¿TE MANIPULAN(AS) CON CUENTOS ROMANTICONES?

Claves para desmitificar el amor romántico, y olvidarse de princesas y príncipes azules

Coral Herrera Gómez


En los cuentos que nos cuentan desde nuestra más tierna infancia, a los varones les enseñan tres cosas sobre el amor:
  • Hay cosas más importantes en la vida que el amor romántico.
  • Hay una mujer destinada a ti.
  • El amor es inagotable e incondicional (como el amor de mamá).
A las mujeres nos enseñan otras tres cosas:
  • No hay nada en la vida más importante que el amor romántico.
  • Hay un hombre destinado a ti.
  • Las mujeres nacen con un don para amar inagotable e incondicionalmente (por eso su objetivo en la vida es ser esposa y mamá).
En los cuentos que nos cuentan, a unos les lanzan un mensaje, y a las otras nos lanzan otro. Para los hombres, el mensaje principal es que el amor es eso que sucede al final de la aventura, después de haber pasado por mil situaciones diferentes, después de que el héroe ha demostrado su fuerza, su valentía, su capacidad para ganar y someter a los enemigos que le van saliendo en el camino, y a los monstruos internos que a veces le paralizan de miedo. Si logra vencerlos, será digno del amor de la Princesa Que Espera, y si fracasa, se quedará solo.

El príncipe azul sabe que vencerá porque siempre se siente querido. Las dudas de amor son para las princesas con mucho tiempo libre que gustan de atormentarse. Ellos prefieren sentirse queridos, útiles, importantes y necesarios para su país o para su comunidad. Los príncipes se saben deseados por las mujeres, respetados por sus enemigos, admirados por sus amigos, venerado por sus súbditos, y mitificados por una bella muchacha que sufre lo indecible (o que se aburre infinitamente) mientras espera la llegada de su Salvador.

Otro de los mensajes que suelen lanzarnos desde las producciones culturales es que el príncipe azul lleva consigo el amor incondicional de su madre grabado en el corazón, por eso sólo podrá ofrecerle el trono del reino a una mujer que le ame como su madre: de un modo total, sin peros, sin condiciones. Así que nosotras tenemos que sustituir a su madre y convertirnos también en madres de sus hijos e hijas, y ellos, ya saben que las madres aguantan de todo y que por muy mal que te portes, nunca dejarán de quererte. 

El mensaje que nos lanzan a las mujeres es que si somos elegidas, tenemos que sentirnos inmensamente afortunadas, porque somos el grandioso premio a su heroicidad, el símbolo del triunfo masculino, el descanso del guerrero, y el botín de guerra que les pertenece por haber salvado al mundo (de las hordas de orcos, de los comunistas rusos, de los terroristas islámicos, de los alienígenas, de los indios norteamericanos, de los mafiosos italianos, de los robots inteligentes y malvados).

Las princesas, nos cuentan, tienen que ser muy pacientes, porque en casi todas las historias el amado siempre tiene mucho trabajo. Y es que por encima del amor está la misión del héroe, que es mucho más grandiosa que la princesa y que él mismo. El héroe primero sirve a la patria, y después obtendrá su recompensa por su trabajo, pero tiene que ganársela: el protagonista de los cuentos de hadas y de las películas de acción ha de demostrar que es un hombre con pleno control sobre sus emociones y mucha “sangre fría” para actuar. Tiene que olvidarse de su tierno corazoncito para matar, aniquilar y destruir al enemigo. Tiene que demostrar que es duro como una piedra, que ejecuta órdenes con la fidelidad de un robot, que es capaz de aguantar el cansancio, el hambre, el dolor de las heridas, el sueño acumulado y todo lo que le echen encima. El premio a sus sacrificios es la princesa que espera en su castillo, les dicen a los niños.

A las niñas les lanzan este mensaje: para la princesa el amor sí es lo más importante, porque la liberará de su encierro o su desgracia. Ella ama el amor porque cree que su vida mejorará, y porque no le han enseñado a pensar en otra cosa que en casarse y cumplir lo que se espera de ella: ser una mujer eternamente agradecida y entregada a su Salvador con absoluta devoción.

