EL PLAN SOCIALISTA

Sueño que también contempla la existencia de medios de producción animados hacia lo colectivo, buscando romper con la carga injusta que significa un sistema en el que unos son los dueños de los medios de producción y otros no tienen más remedio que vender sus propia fuerza y talento como forma de sobrevivir.

Iván Gutiérrez


En junio del 2009, el Presidente Chávez dio inicio a un espacio de reflexión que llamó “Alo Presidente teórico”. Durante el desarrollo de este programa el Presidente se extendió en argumentos sobre la necesidad de dar forma concreta al Poder Popular a través de los Consejos Comunales y la creación de las Comunas.

Como se sabe, en el país fueron creados miles de Consejos Comunales, básicamente atendiendo al llamado que Chávez había hecho. El MVR antes y el PSUV, luego, estuvieron al margen en tanto partidos, de la iniciativa asumida por sectores chavistas de base, muchos no militantes, quienes con entusiasmo iniciaron la formación de aquellas expresiones concretas de lo que se ha dado en llamar el Poder Popular.

Al examinar con atención las reflexiones del Presidente en torno a la materia, nos encontramos con una visión llena de buenas intenciones; el sueño de una sociedad de ciudadanos empoderados, resolviendo y gestionando actos de gobierno en función de mejorar sus vidas. Sueño que también contempla la existencia de medios de producción animados hacia lo colectivo, buscando romper con la carga injusta que significa un sistema en el que unos son los dueños de los medios de producción y otros no tienen más remedio que vender sus propia fuerza y talento como forma de sobrevivir.

En torno a esta contradicción se han desarrollado infinidad de luchas, las cuales han modificado no solo la realidad del sistema de producción capitalista en sí, sino también obligado a asumir la creación de condiciones sociales en los cuales están presentes unos derechos para el trabajador. Venezuela es un país en el cual predominan relaciones de producción capitalistas. Por siglos ese ha sido el modo de producción que ha contado con los mecanismos que proporciona el ejercicio del Poder para reproducirlo y mantenerlo. Como es lógico, dentro de él muchos han alcanzado niveles de vida altos. Lo malo es que también, a la par, crecen quienes carecen de lo más mínimo, generando profundas desigualdades.

En nuestro caso, a la par del éxito obtenido por algunos sectores sociales, crecía exponencialmente la pobreza. En esta situación la carga de violencia era latente. Las soluciones a este problema reciben diversos tratamientos. Unos piensan que basta con abrir fuentes de trabajo suficientes para que la mayoría de la población viva activamente. Por lo tanto, habrá que facilitar la inversión y la creación de empleo, a la par atender la competitividad.

El problema es que todo esto es visto desde la óptica que la rentabilidad del capital es muchos más importante que las condiciones del factor trabajo. A eso, con mayor o menos acento, apostaron los gobiernos anteriores a Chávez, digo, como fin de las políticas que en realidad aplicaban, no por el discurso dado.

El Presidente Chávez se ha propuesto impulsar una ruptura del Sistema Capitalista o, al menos, rebajar su primacía en el país. Para ello ha propuesto una mayor participación pública directa en la economía y la creación o impulso de formas colectivas de propiedad de medios de producción.

Se referencia en procesos revolucionarios producidos en otras latitudes; en otros tiempos y bajo condiciones distintas al Proceso que se desarrolla en Venezuela. Ha levantado el Socialismo como alternativa y al explicar su propuesta, exalta valores que han constituido objetivos de la Humanidad. Tal es el caso de la solidaridad y la igualdad. De allí que la lucha no solo se plantee en el plano político, también en lo cultural y en las ideas, puesto que en la realidad de hoy predominan otros valores, aquellos que tienen que ver con el individualismo.

Los fundamentos de la proposición de creación de un estado comunal hay que buscarlos en el Socialismo del siglo XX, sistema que ya no domina sino en uno o dos países y que ha sido sometido a críticas descarnadas, centrándolas solo en sus aspectos negativos. Borrando cualquier aspecto que pudiera ser considerado positivo. Ni la Revolución Rusa, ni la China pudieron haberse sostenido solo a punta de represión, el orden generado desde ellas obtuvo la legitimidad que les permitió sobrevivir por largo tiempo y ser considerado, en parte de aquel, como una opción válida ante el capitalismo. Lo cierto es que el presidente está convencido que su esfuerzo y liderazgo se pondrán en función de alcanzar una sociedad mucho más solidaria e igualitaria que la actual. De allí que impulsara las ideas del Estado comunal con todas sus fuerzas.

Como es de esperarse, una parte importante de la población responderá a su llamado en la misma dirección enfocada en el mensaje. Creyendo en sus bondades. Otras, en la prédica del mismo, lo asumirán sin creer en él. Por supuesto, no falta quien mantenga reservas fundamentadas sobre el destino de la ruta propuesta y en algunos casos lo expresarán. Pero está claro que si la propuesta no logra construirse ajustada a la experiencia histórica y a la realidad nacional e internacional, surgirá una fuerte oposición a ella, quizás de tal magnitud, que no le permitan avanzar ni un centímetro.

Los chinos confrontaron un problema semejante, que en el enunciado, resolvieron pragmáticamente definiendo la línea de un país; dos sistemas. Allá fue introducir modos de producción capitalistas en una sociedad profundamente rural, pero que por sí sola era un mercado de más de 1000 millones de personas. Acá es al contrario, se trata de introducir modos colectivos de producir en una sociedad dominada culturalmente y económicamente por el capitalismo. Es decir, acá se intentará, pacíficamente, lo que en otras latitudes se hizo a través de la violencia. No deja de ser un reto de grandes proporciones, no exento de riesgos.

