AMENAZAS DE GUERRA CONTRA VENEZUELA PASO A PASO (II PARTE)

La intervención está servida: la amenaza de Trump en cinco apuntes

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La amenaza del presidente Donald Trump el día de ayer, por más que en este punto del conflicto poco faltaba la confirmación del papel de EEUU como gran operador de la guerra contra Venezuela, sí comprueba los límites dispuestos a ser rebasados para alterar el rumbo político del país por la fuerza y con el apoyo de dirigentes antichavistas locales.

Agosto 12 de 2017

1. Contexto político. La revolución de colores impuesta en Venezuela por más de tres meses tuvo como cerebro central al Departamento de Estado de EEUU.

Financiamiento y soporte diplomático a grupos mercenarios todavía en estado de germinación, presiones internacionales y financieras acompañadas de sanciones específicas a la línea de flotación en seguridad y defensa institucional del Estado venezolano, fueron los recursos de guerra asimétrica utilizados por EEUU para dirigir el conflicto hacia un escenario de intervención camuflada.

En los meses de abril, mayo y junio, Julio Borges y Freddy Guevara, cada uno delegado a construir distintas líneas de influencia a lo interno de EEUU y la región, clamaban por una mayor presión de Trump, mientras que exigían a la banca un feroz bloqueo financiero, por lo que la reunión de Borges con H.R. McMaster fue el punto clímax en la exigencia por una acción de fuerza.

No sería otro que Juan Requesens, del mismo partido de Borges, hoy vanguardia de la inflada "resistencia" a la que le otorga ese corte de movimiento estudiantil para consumo simbólico en el extranjero, quien asumiría públicamente un mes después en un foro en la Universidad Internacional de La Florida (Miami) que había que prepararse para una intervención extranjera. Luego de no recordar en que lugar se encuentraba hasta hace una hora, comentó que para llegar a la intervención había que pasar primero la etapa de violencia (armada), la que por cierto detuvo la elección constituyente del 30 de julio.

La amenaza de Trump tiene el clamor opositor de fondo, bien trabajado durante meses en la elevación de su perfil como cabeza de playa y legitimadores internos de la intervención. Acción que aunque es en sí misma miserable y cobarde, abre un debate en este momento, también electoral, sobre la participación por parte de dirigentes políticos que pidieron abiertamente una intervención de potencias extranjeras.

Y cabría también dividir entre pedir y la coordinación e involucramiento que subyace, en tanto no se "piden" intervenciones a menos que un sector político las acompañe. La boconería y la excitación del momento por parte de Requeses comparte el mismo atributo de otros bocones del sur de La Florida, quienes canalizando el fondo de grandes petroleras y corporaciones armadas han logrado influir sobre el qué hacer en Venezuela.

Una vez instalada la Asamblea Nacional Constituyente, bajo amenaza de sanciones económicas y financieras de alto calado, el contexto cambió las variables políticas y geopolíticas y cómo inciden en ellas los factores locales e internacionales del golpe. La amenaza se volvió "opciones en estudio", mientras luego de las sanciones contra el presidente Nicolás Maduro por parte del Departamento del Tesoro sólo ampliaban el enigma de por qué Diosdado Cabello y Vladimir Padrino López no entraban en la ronda.

Aparece entonces la inédita "opción militar" de una potencia extranjera contra Venezuela, en medio del incumplimiento de amenazas anteriores y con una oposición sin capacidad de imponer el ritmo político del país, más allá del bombeo de oxígeno que se envía y que parece ya no ser suficiente desde los gobiernos satélites de Washington en la región, agrupados en torno a la Declaración de Lima.

Por más que en las primeras de cambio hubo contradicciones entre lo expresado por Trump y fuentes del Pentágono citados por la prensa global, la amenaza para labrar el camino hacia lo que el analista Rotislav Ishchenko denomina la última etapa de la revolución de color, reseñada por Misión Verdad: de no lograr los objetivos propuestos por el Estado agresor (EEUU) a través de estructuras delegadas (en este caso la oposición venezolana y sus derivaciones armadas) o una guerra civil, procede a la intervención directa contra el Estado-víctima, con base a suministro de armas, entrenamiento a grupos mercenarios y agresiones directas sobre blancos estratégicos.

