El 21 de enero de 1958 la prensa no salió a la calle, al mediodía las campanas de las iglesias empezaron a sonar y el corneteo de los autos anunciaba la huelga general convocada por los sectores populares organizados por el Partido Comunista de Venezuela (PCV) y la Juventud de Acción Democrática (AD) contra la dictadura de Marcos Pérez Jiménez,
"Por primera vez se quemaron autobuses en Caracas", dice el periodista Eleazar Díaz Rangel, quien en ese entonces era militante del Partido Comunista y redactor de El Nacional.
A mediados del 57 Díaz Rangel había sido el enlace entre el caricaturista y dirigente sindical Claudio Cedeño y el periodista Fabricio Ojeda, para que éste último formara parte de la Junta Patriótica: la unión de partidos políticos que luchaban en la clandestinidad contra el régimen. "Me avisó cuando fue nombrado presidente de la Junta Patriótica", recordó Díaz Rangel.
Testigo de primera mano de los acontecimientos que provocaron la caída del Pérez Jiménez y de la rebelión que terminó con esa dictadura militar, Díaz Rangel destaca que cuando llegan del exilio Rómulo Betancourt y Rafael Caldera lo primero que hacen es ampliar la Junta Patriótica (conformada por Guillermo García Ponce (PCV), Fabricio Ojeda (URD), Simón Sáenz Mérida (AD) y Enrique Aristigueta Gramcko (Copei) para resistir y enfrentar la dictadura), y con ello la sentencian a muerte.
El historiador Gerónimo Pérez Rescaniere dice que a los militares les llegó la orden norteamericana de tumbar a Pérez Jiménez y que así lo hicieron.
- Eso es totalmente falso, es absurdo. La caída de Pérez Jiménez fue un proceso que duró varios meses. En primer lugar está la pastoral que leyó el arzobispo Arias Blanco el primero de mayo de 1957, que generaba cierto rompimiento entre la Iglesia y el Gobierno; el plebiscito fraudulento en el que pusieron a ganar la tarjeta azul, que significaba que Pérez Jiménez continuara, y que generó reacciones negativas tanto en la población civil como en los militares. El otro elemento fue la rebelión militar de Hugo Trejo, el primero de enero de 1958 en Maracay y en Caracas, que reveló la falta de una unidad en la Fuerza Armada. Había una parte significativa que estaba en contra de la dictadura. La convergencia de todos esos factores contribuye a derrocar a Pérez Jiménez, no hay ninguna prueba, ningún indicio que permita sostener que Estados Unidos tuvo una participación activa para derrocarlo.
¿No hubo ninguna intervención extrajera?
- Nada, nadie de los que sostienen eso han podido mostrar una sola prueba, un solo indicio de que había injerencia de los Estados Unidos.
¿Cual era el prestigio de la izquierda en el país?
- La izquierda adquiere prestigio al final porque el Partido Comunista, a pesar de que tenía poca militancia, era muy organizado, muy consciente ideológicamente y con mucha capacidad por su vinculación con los sectores populares. Aún con una persecución tan aguda, logró mantener una organización mínima, muy eficiente en casi todo el país, en algunos niveles de los trabajadores y en las universidades.
¿Como hacen las élites de los partidos que vienen del exilio para capitalizar el poder?
- Quienes dirigían todo ese proceso, tanto el PCV, como Sáenz Mérida, de AD, no tenían claro que era posible avanzar más en la lucha contra Pérez Jiménez y establecer un proceso más radical, más de izquierda. Entonces parecían sentirse contentos, satisfechos con haberlo derrocado, haber logrado la libertad de los presos, que regresaran los exiliados y que los partidos fuesen legalizados. Eso era ya una extraordinaria victoria para una época en la que se vivía en la oscuridad y en la profundidad de la clandestinidad y de la persecución. De manera que eso fue un éxito y no pensaban ir más allá.
Cuando ya Pérez Jiménez se encontraba en Estados Unidos, luego de escapar en "La Vaca Sagrada" aquel 23 de enero de 1958, la Junta de Gobierno, presidida por el vicealmirante Wolfgang Larrazábal, se abrió a las clases burguesas. Díaz Rangel sostiene que cuando el PCV evaluaba el proceso, un dirigente del Partido Comunista de España expresó que pretender avanzar más allá podía significar que una victoria táctica se convirtiera en una derrota estratégica. Pero mientras tanto, representantes del sector empresarial que rendía homenaje anualmente a Pérez Jiménez en la "Cena de la Fraternidad", se instalaban.
