Desconocidos acribillaron a balazos hoy en la ciudad septentrional de Trípoli la caravana del ministro libanés de Deportes y Juventud, Faisal Karimi, quien escapó ileso del atentado, dijeron medios oficiales.
Sin embargo, los informantes dieron cuenta de cuatro heridos, todos guardaespaldas del titular, alguno de ellos con quemaduras debido a que el automóvil en que viajaban se incendió por la lluvia de proyectiles.
El propio ministro dijo a la prensa que en su opinión él no fue el blanco del ataque, sino que es parte de la violencia subyacente en aquella ciudad portuaria, donde partidarios y opositores del presidente sirio, Bachar el Assad, se enfrentaron por lo menos dos veces en batallas campales desde septiembre pasado.
Horas atrás una granada arrojada por manos desconocidas explotó en la línea imaginaria que divide los distritos de Jabal Mohsen, donde residen miembros de la comunidad alawita libanesa, y Bab el Tabaneh, poblada por sunitas.
Ninguna de las dos partes admitió responsabilidad por el hecho, que hizo temer por un reinicio de la violencia de meses atrás en la que murieron una veintena de personas y más de un centenar sufrieron heridas en los combates, que además ocasionaron grandes pérdidas materiales.
El gobierno libanés se vio obligado a despachar de urgencia a la zona unidades militares y blindados para lograr el restablecimiento de la calma, aunque la tensión es palpable.
PrensaLatina/Escuela Bolivariana del Poder Popular
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