Entramos ineludiblemente a esta etapa del conflicto, una determinante y decisiva que coloca el debate entre la verosimilitud de la amenaza y los mecanismos a emplear en estado latente. Pues de las sanciones contra el presidente Maduro y el bloqueo financiero que aún persiste, no muestran otra cosa que no sea la ruta de intervención contra Venezuela, ya decidida y sin ningún gesto de ser revertida.

Por más que algunos actores públicamente aseveren no estar trabajando en función de una intervención militar, caso H.R. McMaster, aparecen en lo colateral el bloqueo financiero y el asedio diplomático, también herramientas de intervención extranjera toda vez que moldean un escenario preparatorio para la militar. La última fase de Rotislav Ishchenko.

2. Amenaza y certeza. Fuera de avances o retrocesos en las actuaciones que se mueven en la superficie política, el tiempo que toman en actuar en una dirección, en otra o en desistir de un objetivo táctico específico, la trama subyascente avanza de forma ininterrumpida: la sostenida operación de cambio de régimen, con esa salida a la superficie por parte de Trump no debe entenderse (incluso siendo así) como el clásico bluff. No en balde, en la reunión del Consejo Nacional de Seguridad inmediatamente previa a las declaraciones, John Kelly y H.R. McMaster hicieron parte. En el caso de McMaster era más que evidente por ser él quien la preside, pero el jefe de gabinete no integra el consejo de seguridad: la experticia sobre la región del general Kelly es lo que podría suponerse que define su presencia.

Sobre el muy específico plano de la seguridad energética, y la lógica operativa que propone McMaster (como un actor bien colocado del Estado/sistema profundo) se hace necesario recordar la pieza de opinión firmada por McMaster y Gary Cohn el 30 de mayo de 2017: el mundo es una arena donde países, actores no gubernamentales y negocios compiten por su ventaja. No se trata de aliados o socios en el mundo, sino la política de la fuerza, principio que, tal como señala el artículo, ellos "abrazan". El estar dispuestos a trabajar únicamente ahí donde están alineados los principios en común, y de lo contrario, imponerse. Venezuela como principal reserva de petróleo del planeta, no escapa del mapa de los países soberanos a doblegar.

Tomado directamente del artículo: "(La consigna) America First señala la restauración del liderazgo norteamericano y el papel de nuestro gobierno fuera de sus fronteras: el emplear los recursos diplomáticos, económicos y militares de los Estados Unidos para promover la seguridad norteamericana, promover la prosperidad norteamericana, y extender la influencia norteamericana por todo el mundo".

Y es ahí donde se debe encuadrar 1) la visita de Borges poco menos de un mes previo al artículo, y 2) una línea maestra que opera con o sin Trump. De la mano del Congreso y los sectores fanatizados del Pentágono.

En conclusión, fuera de la retórica deslenguada de Trump, es imposible concebirlo como un ejercicio retórico: se trata de una amenaza cumplible con todas sus letras.

3. Disposición del tablero y empleo de recursos. Antes de caer directamente en el factor Trump y el sinnúmero de pugnas internas en curso dentro de los círculos de poder gringos, se debe recordar que a diferencia de una guerra de carácter industrial (el desembarco de marines, el despliegue de portaaviones y toda la mitología de la propaganda fílmica), se trata de una guerra post-industrial, neoliberal y privatizada. Volviendo Brasil al mismo estatuto de finca que tiene Colombia, la probabilidad de una guerra proxy (por delegación) con retaguardias funcionales, a saber, estructuras armadas mercenarizadas, a todo nivel es más que latente. Las elecciones regionales son en octubre, los ejercicios militares en la triple frontera Brasil-Colombia-Perú también.

