La Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) resaltó el papel de Francia y los aliados europeos en la intervención en Mali, pero consideró que necesitan el apoyo de los Estados Unidos para ese tipo de operaciones.
Costo millonario de la intervención militar francesa en Mali
El secretario general de la alianza, Anders Fogh Rasmussen, manifestó en rueda de prensa que los socios europeos deben hacer esfuerzos para cubrir los vacíos en lo que se refiere a capacidades militares esenciales como la inteligencia, vigilancia y reconocimiento.
Aunque alabó la respuesta francesa y de otros países para detener el avance de grupos extremistas en el país africano, remarcó que en esas cuestiones clave los aliados precisan un fuerte apoyo estadounidense.
De acuerdo con funcionarios y analistas de defensa, la necesidad de Francia de apoyo logístico de los Estados Unidos demuestra las mismas lagunas que afectaron la operación de la OTAN en Libia en 2011.
Para algunos como Richard Gowan, del Consejo Europeo de Relaciones Exteriores, que los franceses entraran en Mali por sí solos también ilustra las fallas en la política de defensa común de la Unión Europea.
Las declaraciones de Rasmussen se producen un día después de que el vocero del Movimiento Nacional de Liberación de Azawad (MNLA), Mosa Ag Attaher, asegurara que su organización intenta reactivar el diálogo con el gobierno de Mali para hallar una solución al conflicto tuareg.
El MNLA encabezó en enero de 2012 la insurrección tuareg del norte del país que a finales de marzo logró hacerse con el control de las tres provincias septentrionales Gao, Kidal y Tombuctú, una región conocida como Azawad, recordaron los diarios sobre ese componente de la crisis política maliense.
Con el llamado del organismo militar a más apoyo estadounidense y europeo a la intervención se aleja aún más la posibilidad de la solución pacífica propuesta para remediar la crisis, que incrementa también la gravedad de la situación social de ese Estado.
Mali sufrió un golpe de Estado el 22 de marzo de 2012 que dio paso a un gobierno de transición, el cual meses después pidió a Francia intervenir para solucionar la crisis del norte con la expulsión de los guerrilleros islámicos.
El Gobierno francés envió un contingente militar el 11 de enero, bajo el pretexto humanitario y de la llamada lucha contra el terrorismo, acción que fue bien recibida por Estados Unidos, sus aliados europeos y los 15 miembros del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas.
Políticos de Francia y de otras partes del mundo denunciaron que el apoyo de París a Bakamo responde a intereses económicos, relacionados con los abundantes recursos minerales y energéticos, fundamentalmente el uranio, y no a la ayuda humanitaria y guerra contra el terrorismo.
PL/Escuela Bolivariana del Poder Popular
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