Rusia reiteró hoy que las solicitadas garantías jurídicas a Estados Unidos sobre el emplazamiento del sistema antimisiles (DAM) cerca de sus fronteras figuran entre las cuestiones pendientes para avanzar en las negociaciones sobre limitación de los arsenales nucleares.
Rusia espera todavía de Washington un compromiso jurídico de que el proyectado escudo para Europa, modernizado por el presidente Barack Obama en 2009, no representa una amenaza a su seguridad y al potencial nuclear ruso.
El Ministerio de Defensa y analistas militares de este país perciben con escepticismo un virtual progreso en el tema, en razón de que la administración norteamericana no ha dado visos de que tendrá en cuenta los intereses rusos, en materia de seguridad y equilibrio armamentista.
Según el viceministro de la cartera castrense, Anatoli Antonov, Estados Unidos continúa con los planes de creación de un sistema global antimisiles, en total desprecio a las preocupaciones rusas.
Queremos un documento que refleje de manera vinculante la no orientación del sistema norteamericano antimisiles contra las fuerzas estratégicas nucleares rusas y relacione el conjunto de criterios técnico-militares, por los cuales podamos concluir que las obligaciones no se violarán, expuso Riabkov en declaraciones a la agencia Interfax.
Agregó que no se trata de una reproducción del Tratado sobre Misiles Antibalísticos (ABM), de 1972, por cuanto este fue construido por el esquema clásico de la paridad nuclear.
El diplomático advirtió asimismo que la continuidad de las negociaciones sobre la reducción de los arsenales nucleares depende en gran medida de muchos factores, e insistió en las cuestiones poco claras en torno al DAM.
Hemos planteado la problemática de forma más amplia, toda vez que consideramos que la condicionalidad para el progreso de las tratativas, contempladas en el nuevo Tratado de Reducción de Armas Estratégicas (Start-III), está latente, afirmó el viceministro ruso de Relaciones Exteriores a la radioemisora Eco de Moscú.
Reiteró que el escudo y otros factores relacionados con el proyecto militarista de Estados Unidos influyen en la estabilidad estratégica internacional, de ahí la preocupación de Rusia.
Mencionó en ese sentido el potencial que crea Estados Unidos con el denominado golpe preventivo, de fuerzas estratégicas dotadas de armamento nuclear, y los planes de emplazar medios ofensivos en el cosmos.
Sumó otras cuestiones como el desbalance en los armamentos convencionales y la no ratificación por la Casa Blanca del tratado sobre prohibición de pruebas nucleares.
El viceprimer ministro Dmitri Rogozin dijo ayer que Moscú no creerá simplemente en la palabra de Washington, sino que deberá comprometerse por escrito.
Start-III fue rubricado por los presidentes de Estados Unidos, Barack Obama, y de Rusia, Dmitri Medvedev, el 8 de abril de 2010, en Praga.
La Duma rusa (Cámara baja) aprobó el tratado el 14 de enero de 2011 y lo ratificó el 25 del propio mes, a lo que siguió el beneplácito del Consejo de la Federación (Senado).
PrensaLatina/escuela Bolivariana del Poder Popular
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