La costra política que conocemos como dirigencia opositora venezolana cada vez se reduce más dramáticamente a ese papel, cuyo principal activo es la construcción de sentido y el otorgamiento de contexto "político" y narrativo a una operación cuyo carácter esencial es geopolítico/energético, y que en su plano ulterior apunta contra el único proyecto histórico que demostradamente es capaz de revertir el estatuto neocolonial de toda la región. La pobreza intelectual de esa suerte de clase político-gestora se está suplantando gradualmente con la operación de reingeniería psicológica que apunta a la juventud y "la resistencia" en un cálculo a mediano plazo, de ahí que también sea necesario el sostenimiento de Freddy Guevara como figura central y como bisagra generacional.

El papel de canalización circunstancial de figuras como Borges, Machado, Capriles (que no de López) una vez que avance la violencia armada (si es que avanza como algunos calculan) es probable que se acentúe, una vez la guerra borre esa dimensión fronteriza entre lo bélico y lo "político". Por lo tanto, ¿qué sentido de participación política tiene la presencia de este cúmulo de "dirigentes" frente a la seguridad nacional, más que como correas de transmisión de una acción pensada para agredir nuesta soberanía en todas sus esferas?

4. La región, la subordinación, el temor a los precedentes y la "estrategia del loco" de Kissinger. Las reacciones de los promotores de la Declaración de Lima entrañan varias capas a considerar: 1) la declaración de Trump, que definitivamente fue a contrapelo de la presión diplomática que se atribuyeron esos "países", fue una decisión tomada desde una instancia superior, y muy probablemente no discutida por los canales hasta ahora empleados, 2) de ahí que el pretendido juego "soberanista" (en el caso de Chile) o de viuda plañidera (en el caso de Almagro) ofrece ese matiz de negación plausible y la ilusión de policía bueno empeñado en preservar las formas "diplomáticas", 3) pero en el fondo, ocurre una combinación discursiva que para la Casa Blanca surte efecto como "negación plausible" creando la ilusión de dos bandas que chocan y dejan de confluir, mientras que al ofrecer una oportunidad imprevista de autoblanqueo de los gobiernos parcelarios también señala algo que la guerra contra Venezuela sigue siendo difícil de vislumbrar: precedentes que en su ejecución pudieran dejar sentadas las bases para que a esos dirigentes y esas clases políticas verdaderamente subordinadas y comprometidas sufran el mismo y exacto destino de ser eficaces contra el Gobierno venezolano.

Eso ha estado desenvolviéndose desde la última serie de rondas de sanciones. Y 4), otro elemento entra en juego en consonancia con lo más parecido a una "estrategia" de la administración Trump: la "estrategia del loco de Henry Kissinger", en donde una inestabilidad de vectores no permite definir un cuadro ni un curso de acciones visibles y por lo tanto inminentes, y todos los dirigentes de la región sumados a la operación de cambio de régimen contra Venezuela son víctimas de lo mismo. En el país esa estrategia traducida en caos que se promueve como agenda (anti)política, alimentada por la guerra económica y financiera (y de ahí que sea necesario mantener a la nación bajo ese asedio), viene a configurar un sentido del momento (y por ende de la historia) donde la intervención por vías convencionales y no convencionales adquiere "necesidad". Donde Freddy Guevara y Julio Borges son los encargados de servir la mesa y de darle cobertura política, mientras los medios globales y grandes tanques de pensamiento, la banca mundial y las corporaciones, forzan la barra para despojarle todo ribete político al conflicto.