Rebelión / Escuela Bolivariana del Poder Popular

Eco Mundial en Apoyo de l@s zapatistas: Carta de Raúl Zibechi, Un Nuevo Nacimiento.

A los compañeros y compañeras de las comunidades zapatistas sitiadas por la represión y los paramilitares.

Raúl Zibechi
Montevideo, 5 de noviembre de 2012 

Hace pocos días retorné de México. A diferencia de otros viajes, esta vez me concentré en el Distrito Federal, donde pude visitar comunidades urbanas como Acapatzingo, del Frente Popular Francisco Villa Independiente (FPFVI). Para mi sorpresa, en ese espacio urbano donde viven 596 familias funciona una suerte de poder popular, o como queramos llamarle a esa forma de vida comunitaria donde las decisiones la toman todos y todas, y donde no mandan ni el gobierno ni sus aparatos armados.
Esos días los compas iniciaban un seminario sobre capitalismo, socialismo y autonomía, con gran participación de vecinos y, sobre todo, vecinas, mujeres jóvenes con sus hijos, mujeres trabajadoras y luchadoras, y un buen puñado de varones. Compartimos desayuno y almuerzo, pláticas y espacios como el vivero (que lucha por la autonomía alimentaria), la radio comunitaria y los espacios para los niños, los jóvenes y la tercera edad. En poco tiempo levantarán los edificios para la escuela secundaria y la clínica de salud. Debo decir que se trata de uno de los mundos otros urbanos más potentes que conozco en América Latina, con elevados niveles de organización, conciencia y participación. No digo que sea el único, pero puedo asegurar que es uno de los más consistentes que conozco. De alguna manera, es una suerte de caracol urbano. Siento que pertenece al mismo tipo de construcción del zapatismo de Chiapas, más allá de las diferencias y particularidades.
En los días que pasé en el DF, me llamó la atención el predominio (entre las clases medias urbanas, los analistas de arriba y buena parte de la izquierda institucional) de posiciones políticas que aseguran (palabras más o menos) que “el zapatismo está aislado en Chiapas y ya no ejerce influencia en la sociedad mexicana”. Hay quienes incluso consideran que el zapatismo ya no existe, mientras otros creen que perdió toda vigencia. ¡¡Quien no ha escuchado este discurso en los últimos años!!
La comunidad urbana Acapatzingo es la mejor demostración de que esas ideas son profundamente equivocadas. Quienes así piensan no ven más allá de la coyuntura, generalmente la coyuntura electoral. Tienden a dar valor político a lo que suma votos y protagonismo mediático. No auscultan los latidos de los diversos abajos, los que pelean en Cherán y en Huesca, por poner apenas un par de ejemplos con los que pude escuchar y aprender.
Existe otra tendencia típicamente izquierdista e intelectual, tan mezquina como la anterior, que considera como zapatismo los comunicados del EZLN (si son firmados por el subcomandante insurgente Marcos, mejor aún), que focaliza el movimiento zapatista en los actos y apariciones públicas de los comandantes, y poco más. En su campo visual apenas entran los caracoles y las juntas de buen gobierno. Menos aún las comunidades. La gente común, la que realmente hace la historia, es apenas una referencia lejana, una cita al pie de página, una foto nebulosa que oficia como telón de fondo de los dirigentes. Esta mirada desde arriba, es la que cree que el zapatismo perdió vigencia.
Por eso, estos días en los que decenas de comunidades y bases de apoyo están siendo agredidos, como le sucede a los compañeros de Unión Hidalgo, Comandante Abel, Guadalupe los Altos, San Marcos Avilés, Jechvó y Moisés Gandhi, casi no se escuchan noticias ni análisis sobre estas nuevas ofensivas militares contra los de abajo. Cientos de familias están siendo sitiadas por grupos paramilitares, con el inocultable objetivo de poner fin a una de las más notables experiencias de poder de los abajo existente en el mundo.
No lo conseguirán. Por la firmeza de las comunidades que sostienen su proyecto de vida desde hace décadas, pese a la represión, la muerte, el hambre y el aislamiento.
No lo conseguirán, porque el zapatismo es semilla que se esparció desde el Ya Basta del 1 de enero de 1994. Porque arraigó en los corazones de millones en la Marcha del Color de la Tierra y se volvió obstinada lucha por la vida con la Otra Campaña.
El zapatismo es indestructible entre los muchos abajos que pelean por seguir siendo, que trabajan todos los días por construir un mundo nuevo y diferente.
Toda la solidaridad con las comunidades sitiadas.
Que todos los corazones palpiten juntos, entonando el apoyo mutuo entre los de abajo, celebrando el hermanamiento de todas las luchas, de todos los mundos otros.

La guarura / Escuela Bolivariana del Poder Popular

RADIO ITINERANTE ABIERTA CONTRA LA VIOLENCIA HACIA LAS MUJERES

En el marco del Día Internacional contra la violencia contra las mujeres, este lunes de 3 a 5 pm en el parque Carabobo frente a la fiscalía de Caracas se realizará una Radio Abierta por las defensas sociales y en contra de las agresiones personales. TODOS ESTÁN INVITADOS.

 INVITAN LOS COLECTIVOS "FALDAS EN REVOLUCIÓN Y "LA ARAÑA FEMINISTA"



Escuela Bolivariana del Poder Popular

Grecia-Alemania: ¿Quién debe a quién? (2) Los acreedores protegidos y el pueblo griego sacrificado


Es una obligación moral sublevarse contra los discursos mentirosos sobre la supuesta solidaridad que los gobernantes de los países mas fuertes de Europa tendrían con el pueblo griego y otros países debilitados como Irlanda, Portugal, España… Los hechos contradicen sus declaraciones, reemitidas permanentemente por los medios de comunicación dominantes.