Los príncipes han de esforzarse mucho para obtener su recompensa, las princesas sólo tienen que aguantar, esperar, y ser pacientes para que nos amen para siempre. Y esperar solas, claro, sin rivales alrededor.

No es casualidad que las princesas siempre estén solas y desprotegidas, a merced de las circunstancias, y soñando con que alguien se encargue de ella. Nunca tiene un plan propio para escapar del encierro, ni redes de solidaridad y afecto que le ayuden. Las princesas en general son vulnerables, frágiles, sensibles, dulces, heterosexuales, de piel blanca y cabellos rubios. Se aburren mucho, suspiran mucho, y piensan en su príncipe azul a todas horas, creyendo que junto a él encontrarán la felicidad eterna y nunca más estarán solas.

A los chicos les encanta pensar que existe una princesa que lo ama porque sí y sólo piensa en él. Pero además, hay otras mujeres que les desean mucho, como es natural en un macho alfa. El mensaje que les lanzan a ellos es que han de ser fuertes para evitar las tentaciones. En el camino hacia el amor, el héroe se verá seducido por maléficas figuras femeninas que lo atraen hacia el lado oscuro, pero él nunca dejará de pensar en su princesa que espera pacientemente en el castillo a ser rescatada.

El mensaje patriarcal de los cuentos para niños, adolescentes y hombres adultos es que estas maléficas mujeres son libres, potentes, atractivas, y peligrosas, así que sólo has de acercarte a ellas para satisfacer tus necesidades básicas y divertirte un rato antes de encontrarte con tu legítima amada. Sabes que serás perdonado porque son meras necesidades sexuales que “nada tienen que ver” con el sublime romanticismo que le lleva a la Princesa Que Espera.

Al final de la aventura, el hombre puede por fin rendirse ante el amor: es cuando el héroe abre su corazón gracias a la ternura de la amada. Ya ha demostrado lo fuerte y valiente que es, ya ha ganado todas las copas y trofeos, ya ha llegado el momento de asentar la cabeza y formar una familia para asegurar la perpetuación de su estirpe. En los cuentos que nos cuentan, los finales son siempre felices: el héroe rescata a la princesa, se casan y viven para siempre comiendo perdices. Él la protegerá, ella lo cuidará para siempre, ambos vivirán encerrados en su palacio de cristal.

Sin embargo, la Realidad es siempre diferente a la ficción romántica: como cualquier pareja, los enamorados se arrugan y engordan, pierden belleza y alegría, se pelean, se aburren, se hastían, se traicionan, se reconcilian, y nada es tan bonito como nos habían contado. Las princesas y los príncipes no son tan perfectos, por lo que sus historias de amor tampoco lo son.

Descubrirlo personalmente nos decepciona y nos frustra, porque nos sentimos engañados, o porque pensamos que tenemos mala suerte en el amor. Para poder sufrir menos y disfrutar más, tenemos que aprender a despatriarcalizar y a desmitificar el amor romántico, inventarnos otros cuentos con otros mensajes, y construir otras formas de querernos.

He aquí algunas claves para desmitificar el romanticismo patriarcal y para aprender a relacionarse amorosamente con personas de carne y hueso:

Para ellos:


