de dos millones y medio de habitantes. El destrozo es todavía visible.
Con grandes dificultades los trabajadores del juzgado atienden al público, pero tan solo pueden brindar el 30 por ciento de los servicios que comúnmente ofrecen por la pérdida de expedientes e información.
Acontecimientos parecidos tuvieron lugar en Daraa, Idleb, Deir Ezzor y Homs. La situación en ellos ya ha mejorado, incluso Deir Ezzor retornó a la normalidad, pero siguen ocurriendo asaltos, ataques, secuestros y otros desmanes contra civiles en las otras, incluso en Hama.
"Tuvimos que llamar en auxilio al Ejército para poder librar a la ciudad y a sus habitantes del terrorismo de esos grupos armados", relató a los reporteros el gobernador de Hama, doctor Anas A. Naem.
En el juzgado, el fiscal general Ismail Shafira afirmó que los daños materiales al edificio, muebles, equipos y el saqueo se elevan a 20 millones 200 mil dólares, a los cuales hay que sumarle 510 mil más por la pérdida de la información de los casos y los archivos.
Tales sucesos han alterado la vida de la urbe en la que todavía se percibe aprehensión. El jurista Shafira admite que aún sienten temor porque podrían ser el blanco de los grupos armados que todavía andan por la comarca.
El gobernador Naem señaló que la ciudad ya está estable, pero aún se siente aprehensión por las noches, y aclaró que se dan casos de raptos y asesinatos en poblados de la zona rural y esporádicos ataques nocturnos contra patrullas policiales y puestos militares de control.
"Los militares están aquí para protegernos de los destructores", expresó Ibrahim Hidjo, un chofer que esperaba ser atendido en el tribunal provincial. "Los necesitamos, ¿quién iba a detener a esa gente violenta?", manifestó una mujer que se identificó como Marian Mosret.
La campaña anti-siria ha dicho que esas bandas son opositores armados al gobierno del presidente Bashar al-Assad y que la integran en su mayoría desertores del Ejército, sin embargo, aparece cada vez más evidencia, de que son pertrechadas desde el exterior y en las cuales participan extranjeros.
La diversidad y el poderío del armamento y, en especial, los sofisticados equipos de comunicación incautados por las fuerzas de seguridad sirias, algunos cuyo uso tan solo lo autorizan los Ministerios de Defensa de los países fabricantes, son prueba de que han sido introducidos en el país.
Como consecuencia de ello, una multitud enardecida entró a la Embajada de Estados Unidos rompiendo ventanas y colocando una bandera siria en la fachada del edificio. Lo propio sucedió en la Embajada de Francia que sufrió dos ataques.
Siria convocó a los Embajadores de esos países acusándolos de una "injerencia clara en los asuntos internos sirios y una confirmación de la existencia de un apoyo extranjero que quiere desestabilizar la seguridad y la estabilidad del país en un momento en el que comienza el diálogo nacional destinado a construir el futuro de Siria".
Según fuentes de la Cancillería, ambos Embajadores viajaron a Hama sin el permiso previo de las autoridades locales, lo que es considerado por el gobierno sirio como una violación de la Convención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas, en cuanto a la obligación de no intervenir en los asuntos internos de los países ante los que están acreditados.
Por otra parte, los comentarios de la Secretaria de Estado Clinton produjeron una nueva escalada en el enfrentamiento diplomático entre Washington y Damasco, al afirmar que Bashar al Assad ha perdido legitimidad y que por lo tanto ya no es "indispensable". La respuesta siria no se hizo esperar y tildaron de "provocación e injerencia" las palabras de Clinton, condenándolas enérgicamente como una "prueba más de cómo Estados Unidos interfiere en los asuntos internos sirios".
Aunque no este clara cuál es la estrategia norteamericana en este asunto, evidentemente, a partir de la visita de Ford a Hama, Estados Unidos ha empezado a tener una participación más visible en la revuelta que afecta a Damasco.
Hama refleja visiblemente lo que hoy atraviesa Siria, un país sometido a una intensa ofensiva política, una violencia terrorista impuesta y azuzada desde el exterior, y una embestida mediática en la que no se escatiman distorsiones y falsedades sobre la realidad.
Mientras, el pueblo -que siente las tensiones y los efectos de los resultados de esa campaña- desarrolla su vida sin perder las esperanzas de que todo vuelva a la normalidad.
Esta urbe, capital de la provincia homónima en el centro del país, fue prácticamente tomada por grupos de extremistas armados acompañados de turbas violentas del 31 de julio al 8 de agosto, días en los que cometieron saqueos, destrozos materiales y crímenes como el descuartizamiento de los cuerpos de 17 policías muertos.
Los agentes fueron sorprendidos a la 05:30 hora local por una banda de individuos bien pertrechados que los atacaron y destruyeron su estación en el barrio al-Hader; a continuación, los terroristas cortaron los cadáveres y los lanzaron desde el puente sobre el río Al-Assi, contaron residentes a periodistas internacionales que visitaron la urbe.
Otras bandas destrozaron e incendiaron y el Club de Oficiales, e hicieron lo mismo en la sede del Juzgado Provincial, donde radica también la Fiscalía y la Notaría de esta provincia de dos millones y medio de habitantes. El destrozo es todavía visible.
Con grandes dificultades los trabajadores del juzgado atienden al público, pero tan solo pueden brindar el 30 por ciento de los servicios que comúnmente ofrecen por la pérdida de expedientes e información.
Acontecimientos parecidos tuvieron lugar en Daraa, Idleb, Deir Ezzor y Homs. La situación en ellos ya ha mejorado, incluso Deir Ezzor retornó a la normalidad, pero siguen ocurriendo asaltos, ataques, secuestros y otros desmanes contra civiles en las otras, incluso en Hama.
"Tuvimos que llamar en auxilio al Ejército para poder librar a la ciudad y a sus habitantes del terrorismo de esos grupos armados", relató a los reporteros el gobernador de Hama, doctor Anas A. Naem.
En el juzgado, el fiscal general Ismail Shafira afirmó que los daños materiales al edificio, muebles, equipos y el saqueo se elevan a 20 millones 200 mil dólares, a los cuales hay que sumarle 510 mil más por la pérdida de la información de los casos y los archivos.
Tales sucesos han alterado la vida de la urbe en la que todavía se percibe aprehensión. El jurista Shafira admite que aún sienten temor porque podrían ser el blanco de los grupos armados que todavía andan por la comarca.
El gobernador Naem señaló que la ciudad ya está estable, pero aún se siente aprehensión por las noches, y aclaró que se dan casos de raptos y asesinatos en poblados de la zona rural y esporádicos ataques nocturnos contra patrullas policiales y puestos militares de control.
"Los militares están aquí para protegernos de los destructores", expresó Ibrahim Hidjo, un chofer que esperaba ser atendido en el tribunal provincial. "Los necesitamos, ¿quién iba a detener a esa gente violenta?", manifestó una mujer que se identificó como Marian Mosret.
La campaña anti-siria ha dicho que esas bandas son opositores armados al gobierno del presidente Bashar al-Assad y que la integran en su mayoría desertores del Ejército, sin embargo, aparece cada vez más evidencia, de que son pertrechadas desde el exterior y en las cuales participan extranjeros.
La diversidad y el poderío del armamento y, en especial, los sofisticados equipos de comunicación incautados por las fuerzas de seguridad sirias, algunos cuyo uso tan solo lo autorizan los Ministerios de Defensa de los países fabricantes, son prueba de que han sido introducidos en el país.
Prensa Latina / Escuela Bolivariana del Poder Popular
No hay comentarios:
Publicar un comentario