Eric Toussaint - 11/10/12

Véase el primer artículo de la serie «Grecia-Alemania: ¿Quién debe a quién? (1) La anulación de la deuda alemana en Londres en 1953», publicado acá mismo.

Es una obligación moral sublevarse contra los discursos mentirosos sobre la supuesta solidaridad que los gobernantes de los países mas fuertes de Europa tendrían con el pueblo griego y otros países debilitados como Irlanda, Portugal, España… Los hechos contradicen sus declaraciones, reemitidas permanentemente por los medios de comunicación dominantes.

Comencemos por una pequeña verificación práctica. Conectaos a Internet y escribid «Grecia se beneficia» en un buscador. Constataréis la cantidad de medios que retoman la cantinela según la cual Grecia ya ha recibido una ayuda considerable. Por ejemplo, Hans-Werner Sinn |1|, uno de los economistas más influyentes en Alemania, consejero del gobierno de Angela Merkel no duda en afirmar: «Grecia se benefició de una ayuda externa de 460.000 millones de euros a través de diversas disposiciones. Hasta este momento, la ayuda aportada a Grecia representa el equivalente al 214 % de su PIB, o sea cerca de diez veces más de lo recibió Alemania gracias al Plan Marshall. Berlín aportó cerca de una cuarta parte de la ayuda suministrada a Grecia, o sea, 115.000 millones de euros, que representa al menos diez planes Marshall o dos veces y medio el Acuerdo de Londres.» |2|

Ese cálculo es totalmente falso. Grecia nunca recibió esa cantidad de financiación y lo que recibió no puede seriamente considerarse como ayuda. Hans-Werner Sinn iguala, de manera escandalosa, la Alemania salida de la segunda guerra mundial, que los dirigentes nazis habían provocado, con la Grecia de los años 2000. Además, no menciona las sumas reclamadas justamente por Grecia a Alemania en calidad de reparación de los daños sufridos por la ocupación nazi |3| así como el préstamo forzado que la Alemania nazi impuso a Grecia. La deuda de Alemania con Grecia se eleva, por lo bajo, a 100.000 millones de euros. Como se ha publicado en la página web A l’encontre, sobre la base de los trabajos de Karl Heinz Roth, historiador del saqueo de la Europa ocupada por la Alemania nazi: |4| «Alemania solamente ha pagado a Grecia la sesentava parte (es decir el 1,67 %) de lo que le debe como reparación por la devastación debida a la ocupación entre 1941 y 1944.»

Una serie de sólidos argumentos deberían hacerse públicos para demostrar la falta de honestidad intelectual de las declaraciones de Hans-Werner Sinn, de los gobernantes alemanes y de los medios a su servicio. Lo que continúa no sólo es válido para Grecia, ya que se podría efectuar un estudio similar a propósito de la supuesta ayuda aportada a los países del ex bloque soviético que ahora forman parte de la Unión Europea, de Portugal, de Irlanda, de España… Pero como se verá en la tercera parte de esta serie de artículos, las relaciones entre Alemania y Grecia tienen una historia que merece ser tenida en cuenta.

I. Los planes de «ayuda» sirven a los intereses de los bancos privados, y no a los del pueblo griego

Los planes de «ayuda», puestos en marcha desde mayo de 2010, sirvieron para proteger los intereses de los bancos privados de los países más fuertes de la eurozona, que habían aumentado enormemente sus préstamos tanto al sector privado como a los poderes públicos griegos durante los años 2000. Los préstamos concedidos a Grecia por la Troica desde 2010 fueron a parar al reembolso de los bancos privados occidentales y así permitirles liberarse, limitando al mínimo sus pérdidas. También se utilizaron en la recapitalización de los bancos privados griegos, algunos de los cuales son filiales de bancos extranjeros, en particular franceses.

Los planes de «ayuda sirvieron para proteger los intereses de los bancos privados de los países más fuertes de la eurozona.

La deuda del sector privado se incrementó aceleradamente durante los años 2000. Las familias, a las que los bancos y todo el sector comercial privado (gran distribución, automóviles, construcción…) proponían condiciones tentadoras de compra, recurrieron al endeudamiento masivo, así como las empresas no financieras y los bancos que podían obtener préstamos a bajo coste (tipos de interés bajos y una inflación fuerte en comparación con los países más industrializados de la Unión Europea como Alemania, Francia, el Benelux, y Gran Bretaña). Este endeudamiento privado fue el motor de la economía del país.

El gráfico siguiente muestra cómo la adhesión de Grecia a la zona euro en 2001, disparó la entrada de capitales financieros que correspondían a préstamos o a inversiones de cartera. Dentro del mismo, Non-IDE quiere decir entradas que no corresponden a inversiones a largo plazo y que han aumentado enormemente, mientras que la inversión a largo plazo (IDE, Inversión Directa Extranjera) está estancada.

Gráfico 1


Fuente: FMI |5|

Con la enorme liquidez puesta a disposición de los bancos del oeste europeo (sobre todo los bancos alemanes y franceses pero también italianas, belgas, neerlandeses, británicos, luxemburgueses, irlandeses…) por los bancos centrales durante 2007-2008, se produjo un aluvión de préstamos a Grecia, tanto al sector privado como a los poderes públicos.

También hay que tener en cuenta el hecho de que la adhesión de Grecia al euro le valió la confianza de los banqueros de Europa occidental, que pensaban que los grandes países europeos los ayudarían en caso de problemas. Por lo tanto, no se preocuparon de la capacidad de Grecia para reembolsar el capital prestado a medio plazo y consideraron que podían afrontar riesgos muy elevados en ese país. La historia les ha dado la razón hasta ahora, la Comisión Europea y, en particular, el gobierno francés y el alemán aportaron un apoyo continuado a los banqueros privados de Europa occidental.