5. Contexto interno, urgencias "objetivas", y la imperiosa necesidad de un conflicto contra el eslabón más débil a la vista. El narcisismo del Pentágono, en la voz de su escuela de guerra, produjo un documento donde señalaba el declive del poder de los Estados Unidos en tanto "imperio", pero lo más dramático del mismo radica en que plantea las mismas soluciones que ha venido empleando desde hace 20 años (concentración en el eje propagandístico, la necesidad de preservar la supremacía por la fuerza y el arbitrio global, a riesgo de colapsar). A la luz de esa percepción excepcionalista, generalizada en los círculos neocon y neoliberales, se enfila la lógica de política exterior que en el caso específico de Trump necesita una salida estilo Clinton (ejemplos: en Kosovo y en Sudán) para afirmar la posición de fuerza. De las cinco regiones en pugna, Rusia, China, Irán, Corea del Norte y Venezuela, es la última la que representa las opciones más viables para una operación de esta naturaleza. La reunión de la que luego Trump ofrecería esas declaraciones tuvo como temas centrales la República Democrática de Corea y la República Bolivariana de Venezuela.

Y, por encima de eso, existe otro elemento clave: ha sido una enorme y voluminosa inversión el debilitamiento interno del Gobierno y el Estado venezolano. Es decir, se trata de una decisión burocrática de gran calado que se hace prácticamente imposible de revertir. Tal como ha sido desde los bombardeos alfombra contra la Alemania Nazi a nuestros días: se trata de una decisión administrativa. Misma naturaleza que comparte la lógica de las sanciones (de por sí actos de guerra abierta). Es una inversión irrefrenable: el ablandamiento de una nación podrá ser más barato que una invasión, pero eso no lo hace menos costoso por la naturaleza empresarial de quienes la promueven y ejecutan por vía indirecta.

La guerra es, sobre todo, un asunto de negocios. Y Venezuela por sus gigantescos recursos promete una rentabilidad gigantesca y quizás inédita, pues lo que no pueda hacer Julio Borges y Freddy Guevara por cuenta propia tiene, ahora sí de forma declarada, esa carta bajo la manga. De Venezuela depende, también, el cambio de régimen a escala regional para retornar al continente a su estatus original de patio trasero.

Mientras la Asamblea Nacional Constituyente ejecuta sus primeras medidas en pro de rescatar el orden y la autoridad del Estado, en paralelo el país entra en un ambiente electoral marcado por las venideras elecciones regionales. Y ese contexto en el cual se anuncia esta seria amenaza de intervención militar por parte de EEUU, en boca de Donald Trump, dice bastante de las perspectivas y noción de futuro que tiene esta potencia sobre nuestro país: un botín que debe ser reconquistado. Su tamaño e importancia geoestratégica es proporcional a los recursos a utilizar. Ahora, incluidos los militares.

Y eso, que ya es en sí excesivo en forma y sustancia contra un país sin bombas nucleares ni portaaviones, tampoco ha logrado volver a "calentar la calle": lo que la dirigencia antichavista llama a las zonas de clase media donde no creo que extrañen esos vecinos los enfrentamientos entre encapuchados y fuerzas de seguridad. 
 
Misión Verdad / Escuela Bolivariana del Poder Popular
@prensa_ebpp

AMENAZAS DE GUERRA CONTRA VENEZUELA PASO A PASO (I PARTE)

Venezuela-EE.UU: ¿quién es una amenaza para quién?

Carlos E. Lippo

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En fecha ya tan remota como el año 2007 un memorándum oficial de la Agencia Nacional de Seguridad de los Estados Unidos (NSA) incluía a Venezuela entre sus seis “objetivos prioritarios”, siendo China, Rusia, Corea del Norte, Irán e Irak, los otros cinco países señalados en el mismo con igual carácter. Dicho documento fue filtrado en el año 2013 por el ex consultor tecnológico estadounidense, antiguo empleado de la CIA y la NSA, Edward Snowden, al diario británico “The Guardian”, que a su vez lo cedió a “The New York Times” (1) . Sin embargo, antes de continuar debo abrir un breve paréntesis para declarar que considero un verdadero honor el que nuestro país figure al lado de países que siendo tan diferentes al nuestro compartan con nosotros, entre otras muchas cosas positivas, el que sus gobiernos estén absolutamente negados a aceptar los dictados del imperio.