  • Buenas noticias: no hace falta que salves a la Humanidad, ni que seas un héroe, ni que demuestres que eres fuerte, violento, agresivo o dominante para que te amen. Ya no estás obligado a responsabilizarte de todo, y no hace falta que seas el ganador y el vencedor absoluto en todas las áreas de tu vida. No tienes por qué sentirte culpable si no das la talla o no cumples con las expectativas sobre tu virilidad. Basta con que seas una buena persona capaz de construir una relación bonita.
  • El amor es para disfrutar, no para sufrir. El amor es para hacernos la vida más fácil y bonita los unos a los otros, no es un medio para negociar y conseguir otras cosas, ni es un sacrificio que hay que hacer para tener asegurado el cuido y el placer (olvídate de la esposa-criada complaciente que atienda todas tus necesidades como mamá, para más información, el siguiente punto).
  • Definitivamente, la princesa rosa ya no existe. Las mujeres ya no esperan toda la vida ni te aman incondicionalmente: si no te portas bien, si no hay buen trato, si no alimentas la relación, si pactas fidelidad y no cumples, te dejan. La mujer a la que amas no está sentada esperando a que llegues, no está siempre disponible para ti, ni es tuya, ni su amor es para siempre. Es una mujer libre que está contigo porque quiere estar contigo, sencillamente, en el presente que compartís.
  • No mitifiques a una sola mujer y desprecies a todas las demás. No existen las mujeres buenas y las mujeres malas, por lo que no hace falta que montes jerarquías afectivas que sitúen a una sola mujer en la cúspide del éxito, y a todas las demás las minusvalores. Las mujeres no son “santas” o “putas”, son seres imperfectos y complejos como tú, con sus virtudes y sus defectos, sus errores y sus aciertos. Igual que tú nunca podrás ser tan maravilloso como el príncipe azul, ellas tampoco podrán cumplir con las expectativas del mito de la princesa. Las mujeres libres con autonomía no son peligrosas. No hace falta dominarlas para poder amarlas. No tengas miedo a relacionarte con una mujer de carne y hueso sin la coraza: no muerden. 
  • El amor no supone rendirse, no es un virus que te posee y te roba la voluntad, no es el fin de tu juventud, no te convierte en prisionero de nadie, no te convierte en propietario, ni en dominador o dominado. El amor no te roba la autonomía, no es el fin de tu libertad, no te convierte en un “calzonazos”, no te rebaja la virilidad. Así pues, eres libre para relacionarte desinteresadamente con las mujeres o los hombres a los que amas, y para dejarte seducir por la magia del compañerismo romántico que nos sitúa a todos en el mismo plano horizontal. Practicar el amor sin las antiguas estructuras de dominación y sumisión, te liberará de la necesidad de ser superior o de luchar por el poder, con lo cual podrás disfrutar más del amor.
  • Aprende a compartir protagonismos: antes los personajes femeninos de las historias de amor ejercían un papel pasivo, ahora van en su propio caballo, matan a sus propios dragones, toman decisiones, resuelven enigmas, se emparejan y se separan, eligen a sus compañeros, se equivocan, rectifican, y reivindican su derecho a moverse con libertad, y a ser protagonistas de sus propios relatos. Las mujeres son tus compañeras, y los hombres son tus compañeros, y se trabaja siempre mejor en equipo que en solitario. Di no a la soledad, que te hace más dependiente y más vulnerable, y júntate a la gente para dar y recibir amor, para vivir aventuras, para celebrar la vida.
  • El amor no culmina con un final feliz, se construye día a día. No existe la fuente de amor inagotable, no dura para siempre, y no es gratis: para ser amado hay que amar, para recibir hay que dar, para que te traten bien tienes que tratar bien. El amor puedes disfrutarlo en cualquier momento de tu vida si tienes las herramientas y los conocimientos necesarios para construir una relación bonita. No es una meta a la que llegar, es un proceso que se vive en el presente inmediato y se nutre con nuestra creatividad, nuestra generosidad, nuestra capacidad de empatía y de disfrute.
  • Libérate de las cargas del príncipe azul. Por mucho que lo intentes, nunca podrás estar a la altura de los mitos de la masculinidad hegemónica, ni cumplir con todas las expectativas que se despiertan en torno a la figura del héroe con superpoderes mágicos. Ningún hombre es tan guapo, bondadoso, rico, valiente, potente sexualmente, sensible, honrado, luchador, generoso, sabio, culto, divertido, ni tan perfecto como los vemos en las películas (excepto Brad Pitt, y seguro que algún defecto tiene el hombre). Con la edad irás engordando, perdiendo fuerzas y reflejos, tendrás achaques, puede que te quedes calvo, que se arruine tu negocio, que dejes de tener éxito en la vida, que te abandone la buena suerte. Sabiendo que nunca podrás ser tan maravilloso como un príncipe azul, estás liberado de la carga que supone estar siempre demostrando que eres muy hombre, o que eres el mejor: así puedes dedicar tu tiempo y energía a otras cosas más provechosas, como por ejemplo practicar la autocrítica amorosa para conocerte mejor, o trabajarte los miedos que te impiden disfrutar del amor.
  • Los miedos no desaparecen mágicamente, hay que trabajarlos constantemente: en los cuentos los miedos se superan con pócimas, con talismanes, con conjuros o hechizos, con tótems o con magia. Muchos de ellos los has heredado de tu cultura patriarcal: el miedo a no dar la talla en la cama, el miedo a enamorarse ciega e irracionalmente, el miedo a quedarse solo, el miedo a salir de los armarios, el miedo a la infidelidad o la deslealtad de la persona amada, el miedo al “qué dirán”, el miedo al rechazo o a no ser correspondido, el miedo al compromiso, el miedo a que te dominen o te manipulen, el miedo a que se cuestione tu virilidad o tu heterosexualidad, el miedo a perder tu autonomía y tu libertad, el miedo a que te hagan daño, el miedo a fracasar, el miedo que nos da saber que no somos imprescindibles para nadie… hay que liberarse de los miedos, entonces, para poder relacionarse con la gente con libertad, con generosidad, con ternura.