El gráfico que aparece abajo muestra que los bancos de los países del oeste europeo aumentaron sus préstamos a Grecia por primera vez entre diciembre de 2005 y marzo de 2007 (durante ese período, el volumen de los préstamos aumentó un 50 %, pasando de un poco menos de 80.000 millones a 120.000 millones de dólares). Mientras que la crisis de las subprime estallaba en Estados Unidos, los préstamos aumentaron de nuevo fuertemente (+33 %) entre junio de 2007 y el verano de 2008 (pasando de 120.000 millones a 160.000 millones de dólares), para después mantenerse en un nivel muy elevado (cerca de 120.000 millones de dólares). Esto significa que los bancos privados de Europa occidental utilizaron el dinero que les prestaba abundantemente y a bajo coste el Banco Central Europeo y la Reserva federal de Estados Unidos para aumentar sus préstamos a países como Grecia. |6| Siendo en esos países los tipos de interés más altos, la banca privada pudo obtener jugosos beneficios. Por consiguiente los bancos privados tienen una gran responsabilidad en el excesivo endeudamiento de Grecia.

Gráfico 2. Evolución de la intervención de los bancos de Europa occidental con respecto a Grecia en miles de millones de dólares


Fuente: BPI [BIS consolidated statistics, ultimate risk basis |7|

Como lo muestra el gráfico siguiente respecto al 2008 (válido hasta 2010), una aplastante mayoría de las deudas griegas están en manos de bancos europeos, comenzando por bancos franceses, alemanes, italianos, belgas, holandeses, luxemburgueses y británicos.

Gráfico 3 |8|


Los préstamos concedidos por los gobiernos de la eurozona (directamente o vía el Fondo Europeo de Estabilidad Financiera establecido a partir de 2010), tiene por objetivo, en realidad, garantizar, en especial, que Grecia continúe reembolsando a los bancos de los países de Europa Occidental (siendo los bancos alemanes y franceses los más expuestos en Grecia). En resumen, el dinero prestado a Grecia retorna a las cajas de los bancos alemanes, franceses y de otros países en calidad de reembolso de los títulos griegos que estos bancos compraron masivamente hasta fines de 2009. |9| También va a parar a la tesorería de los países prestamistas y a la del BCE, el FMI y el FEEF (véase más adelante)

2. Los préstamos concedidos a Grecia llevan de nuevo el dinero… ¡fuera de Grecia!

Los préstamos concedidos a Grecia bajo el paraguas de la Troica están bien remunerados. Los diferentes países que participan en estos préstamos ganan dinero. Cuando el primer plan de préstamo de 110.000 millones de euro fue adoptado, Christine Lagarde, en ese momento ministra de finanzas de Francia, |10| observó públicamente que Francia prestaba a Grecia con un interés del 5 % mientras que esto se hacía con un dinero conseguido a un tipo netamente inferior.

La situación es tan escandalosa (un tipo elevado también fue aplicado a Irlanda a partir de noviembre de 2010 y a Portugal a partir de mayo de 2011) que los gobiernos prestamistas y la Comisión Europea decidieron en julio de 2011 que el tipo exigido a Grecia sería reducido. |11| ¡Qué confesión! Si bien esta decisión fue puesta en práctica, la diferencia entre el tipo del préstamo a los que estos países se financian y el exigido a Grecia siguió siendo importante.

Bajo las protestas del gobierno griego y frente a un profundo descontento popular que se expresa mediante fuertes movilizaciones en Grecia, los países prestamistas decidieron finalmente devolver a Grecia una parte de los ingresos que obtienen de los créditos otorgados a Atenas. |12| Pero atención, los ingresos devueltos servirán a reembolsar la deuda.

3. La crisis de la eurozona rebaja el coste de la deuda para Alemania y otros países fuertes

Pero la historia no se detiene allí. Los países que dominan la eurozona sacan provecho de la desgracia de los países de la periferia (Grecia, Portugal, Irlanda, España, países del ex-bloque del Este, miembros de la UE). La profundización de la crisis de la eurozona debida a la política llevada a cabo por sus dirigentes y no a causa de fenómenos exteriores, conlleva un desplazamiento de los capitales de la Periferia hacia el Centro. Alemania, Francia, Países Bajos, Finlandia, Luxemburgo, Austria y Bélgica salen beneficiados gracias a una reducción muy alta del coste de financiación de sus deudas.

El 1 de enero de 2010, antes de que estallase la crisis griega y la de la eurozona, Alemania debía ofrecer un tipo de interés del 3,4 % para la emisión de bonos a 10 años mientras que el 23 de mayo de 2012, el tipo había pasado al 1,4 %. Y esto corresponde a un descenso del 60 % en el coste de financiación. |13| Según el diario financiero francés Les Échos «un cálculo aproximado muestra que los ahorros generados por el descenso de los tipos del coste de financiación desde hace 3 años se elevan a 63.000 millones de euros». |14| Suma que podemos comparar con los 15.000 millones (sobre 110.000 millones repartidos entre los diferentes acreedores) efectivamente prestados (con interés, véase más arriba) por Alemania entre mayo de 2010 y diciembre de 2011 a Grecia en el marco de su contribución al primer plan de «ayuda» de la Troica. El total de los compromisos de Alemania hacia Grecia, si se agrega lo correspondiente a las decisiones europeas tomadas entre 2010 y 2012, se eleva a 67.000 millones de euros. Sin embargo, la mayor parte de esta suma todavía no ha sido desembolsada mientras que el ahorro realizado según el cálculo de Les Echos ya es de 63.000 millones de euros.