El conocido diario neoyorquino, un miembro conspicuo de la canalla mediática internacional que permanentemente hostiga a Venezuela, en el artículo mediante el cual presentaba este documento señalaba que uno de los objetivos del mismo era “ayudar a los encargados políticos (estadounidenses) a prevenir que Venezuela obtuviese sus objetivos de liderazgo regional y desarrollase políticas que impactasen negativamente los intereses globales de EE.UU", y es que según decía el mismo diario, el gobierno de George W. Bush se veía "en una competición por el liderazgo en Latinoamérica con el líder de Venezuela, Hugo Chávez". 
 
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Es razonable suponer entonces que este objetivo y esta competitividad se hayan ido intensificando en el tiempo a medida que nuestra revolución, de la mano de El Comandante, iba alcanzado cada vez mayores logros a lo interno de nuestro país, al mismo tiempo que se colocaba en posiciones cimeras en la escena internacional, contribuyendo decididamente a importantísimos logros en materia de la integración regional (ALBA, UNASUR, CELAC y Petrocaribe) y de la conformación del actual mundo multipolar que acabó enterrando la desdichada y estúpida tesis del ”fin de la historia”. Todo ello logrado en medio de la más descomunal injerencia de ese inmoral imperio, materializada a través de la inmensa cantidad de acciones ilegales, extremadamente cruentas algunas de ellas, que éste planificó, promovió y financió, con el mayor desparpajo y el más descarado apoyo de la canalla mediática nacional e internacional, entre los días iniciales de la revolución y la prematura muerte de El comandante, inducida por agentes imperiales en connivencia con traidores locales, como habrá de ser plenamente demostrado, espero que mucho más temprano que tarde.

Considero que las acciones y operaciones sicológicas de naturaleza terrorista ejecutadas por miembros de la oposición vendepatria con el concurso de mercenarios de diferentes nacionalidades, al igual que las frustradas por la oportuna intervención de los organismos de inteligencia y prevención con el apoyo del pueblo revolucionario desde el día siguiente a la elección del Camarada Maduro hasta el pasado 30 de julio, día de la elección de la actual Asamblea Nacional Constituyente, todas ellas planificadas, promovidas, apoyadas y coordinadas por el imperio, aún sin haber materializado su invasión, no tienen precedente en nuestro continente, siendo sólo son comparables, a juicio mío, con algunas de las desarrolladas en contra de la revolución cubana, a lo largo de sus más de cincuenta años de existencia.

Ocurre adicionalmente que, en medio de tan arteros ataques, nuestra revolución no sólo es que ha sobrevivido dignamente, sino que se ha convertido, sólo por la vía del ejemplo y de la excelsa presencia del Comandante Eterno y ahora de su legado, en inspiradora de otros movimientos revolucionarios exitosos a nivel continental conocidos por todos y en un auténtico faro de luz capaz de orientar a los más diversos movimientos revolucionarios a nivel planetario. Por lo que resulta perfectamente explicable entonces que Obama haya emitido aquella infamante “Orden Ejecutiva” del 09 de marzo de 2015, ya que el imperio nos considera una real amenaza, a pesar de estar situados a miles de kilómetros de distancia de su territorio; de que no contamos con armas de alcance estratégico; y de que nunca hemos empleado recursos ni funcionarios para conspirar en contra del orden constitucional estadounidense. 
 
http://www.elnuevoherald.com/noticias/mundo/america-latina/venezuela-es/8nvoe1/picture167099127/alternates/FREE_640/VENEZUELA%20CRISIS%20(3)

Como quiera que con cada intento fallido de significación a lo largo de todos estos años (golpe de abril de 2002; paro-sabotaje petrolero 2002-03; incursión paramilitar colombiana y “guarimbas” de 2004; “guarimbas estudiantiles” de 2007; acciones armadas de desconocimiento del triunfo de Maduro en mayo de 2013; acciones terroristas de “La Salida”, febrero a mayo de 2014; “Golpe Azul” de febrero 2015; y acciones terroristas de abril a julio del presente año), el imperio ha perdido una cantidad importante de sus operadores locales, y que los que aún le quedan han demostrado ser absolutamente ineficientes, no le ha quedado otra opción que intentar asumir directamente las futuras acciones de la contrarrevolución local, incluyendo una intervención militar directa, tal como lo ha señalado de manera explícita el mismísimo Donald Trump en unas terribles declaraciones ofrecidas la semana pasada, luego de reunirse con su secretario de Estado, Rex Tillerson; su asesor de seguridad nacional, H.R. Mc Master; y su embajadora ante la ONU, Nikki Haley (2) .