Para ellas:
  • No te esfuerces en cumplir el mito de la princesa rosa: nunca serás tan buena, guapa, joven, sana, dulce, paciente, obediente, conformista y pasiva como esta heroína tradicional, por mucho empeño que le pongas. Además, los palacios son lugares enormes, solitarios, fríos, aburridos, y resulta muy difícil escapar de ellos cuando estás dentro. Dedica tus energías a construir tu propio personaje, y a ser la mujer que te dé la gana de ser.
  • No te esfuerces en buscar al príncipe azul, no existe el hombre ni la mujer perfecta. Somos más felices cuando querremos a la gente tal y como es, sin mitificarla, sin endiosarla, sin rebajarla.
  • El amor no es la solución a todos tus problemas. Si te pasa como a las princesas de los cuentos, que están hartas de la explotación laboral a la que están sometidas, o sencillamente te aburres y tienes ganas de transformar su vida, no esperes a la llegada del Salvador que te rescate de tu situación. Ponte manos a la obra para generar cambios que mejoren tu vida sin depositar esa responsabilidad en nadie más que en ti.
  • Esperar es inútil: en estos tiempos en los que las horas y los meses pasan volando, ya no podemos pararnos a esperar a nadie. Esperar es un acto pasivo que deja en manos de los demás nuestra propia felicidad. No sabemos si nos queda una semana o diez años de vida, así que mejor disfrutar del presente, que es el único tesoro que tenemos.
  • El amor no es sacrificio, renuncia, ni rendición: no tienes por qué olvidarte de ti misma ni de tus necesidades sólo porque tengas pareja. No tienes por qué entregarte en cuerpo y alma si la otra persona no se entrega. No tienes por qué aguantar todo lo que te echen encima “por amor”. Amar no es sufrir: es disfrutar.
  • Hay muchas fuentes de afecto, de placer y felicidad en nuestras vidas, por eso el amor romántico no puede ser tu único objetivo: estas rodeada de gente estupenda que te quiere, y hay mucha más gente estupenda a la que conocer. El romanticismo en pareja es una experiencia hermosa, pero también hay mucho que aprender, que vivir, que experimentar con los demás. El amor es importante en la medida en que no se limite a una sola persona, y en la medida en que nos permita crecer y evolucionar, y repartir amor a la gente que nos rodea.
  • Trabaja tu autonomía económica y tu independencia personal para poder construir relaciones desde la libertad, y no desde la necesidad o el interés. Déjate seducir por la magia del compañerismo romántico, y quiérete mucho, para poder dar amor a los demás. Practica la autocrítica amorosa para conocerte mejor y trabajarte lo que pueda hacerte mejorar. El amor es un arte, y cuantas más herramientas tengas para relacionarte con los demás, más podrás disfrutarlo.
  • Libérate de tus miedos, sal de tus armarios, y no te sientas culpable si te enamoras, o si te desenamoras. Las mujeres no nacemos con un don para amar eterna e incondicionalmente, y tenemos derecho a juntarnos o separarnos de nuestras parejas cuando lo deseemos. Y siempre estamos mejor acompañadas por otras, que solas.
  • Di no a la soledad: las protagonistas de las historias siempre están solas: no descuides tus redes sociales y afectivas, porque son tu mayor tesoro. Solas somos vulnerables y dependientes, rodeadas de gente a la que queremos somos más libres y tenemos más posibilidades de vivir el amor sin reducir todo a una sola persona. Expande y diversifica tu amor.
  • Disfruta de tu papel protagonista en la historia de tu vida: tú eres la narradora, la guionista, la directora, y la actriz principal. Tú elijes a la gente con la que quieres compartir, tú tomas las decisiones, y tú confías en ti misma a la hora de construir tu historia. Tú eres la que inventas, la que te equivocas, la que rectificas. Trata con mimo a tu propio personaje y a los que te acompañan, os merecéis el mejor trato del mundo.