Hemos comentado los tipos de interés a 10 años y a 6 años pagados por Alemania en sus emisiones de bonos. Si consideramos el tipo a 2 años vemos que el 23 de mayo de 2012, Alemania emitió títulos a interés nulo. |15| A comienzos de 2012, Alemania emitió bonos a 6 meses por 3.900 millones de euros a un tipo negativo. Respecto a esto, Le Soir publicaba el 23 de mayo de 2012: «los inversores recibirán al término de estos 6 meses un poquito menos (0,0112 %) de lo que han prestado». |16|

Si hubiera algo de verdad en la multitud de mentiras dichas con respecto a Grecia (o a Portugal, o a España…), se tendría que poder leer que Grecia permite a Alemania y a los otros países fuertes de la eurozona a ahorrar unas considerables sumas.

Debemos completar la lista de ventajas aprovechadas por Alemania y otros países del Centro, con los elementos descritos en los puntos siguientes.

4. Programa de privatizaciones del que se benefician las empresas privadas de los países del Centro.

Las políticas de austeridad impuestas a Grecia contienen un amplio programa de privatizaciones |17| de las que los grandes grupos económicos, principalmente alemanes y franceses podrán sacar beneficios ya que los bienes públicos son vendidos a precios de liquidación.

A l’encontre cita y comenta una larga entrevista realizada el 7 de abril de 2012 por el diario suizo Le Temps a Costas Mitropoulos, uno de los personajes encargados del programa de privatizaciones en Grecia: «Las oficinas del Fondo helénico de desarrollo de los activos (Hellenic Republic Asset Development Funds) lindan, en Atenas, con el museo dedicado a la historia de la capital griega. Un símbolo, puesto que el proceso de privatizaciones llevado a cabo por una veintena de expertos, bajo la dirección de u antiguo banquero Costas Mitropoulos, cambiará el rostro de Grecia» Y agrega: «Es a este fondo, constituido a demanda de la Unión Europea (UE), que el Estado griego va transfiriendo las propiedades, las concesiones y las participaciones que deben encontrar un comprador. Según los planes iniciales de la UE, con el objetivo de sacar al menos 50.000 millones de euros de ingresos de aquí a fines de 2017.» Costas Mitropoulos, banquero, fue muy activo en Ginebra y señala que: «la transferencia de las propiedades a nuestro fondo por el Estado griego, se ha acelerado». Y continúa: «Nuestro primer mensaje a transmitir es: nosotros no somos el Estado griego. Somos un fondo independiente encargado de las privatizaciones, desde ahora propietario del 3 % del territorio griego. Tenemos un mandato de tres años. Estamos protegidos contra las interferencias políticas.»

El periodista de Le Temps insiste: « ¿Realmente lo está usted? Las privatizaciones, en todo el mundo, son siempre muy “políticas” y el Estado griego, que continuará presente en el capital de numerosas sociedades tiene muy mala reputación…»

La respuesta no presenta ningún equívoco: «Como banquero de negocios, conduje el proceso de una de las más importantes fusiones-adquisiciones realizadas en Grecia: la compra, por el grupo internacional Watson, del grupo farmacéutico heleno Specifa por cerca de 400 millones de euros. Conozco las reglas: un inversor, para que hoy esté interesado en una privatización griega, debe poder esperar que su inversión se triplique o cuadriplique. Por cada euro invertido, debe obtener tres o cuatro.» |18|

5. Los sacrificios impuestos a los trabajadores permiten contener el aumento de reivindicaciones en los países del Centro

Los retrocesos sociales infligidos a los trabajadores griegos (y también a los portugueses, irlandeses, españoles…) ponen a la defensiva a los trabajadores de Alemania, de los Países bajos, de Austria, de Francia, de Bélgica… Sus direcciones sindicales temen entrar en conflictos. Se preguntan cómo reivindicar aumentos salariales si en países como Grecia, miembro de la eurozona, se disminuye el salario mínimo legal en un 20 % o más. De parte de las direcciones sindicales de los países nórdicos (Finlandia en especial), constatamos, incluso con consternación, que piensan que hay aspectos buenos en el Tratado de Estabilidad, Coordinación y Gobernanza (o pacto presupuestario europeo) y en las políticas de austeridad ya que se supone que refuerzan una sana gestión del presupuesto de los Estados.

Hablemos nuevamente del acuerdo de Londres de 1953 sobre la deuda alemana y el Plan Marshall

Como fue indicado en el artículo «Grecia-Alemania: ¿Quién debe a quién? (1). La anulación de la deuda alemana en Londres en 1953», los términos del acuerdo firmado en Londres zanjan radicalmente con el modo en que actualmente se trata a Grecia. Se habían reunido múltiples condiciones para permitir que Alemania del Oeste se desarrollara rápidamente, autorizando la reconstrucción de su aparato industrial. No sólo la deuda contraída por Alemania, contraída fuera de las dos guerras mundiales, fue reducida en más de un 60 %, sino que el pago de deudas de guerra y el pago de reparaciones a las víctimas civiles y a los Estados fueron retrasadas a una fecha indeterminada: de hecho, a la reunificación alemana que se realizó en 1990 y al tratado de paz que fue firmado en Moscú ese mismo año entre las autoridades de las dos Alemanias en curso de unificación, Estados Unidos, la URSS, el Reino Unido y Francia. Por lo tanto, el peso de las reparaciones sobre la economía alemana estuvo durante largo tiempo diferido. Y en el caso de las reparaciones debidas a Grecia, nunca merecieron el más mínimo esfuerzo por parte de Alemania ya que las autoridades germanas rechazan dar curso a las demandas griegas.