- La Cena de la Fraternidad se celebró durante los tres últimos años (de la dictadura perejimenizta). La hacían en el Círculo Militar y reunía a los más importantes empresarios, y era un homenaje a Pérez Jiménez.
¿Los que conformaron la Junta Patriótica se sintieron satisfechos con quienes integraron la Junta de Gobierno?
- Había una Junta de Gobierno formada por militares que habían luchado a favor de Pérez Jiménez. La consigna del pueblo era "Civiles a la junta", sin embargo, no lo conformaron Fabricio Ojeda, que era presidente de la Junta Patriótica o García Ponce que era el segundo, sino los representantes de la alta burguesía como Eugenio Mendoza y Blas Lamberti. Había una deuda del gobierno con los empresarios, una deuda más o menos importante, y ellos lograron penetrar en la Junta de Gobierno y una de las primeras decisiones que toman fue el pago de esa deuda. Ellos sí supieron cobrar esa victoria.
¿Pero Fabricio Ojeda y García Ponce estuvieron complacidos con el ingreso de empresarios?
- Haber sacado a los militares que habían combatido al movimiento de Trejo era otro éxito de la movilización popular. Si uno revisa los documentos y declaraciones de esas semanas inmediatas no consigues ninguna consigna que vaya más allá. Otro hecho que revela debilidad y falta de claridad de quienes condujeron el movimiento popular es que el 23 de enero la Junta Patriótica convoca a una manifestación en El Silencio, pero no les permitieron hacerla allí, les dijeron: "háganla en el estadio universitario".
¿Cuanto duró la satisfacción por el derrocamiento en los que estaban al frente del movimiento popular?
- Por lo seis menos estuvo así. Después viene el pacto de octubre, el llamado Pacto de Punto Fijo donde dejan fuera al Partido Comunista. Lo primero que hacen, cuando llega Rómulo Betancourt y Rafael Caldera, es ampliar la Junta Patriótica, que eran cuatro hombres de los cuales tres eran de izquierda. Una mayoría que quizá más adelante hubiese podido reorientar la gestión de Gobierno, pero le ponen 15 personas que pensaban distinto, y ahí se diluye y desaparece el poder de la Junta Patriótica que tenía un gran prestigio en el país.
¿Hubo o no hubo una traición al 23 de Enero?
- No hubo traición, si ellos hubiesen estado dirigiendo el proceso y de pronto lo abandonan o lo desorientan, puedes decir que hubo traición, pero Eugenio Mendoza no traicionó al movimiento porque no estaba en la lucha contra Pérez Jiménez y los militares que estaban allí, como Carlos Luis Araque, a quien Pérez Jiménez nombra comandante de las Fuerzas Armadas de Cooperación y un día antes de que caiga, lo llaman para que sea miembro de la Junta de Gobierno, no estaba en contra Pérez Jimenez. A ellos, ni a Pedro José Quevedo se les puede decir que traicionaron el movimiento.
Pero las élites de los partidos ¿no traicionaron el sentir popular?
- Esa es otra cosa, yo estoy hablando de la rebelión, esa rebelión no fue traicionada en mi opinión. Se traicionó en sus principios, pero ¿cuales eran sus principios? Si lo que buscaba la Junta Patriótica lo logró. Ellos no buscaban avanzar hacia un gobierno más de izquierda, nada de eso.
¿El movimiento popular y los partidos estaban al tanto de que las relaciones entre Estados Unidos y Pérez Jiménez no iban bien?
AD, Copei, URD lo sabían...
¿Esa ruptura entre Estados Unidos con Pérez Jimenez no influyó en el movimiento contra Pérez Jiménez?
- No hubo ruptura, en Washington se dan cuenta de la debilidad y comienzan a apoyar... Eso lo han hecho con otros gobiernos, en Haití, por ejemplo. Nunca los derrocaban ellos (Estados Unidos) sino que, al final, cuando veían que (un Gobierno) se había debilitado y su estabilidad era muy precaria no dejaban que esos procesos se desarrollaran sino que se acercaban para influir sobre los que iban a tener el poder posteriormente.
¿A quien le pertenece el 23 de Enero?
- Yo diría que al pueblo, porque el movimiento popular fue decisivo para el derrocamiento y para que la Fuerza Armada se incorporara. Los militares pusieron como condición la huelga para ganar mayor cantidad de oficiales. La huelga no fue solo la paralización de las actividades económicas, sino la lucha contra la policía que dejó un saldo de muertos y heridos en los sectores populares.
AVN/Escuela Bolivariana del Poder Popular
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