Campus Relatoras / Escuela Bolivariana del Poder Popular
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¡QUE LOS GUSANOS NO ME COMAN LOS OJOS AÚN, QUE TE QUIERO VER CAER TÍO SAM!

Normalistas desaparecidos en Ayotzinapa despiertan al México de los aztecas

EMILY CARO


Los normalistas desaparecidos en el municipio mexicano de Iguala, el pasado 26 de septiembre, son sólo 43 de los 80 que viajaban en un autobús, cuando este fue atacado por las fuerzas policiales del gobierno, pero desde el año 2006, aproximadamente 200.000 personas han sido desaparecidas o asesinadas por la ola de violencia que azota al país.

Las escuelas rurales normales de México, durante las ultimas décadas han sido satanizadas y calificadas como “nido de guerrilleros y comunistas”, de manera que, no es casualidad que las balas alcanzaran a los estudiantes que venían de protestar contra un Estado neoliberal que está de espaldas al pueblo.

Para el gobierno mexicano, la juventud normalista mexicana representa a los focos de izquierda que han ido surgiendo en México por la inconformidad del pueblo, y por ello se convirtieron en el blanco de un Estado represor cuyo único interés es mantener el poder a como de lugar.


Cifras que movieron al mundo

Recientemente más de 2.000 palestinos fueron asesinados en la Franja de Gaza por el gobierno israelí, casi 5.000 personas han muerto de ébola y en Irak también han sido asesinadas más de 5.000 ciudadanos desde que Estados Unidos (EEUU), invadió ese país (solamente contamos su última invasión del 8 de agosto de 2014), todos estos crímenes han sido abiertamente señalados por los gobiernos del mundo, por la opinión pública y por organismos internacionales.

Sin embargo, por lo lo menos 1.600.000 mexicanos han sido desplazados por la violencia, casi 200.000 han sido asesinados y por lo menos 600.000 han desaparecido producto de la violencia en México. Estos números no ha sido motivo de discusión en la Organización Naciones Unidas (ONU), en la Organización de Estados Americanos (OEA) o en cualquiera de los organismos mundiales que han fingido servir de árbitro del mundo. Incluso ningún gobierno se ha pronunciado oficialmente por el crimen de Estado más cínico que de estos tiempos que tuvo lugar en Ayotzinapa en septiembre pasado.

Esta realidad generó que en departamentos como Guerrero, surgieran los grupos de autodefensas, una medida tomada por el pueblo ante la ineficiencia institucional. Guerrero también es un territorio caracterizado por la cantidad de droga que circula y es distribuida en parte del país y otra parte es traslada a EEUU. Además en Guerrero existen grupos de narcotraficantes, que han cambiado la política por el narcoestado. De manera que ahora "ser estudiantes sea mas peligroso que ser narcotraficante", denuncia el pueblo en sus pancartas. No es para menos, Guerrero es la cuna de la insurrección campesina e indígena contra el Tratado de Libre Comercio gringo (TLC) donde fueron despojados de todo, Tierra, Vida y Cultura.Y hoy la voz anticapitalista está presente en los normalistas, son la punta del iceberg de las luchas por la igualdad social y ecologista...