A diferencia de lo que había pasado al final de la primera guerra mundial, las potencias occidentales quisieron evitar que, después de la segunda guerra mundial, Alemania sufriera el peso de reembolsos insostenibles, como pasó en la primera posguerra, puesto que consideraron que eso favoreció el ascenso del régimen nazi al poder. Los potencias occidentales también deseaban una Alemania occidental económicamente fuerte (pero desarmada y ocupada militarmente) frente a la Unión Soviética y sus aliados. Nada de esto se contempló con Grecia y con los otros países de la periferia en el seno de la Unión Europea.

Para alcanzar este objetivo, no sólo se aligeró la carga de la deuda debida por Alemania y se le concedieron ayudas económicas en forma de donaciones, sino y sobre todo se le permitió aplicar una política económica completamente favorable a su relanzamiento. Los grandes grupos alemanes industriales privados pudieron consolidarse, a pesar de que algunos eran los mismos que habían tenido un papel clave en la aventura militar de la primera guerra mundial, en el sostén a los nazis, en el genocidio de los pueblos judíos, gitanos, etc., en el saqueo de los países ocupados o anexados, en la producción militar y en el gigantesco esfuerzo logístico de la segunda guerra mundial. Alemania pudo desarrollar impresionantes infraestructuras públicas, sostener sus industrias con el fin de satisfacer la demanda local y de conquistar los mercados exteriores. Incluso fue autorizada a reembolsar una gran parte de su deuda en su moneda nacional. Para concretar, reflexionemos sobre la situación que siguió al acuerdo de Londres de 1953. Pongamos por ejemplo que Alemania reembolsa a Bélgica y a Francia su deuda de entreguerras en marcos alemanes. Estos marcos no presentaban ningún interés en los intercambios con el resto del mundo, por lo tanto los belgas y los franceses trataron de sacárselos de encima comprando mercaderías y equipamientos suministrados por la economía alemana. Y de esta forma contribuyeron a rehacer Alemania como una gran potencia exportadora.

Por su parte, Grecia, Portugal, Irlanda, España, Estonia, Eslovenia y los otros países periféricos de la eurozona deben reembolsar sus deudas públicas en euros a pesar de que no tienen, dado el déficit comercial frente a los países más fuertes de la eurozona. Al mismo tiempo, las potencias que dominan la eurozona los obligan, vía la Comisión Europea y los tratados adoptados, a desarrollar políticas que les impiden tanto a satisfacer la demanda interna como a exportar. Si a pesar de todo, quisieran tener éxito en la exportación, se ven empujados a rebajar todavía más los salarios, lo que comprime un poco más la demanda interna y se acentúa la recesión. El programa de privatización da el golpe de gracia a su aparato industrial, a sus infraestructuras y a su patrimonio en general.

Para salir de este impasse, es necesario poner en marcha un conjunto de medidas económicas y sociales en ruptura radical con las políticas llevadas a cabo hasta ahora, tanto en el marco nacional como en el ámbito europeo. Por lo tanto, hay que realizar un programa de urgencia frente a la crisis. |19|

Próximamente: Grecia-Alemania: ¿Quien debe a quién? (3), que tratará sobre el rechazo de los dirigentes alemanes a pagar las reparaciones debidas al pueblo griego por la ocupación nazi.

Traducido por Griselda Piñero

Notas

|1| Una biografía útil está publicada por Wikipedia en inglés: http://en.wikipedia.org/wiki/Hans-Werner_Sinn



|4| Véase nota biográfica en alemán:http://de.wikipedia.org/wiki/Karl_Heinz_Roth

|5| Gráfico tomado de C. Lapavitsas, A. Kaltenbrunner, G. Lambrinidis, D. Lindo, J. Meadway, J. Michell, J.P. Painceira, E. Pires, J. Powell, A. Stenfors, N. Teles : «The eurozone between austerity and default», Septiembre de 2010.http://www.researchonmoneyandfinance.org/media/reports/RMF-Eurozone-Austerity-and-Default.pdf. Podéis ver el resumen francés (redactado por Stéphanie Jacquemont del CADTM) de este estudio: http://www.cadtm.org/Resume-de-The-Eurozone-between

|6| El mismo fenómeno se produce en el mismo momento en Portugal, en España, y en países de Europa central y del Este.

|7| Gráfico tomado de C. Lapavitsas et al., op.cit.

|8| Los principales tenedores (o sea, los bancos de los países mencionados) de los títulos de la deuda griega son según el gráfico presentado: Francia, Alemania, Italia, Bélgica, Países bajos, Luxemburgo, Reino Unido, los demás tenedores están reunidos en la categoría «resto del mundo». Este gráfico fue tomado de C. Lapavitzas et al., op. cit. Según el BPI, en diciembre de 2009, los bancos franceses poseían deuda pública griega por un monto de 31.000 millones de dólares, y los bancos alemanes poseían 23.000 millones de dólares.

|9| A partir de 2010, los bancos occidentales detuvieron o disminuyeron radicalmente la compra de títulos griegos y comenzaron a deshacerse de los que previamente habían comprado. Los revendieron al Banco Central Europeo que los compró en el mercado secundario.

|10| Christine Lagarde se convirtió en la Directora General del FMI, en julio de 2011.

|11| Véase el Consejo de la Unión Europea, Declaración de los jefes de estado o de gobierno de la eurozona y de las instituciones de la UE, Bruselas, 21 de julio de 2011, punto 3.http://www.consilium.europa.eu/uedocs/cms_data/docs/pressdata/es/ec/123986.pdf

|12| Véase «El segundo programa de juste económico para Grecia», marzo 2012, tabla 18.

