Un cura católico de Connecticut, Estados Unidos, fue acusado de vender drogas por un monto de 300 mil dólares y mantener relaciones carnales dentro de la rectoría eclesiástica.
Otras denuncias por travestismo, voyeurismo y tendencias sexuales contranaturales fueron desechadas por autoridades porque no clasificaron como delitos.
Se sospecha que el clérigo Kevin Wallin, de 61 años, y cuatro cómplices organizaron una red de narcotráfico que transportaba cargamentos de metanfetamina desde California hasta el noreste del país, e incluso hacia Londres.
Wallin debe presentarse a juicio ante la corte del distrito de Hartford, Connecticut, y dijo que por problemas de salud renunciaba a su puesto como presbítero de la Iglesia St. Augustine, en la localidad de Bridgeport.
Hace 10 días otro sacerdote en Florida, Neil Doherty, fue conducido ante un tribunal con seis cargos por molestar a niños de 12 años o menos durante la década de 1970.
Doherty enfrenta una posible sentencia de 15 años de encierro, la segunda parte de su juicio fue programada para el 28 de enero y su expediente penal es el más reciente evento en una serie de imputaciones difundidas contra otros presbíteros norteamericanos.
En diciembre autoridades en Filadelfia comenzaron la selección del jurado para el proceso penal contra dos representantes católicos acusados de pederastia y abuso infantil en Pennsylvania.
El capellán católico-romano Charles Engelhardt y el maestro de escuela religiosa Bernard Shero enfrentan cargos por presuntos delitos cometidos hace más de una década contra un niño que tenía 10 años y fue identificado como Billy Doe.
PrensaLatina/Escuela Bolivariana del Poder Popular
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