En relación al alcance real de tales declaraciones consideramos que es necesario poner enteramente en tela de juicio unas declaraciones de Noam Chomsky, ese presunto anarquista estadounidense que con demasiada frecuencia gusta de enmendar la plana al imperio aparentando atacarlo, que pretenden minimizar el impacto de las amenazas de Trump, señalando que son “irresponsables” aunque “típicas” de anteriores presidentes, para luego entrar en flagrante contradicción al decir que "… la mejor esperanza es que algunos de los generales a su alrededor, que presumiblemente entiendan las consecuencias, logren controlarlo" (3) .

No puede haber dudas en relación a que el imperio está plenamente determinado a invadirnos militarmente mucho más temprano que tarde, sólo que como ha dicho ese famosísimo periodista australiano llamado John Pilger, que ha actuado como corresponsal de guerra en conflictos tan álgidos como los de Vietnam, Camboya, Egipto, India, Bangladés y Biafra: “… Washington sólo invade países indefensos, y Venezuela no está indefensa…” (3) , por lo que a juicio nuestro habrá de intentar hacerlo con el apoyo de aquellos países latinoamericanos que le son más incondicionales, esto es: Colombia, Perú, Méjico, Honduras, Panamá y Paraguay, entre otros.

Es en procura del apoyo militar de estos países cipayos que el vicepresidente Mike Pence está realizando su actual gira suramericana que lo ha llevado a Colombia, Argentina, Chile y lo llevará a Panamá, durante la cual no sólo es que no ha tratado de atenuar el terrible impacto de las declaraciones de su jefe, ya mencionadas, sino que se ha atrevido a tildar a Venezuela de “estado fallido”, al igual que antes otros funcionarios de igual o mayor nivel lo hicieron en países que luego resultaron invadidos (Afganistán, Irak y Libia, entre ellos), y ello nada más y nada menos que en el “Estado Forajido de Colombia” (4) . 
 