|13| Financial Times, “Investors rush for the safety of German Bunds”, 24 de mayo de 2012, p. 29

|14| Les Échos, Isabelle Couet, «La ayuda a Grecia no le cuesta nada a Alemania», 21 de junio de 2012. La periodista precisa: «Los tipos a 6 años –los que corresponden al plazo medio de emisión de deuda alemana- en efecto han pasado del 2,6% en 2009 al 0,95% en 2012.»

|15| Le Soir, Dominique Berns y Pierre Henri Thomas, «Alemania se financia al 0 %», 23 de mayo de 2012, p. 21.

|16| Idem.

|17| Véase el documental Catastroika

|18| Véase el dossier ya citado:http://alencontre.org/europe/la-grece-et-loccupation-par-les-forces-du-iiie-reich-1941-1944-quels-dedommagements-la-dette-de-qui-envers-qui.html. Y en lo que concierne al proceso de privatización véase: European Commission, Directorate General Economic and Financial Affairs, “The Second Economic Adjustment Programme for Greece”, marzo de 2012, pp. 31 a 33,http://ec.europa.eu/economy_finance/publications/occasional_paper/2012/op94_en.htm

|19| Véase Damien Millet - Éric Toussaint, «Europe. Quel programme d’urgence face à la crise ?»http://cadtm.org/Europe-Quel-programme-d-urgence


Eric Toussaint (doctor en ciencias políticas, presidente del Comité para la Anulación de la Deuda del Tercer Mundo –CADTM- de Bélgica, www.cadtm.org, miembro del Consejo Científico de ATTAC Francia). Damien Millet y Eric Toussaint han dirigido el libro colectivo La Deuda o la Vida, Editorial Icaria, Economía, ISBN: 9788498883848, Año Publicación: 2011, páginas: 336, que recibió el Prix du livre politique à la Foire du livre politique de Liège en 2011).

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Grecia-Alemania: ¿Quién debe a quién? (1) La anulación de la deuda alemana en Londres en 1953

Se puede comprender por qué el líder de Syriza, Alexis Tsipras, hace referencia al acuerdo de Londres de 1953 cuando se dirige a la opinión pública europea. La injusticia con la que es tratado el pueblo griego (así como los otros pueblos cuyas autoridades siguen las recomendaciones de la Troica) debe despertar la conciencia de una parte de la opinión pública. Pero no alberguemos ilusiones, las razones que empujaron a las potencias occidentales a tratar Alemania del Oeste de la manera que lo hicieron después de la segunda guerra mundial no son de recibo en el caso griego.

Eric Toussaint - 03/10/12

Desde 2010, la mayor parte de los dirigentes políticos en los países más fuertes de la zona euro, apoyados por los medios dominantes, alaban los méritos de su supuesta generosidad con respecto al pueblo griego y a otros países fragilizados de la zona euro que están en la primera plana de la actualidad (Irlanda, Portugal, España…). En este contexto, los llamados «planes de rescate» originan medidas que continúan hundiendo cada vez más la economía de los países receptores y que propugnan retrocesos sociales inéditos durante los últimos 65 años en Europa. A esto se agrega la estafa del plan de reducción de la deuda griega adoptado en marzo de 2012, que implica una reducción de las acreencias debidas por Grecia a los bancos privados del orden del 50 % |1| mientras que estas mismas acreencias ya habían perdido entre el 65 y el 75 % de su valor en el mercado secundario. La reducción de las acreencias de los bancos privados está compensada por un aumento de las acreencias públicas en manos de la Troica y lleva a nuevas medidas de una brutalidad y de una injusticia fenomenal. Este acuerdo de reducción de la deuda tiene por fin encadenar definitivamente al pueblo griego a una austeridad permanente, pero también constituye un insulto y una amenaza para todos los pueblos de Europa y del mundo. Según los servicios de estudios del FMI, en 2013 la deuda pública griega representará el 164 % del Producto Interior Bruto, es decir que la reducción anunciada en marzo de 2012 no llevará a un alivio real y durable de la carga de la deuda que pesa sobre el pueblo griego. Dada esta situación, Alexis Tsipras, en una visita al Parlamento Europeo el 27 de septiembre de 2012, señaló la necesidad de una verdadera iniciativa de reducción de la deuda griega y se refirió a la anulación de una gran parte de la deuda alemana en el marco del acuerdo de Londres de febrero de 1953. Recordemos este acuerdo.


El acuerdo de Londres de 1953 sobre la deuda alemana

El radical alivio de la deuda de la República Federal Alemana (RFA) y su rápida reconstrucción después de la segunda guerra mundial fueron posibles gracias a la voluntad política de sus acreedores, es decir, Estados Unidos y sus principales aliados occidentales (Reino Unido y Francia) dentro del marco de la guerra fría. En octubre de 1950, estos tres aliados formularon un proyecto en el que el gobierno federal alemán reconocía la existencia de deudas de los períodos anterior y posterior a la guerra. Además agregaban una declaración que estipulaba que «los tres países están de acuerdo en que el plan prevea una liquidación adecuada para Alemania de las exigencias, cuyo efecto final no debe desequilibrar la situación financiera de la economía alemana por repercusiones indeseables ni afectar excesivamente las reservas potenciales de divisas. Los tres países están convencidos de que el gobierno federal alemán comparte su posición y que la restauración de la solvencia alemana irá acompañada de un reembolso adecuado de la deuda alemana que asegure a todos los participantes una negociación justa que tenga en cuenta los problemas económicos de Alemania». |2|

La deuda reclamada a Alemania correspondiente al período anterior a la guerra se elevaba a 22.600 millones de marcos incluidos los intereses. La deuda de la posguerra se estimaba en 16.200 millones de marcos. Por un acuerdo alcanzado en Londres el 27 de febrero de 1953 |3|, estos montos se redujeron a 7.500 millones y 7.000 millones de marcos, respectivamente. |4| Lo que representó una reducción del 62,6 %.