Narco-Estado

A pesar del nivel de inseguridad en México, los normalistas mexicanos no murieron a manos de la delincuencia organizada, no fueron secuestrados por bandas de narcotraficantes, “a los estudiantes se los llevan policías en vehículos oficiales, con armas oficiales y los desaparecen”, denunció el padre Alejandro Solalinde, esta denuncia fue confirmada luego por lapropia comisión especial de la Cámara de Diputados de México, quien admitió que la policía fue responsable de la desaparición forzada de los 43 estudiantes.

Pero un dato más importante surge este viernes, esta vez proveniente de la Procuraduría General de México, ente que confirmó la vinculación entre el Estado y los grupos delictivos al informar que los policías entregaron los 43 de estudiantes al grupo delictivo “Guerreros Unidos”.

Las miles de muertes en México, hoy están siendo abanderadas por los nombres de los 43 los normalistas desaparecidos, pero esto no resume la ola de sangre generada por la violencia, muestra de ellos es que el pasado 04 de octubre se hallaron otras seis fosas comunes en Iguala con 28 cuerpos calcinados, lo que generó que el Consejo General del Partido de la Revolución Democrática (PRD), expulsara al entonces alcalde de Iguala, José Luis Abarca, pero más allá de la expulsión no sucedió nada.

El alcalde de Iguala luego fue detenido, tras haber huido de manera fácil, pero los padres de los normalistas dejaron claro que esa encarcelación no resuelve la desaparición de los estudiantes.


"¿Por qué nos asesinan?"

El cúmulo de delitos y de injusticias sociales en ese país llevó al borde de la indignación a los ciudadanos. Por eso es sabido que los normalistas no solo protestaban por el cierre de sus escuelas, también luchaban por lograr la organización social, como única forma para sacar al país del hoyo en el que lo ha sumido el sistema político que hoy lo rige. “Este crimen de Estado no solo fue para atacar al normalismo, sino que, pretendía matar la dignidad de los mexicanos”, denunció uno de los miles de manifestantes que marchan por las calles de México.

"Nos quisieron enterrar sin saber que eramos semillas", se leía en otra de las pancartas que ondeaban los manifestantes el pasado miércoles en la gran marcha por la tercera jornada de acción global, entre las consignas que gritaban con desespero se oía; "vivos se los llevaron, vivos los queremos", pero también la palabra "revolución" se coló entre la multitud que se agolpaba frente a la basílica de la virgen de Guadalupe, como si el cambio empezara a asomarse en el país de los aztecas.

"¿Por qué nos asesinan?", era otra de las consignas que gritaban los padres de los 43 normalistas desaparecidos, pero nadie contesta esta pregunta en el México de Emiliano Zapata y de Pancho Villa, los padres de los normalistas desaparecidos inician con esa pregunta, que retumba ante los oídos del mundo, la marcha de un país que estaba muerto ante la industria mediática.

La rabia de otros cientos miles de padres que también han perdido a sus hijos, poco a poco se despierta y sin necesidad de ser convocados, los mexicanos se agolpan en las calles reviviendo el espíritu guerrero y revolucionario de sus antepasados.

Está resucitando el México de Fridda Kahlo y deDiego Rivera. ¿Nos quedaremos de brazos cruzados de brazos desde la Venezuela de Chávez?, Todas esas preguntas me atosigan el alma y me entristecen el espíritu, pero el pueblo mexicano está empezando a levantarse del polvo y empieza a sacudirse la dignidad y eso indica que la revolución se acerca cada vez más al territorio del imperio, te estamos cercando imperio! Tu propio pueblo empieza a pasarte factura en las urnas y el mundo en tu propio terreno te grita que liberes a Cuba.

"Queremos decirle a la sociedad mexicana y al mundo que para nosotros, mientras no hayan pruebas, nuestros hijos están vivos y vamos a llegar hasta las últimas consecuencias. Nosotros vivimos con la esperanza de que nuestros muchachos están vivos. Y con la seguridad de que están vivos podemos decirles a ustedes que no vamos a descansar hasta encontrarlos",fue el grito de uno de los familiares de los estudiantes cuando quisieron decir que los estudiantes habían sido quemados y estaban hechos cenizas.


!Que los gusanos no me coman los ojos aún, que te quiero ver caer tio Sam!

Caudal Encantado / Escuela Bolivariana del Poder Popular
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