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Una demostración palpable de que el imperio está tratando de conformar una fuerza militar multinacional para invadir a Venezuela lo constituye la celebración de una serie de ejercicios y maniobras militares conjuntas a lo largo del presente año en territorio suramericano y del caribe, cuando lo usual desde comienzos de los años sesenta era celebrar anualmente sólo las Maniobras Navales UNITAS. A continuación presentamos un listado público, tomado de la página de Google, contentivo de este tipo de maniobras, celebradas y por celebrarse durante el año en curso:
  • Maniobras Navales “Tradewinds 2017” (Vientos Alisios 2017), celebradas en el mar territorial de Barbados, del 06 al 12 de junio y en las aguas territoriales de Trinidad & Tobago, a 600 km. de la costa venezolana, del 13 al 17 de junio, con participación de efectivos militares de países de la región del Caribe (Méjico, Antigua y Barbuda, Bahamas, Barbados, Belice, Dominica, República Dominicana, Granada, Guyana, Haití, Jamaica, San Cristóbal y Nieves, Surinam, San Vicente y las Granadinas y Trinidad & Tobago), junto a las de los siguientes países de la OTAN: EEUU, Canadá, Francia y el Reino Unido (5) .
  • Maniobras aéreas Colombia-Estados Unidos, celebradas durante los días 15, 16 y 17 de julio en el espacio aéreo de la base estadounidense de Palanquero (Colombia), a 300 km. de la línea fronteriza del Táchira (6) .
  • Maniobras Navales UNITAS LVIII-Fases del Pacífico y Anfibia, celebradas en las costas del Perú, entre el 13 y el 26 de julio, con participación de efectivos militares de los siguientes países: Argentina, Australia, Brasil, Canadá, Chile, Colombia, República Dominicana, Ecuador, Estados Unidos, Guatemala, Honduras, Indonesia, Italia, México, Panamá, Paraguay, España, y Reino Unido (7).
  • Participación de efectivos de las fuerzas aéreas de Colombia y Brasil en el ejercicio internacional “Mobility Guardian”, celebrado en Seattle, estados Unidos, entre el 29 de julio y el 12 de agosto (8) .
  • Ejercicios Militares AmazonLog, a celebrarse en la ciudad brasilera de Tabatinga, en el estado Amazonas, que haciendo frontera con Leticia (Colombia) y Santa Rosa (Perú), dista unos 700 km. de la frontera de Brasil con Venezuela, a celebrarse entre el 6 y el 13 de noviembre próximos, con la participación de las fuerzas armadas de Argentina, Chile, Colombia, Ecuador, Panamá, Perú, Uruguay, Estados Unidos y Canadá (9) .
  • Maniobras Navales UNITAS LVIII-Fase del Atlántico, a celebrarse, como es costumbre, en un país de la costa atlántica suramericana (Argentina, Brasil o Uruguay), durante el último trimestre del año, según detalles que no pudieron ser obtenidos.
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Para finalizar sólo me queda por decir que la amenaza militar del imperio sobre Venezuela es absolutamente real y que lamentablemente podría ser materializada en cualquier momento a partir de ahora, mientras que la amenaza que nosotros pudiéramos representar para la hegemonía imperial, nunca de carácter militar, es algo que nos enorgullece y que al ser reconocida por nuestros aliados, gobiernos y movimientos sociales a nivel mundial, debiera promover su más decidido apoyo a nuestra revolución junto al más contundente rechazo a las bastardas pretensiones del imperio.

Aunque celebro y agradezco aquella frase de Pilger con la que trata de exaltar a la revolución bolivariana hasta el infinito, al señalar que “Si Venezuela cae, la humanidad cae" (3) , no la comparto en su totalidad; prefiero decir que si Venezuela cae, toda la América Latina estará en riesgo inminente de volver a ser el “patio trasero” de los Estados Unidos y esto, que es de tan extrema gravedad, no puede ser permitido por nadie en el seno de la comunidad mundial“decente”, ni mucho menos por nuestros aliados del ALBA-TCP, ni por nuestras potencias amigas: Rusia, China e Irán.

¡Hasta la Victoria Siempre!

¡Patria o muerte!

¡Venceremos!
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(1) http://www.lechuguinos.com/venezuela-objetivo-prioritario-nsa/

(2) http://www.milenio.com/internacional/donald_trump-opcion_militar-venezuela-nicolas_maduro-crisis_politica-constituyente_0_1009699280.html

(3) http://www.telesurtv.net/news/Chomsky-y-Pilger-Si-Venezuela-cae-la-humanidad-cae-20170813-0024.html

(4) http://www.panorama.com.ve/politicayeconomia/Mike-Pence-Un-Estado-fallido-en-Venezuela-amenaza-seguridad-del-pueblo-de-EE-UU-20170814-0029.html

(5) http://misionverdad.com/LA-GUERRA-EN-VENEZUELA/tradewinds-2017-eeuu-realiza-maniobras-militares-en-el-patio-delantero-de

(6) http://www.webinfomil.com/2017/07/exclusivo-eeuu-desplegara-aviones-de.html

(7) https://www.marina.mil.pe/es/evento/unitas-lviii-2017-peru/

(8) http://www.cgfm.mil.co/2017/07/24/fuerza-aerea-colombiana-finaliza-entrenamiento-despliegue-al-ejercicio-mobility-guardian-2017/

(9) http://www.resumenlatinoamericano.org/2017/05/08/brasil-tropas-de-eeuu-participaran-de-ejercicio-militar-en-amazon
 
Rebelión /  Escuela Bolivariana del Poder Popular
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