El acuerdo establecía la posibilidad de suspender los pagos y renegociar las condiciones de éstos si se presentaba un cambio substancial que limitara la disponibilidad de recursos. |5|

Para garantizar que la economía de Alemania occidental realmente se relanzara y constituyera un elemento estable y central en el bloque atlántico frente al bloque del Este, los aliados acreedores hicieron grandes concesiones a las autoridades y empresas alemanas, que fueron mucho más allá de la reducción de la deuda. Se partía del principio de que Alemania debía estar en condiciones de reembolsar la deuda manteniendo un alto nivel de crecimiento y una mejora de las condiciones de vida de la población. Pagar sin empobrecerse. Con este fin, los acreedores acordaron: 
1.- que Alemania reembolsara en su moneda nacional, el deutshe mark, lo esencial de la parte que se le reclamada. En forma marginal, reembolsara en divisas fuertes (dólares, francos suizos, libras esterlinas…).
2.- que al comienzo de los años cincuenta, mientras el país todavía tenía una balanza comercial negativa (el valor de las importaciones es mayor que el de las exportaciones), las potencias acreedoras aceptaban que Alemania redujera sus importaciones puesto que podía producir muchos bienes que antes importaba. Al permitir que Alemania sustituyera importaciones por bienes de producción propia, los acreedores aceptaban reducir sus exportaciones hacia este país. En el período 1950-1951, el 41 % de las importaciones alemanas provenían del Reino Unido, de Francia y de Estados Unidos. Si se suma a esta cifra la parte de las importaciones provenientes de otros países acreedores participantes de la conferencia (Bélgica, Países Bajos, Suecia y Suiza), la suma total llegaba hasta el 66 %.
3.-que los acreedores autorizaban que Alemania vendiera sus productos en el extranjero, estimulando incluso sus exportaciones, con el fin de conseguir una balanza comercial positiva. Estos diferentes elementos estaban consignados en la declaración antes mencionada. «La capacidad de pago de Alemania, a sus deudores privados y públicos, no significa sólo la capacidad de efectuar los pagos regularmente en marcos alemanes sin consecuencias inflacionarias, sino también que la economía del país pueda cubrir sus deudas teniendo en cuenta su balanza de pagos actual. 
El establecimiento de la capacidad de pago de Alemania requería hacer frente a ciertos problemas que eran: 1) la futura capacidad productiva con una consideración particular sobre la capacidad productiva de bienes exportables y la capacidad para la sustitución de importaciones; 2) la posibilidad de vender mercaderías alemanas en el exterior; 3) las probables condiciones de comercio en el futuro; 4) las medidas fiscales y económicas internas necesarias para asegurar un superávit para exportar.» |6|

Además, en caso de litigio con los acreedores, en general, los tribunales alemanes eran competentes. Se dice, explícitamente, que, en ciertos casos, «los tribunales alemanes podrán rechazar la ejecución […] la decisión de un tribunal extranjero o de una instancia arbitral.» Es el caso, cuando «la ejecución de la decisión sería contraria al orden público», (p.12 del Acuerdo de Londres).

Otro elemento muy importante: el servicio de la deuda se fijaba en función de la capacidad de pago de la economía alemana, teniendo en cuenta los adelantos en la reconstrucción del país y los ingresos por exportación. Así, la relación entre servicio de la deuda e ingresos por exportación no debía superar el 5 %. Esto quiere decir que Alemania occidental no debía dedicar más de una vigésima parte de sus ingresos por exportación al pago de su deuda. En la práctica, Alemania no destinó jamás más del 4,2 % de estos ingresos al pago de la deuda (cifra alcanzada en 1959).

Y otra medida excepcional fue la aplicación de una reducción drástica del tipo de interés, que osciló entre 0 % y 5 %.

Las potencias occidentales le brindaron a Alemania del Oeste una ofrenda de un enorme valor económico: el artículo 5 del acuerdo firmado en Londres postergaba el pago de las reparaciones y de las deudas de guerra —tanto de la primera como de la segunda guerra mundial— que la República Federal Alemana debía a los países ocupados, anexados o agredidos, así como a sus poblaciones.

Finalmente, hay que tener en cuenta las donaciones en dólares de Estados Unidos a Alemania occidental: 1.173, 7 millones de dólares en el marco del Plan Marshall, entre el 3 de abril de 1948 y el 30 de junio de 1952 (o sea, cerca de 10.000 millones de dólares actuales). A los cuales se agregaban, por lo menos, 200 millones de dólares (cerca de 2.000 millones de dólares actuales), entre 1954 y 1961, principalmente a través de la Agencia Internacional de Desarrollo de Estados Unidos (USAID).

Gracias a esas condiciones excepcionales, Alemania occidental se recuperó económicamente en forma muy rápida y terminó por absorber a Alemania del Este a comienzos de 1990. Y ahora, es por lejos, la economía más fuerte de Europa.

Alemania 1953/Grecia 2010-2012

Si nos arriesgamos a hacer una comparación entre el tratamiento al que es sometida Grecia y el que se le reservó a Alemania después de la segunda guerra mundial, las diferencias y la injusticia son asombrosas. Presentamos aquí una lista no exhaustiva en 11 puntos:
1.- Proporcionalmente, la reducción de la deuda concedida a Grecia en marzo de 2012 es infinitamente menor que la otorgada a Alemania.
2.- Las condiciones sociales y económicas que se incluyen en este plan (y en los precedentes) no favorecen en absoluto el relanzamiento de la economía griega mientras que los concedidos a Alemania contribuyeron ampliamente en el relanzamiento de su economía. 
3.- A Grecia se le imponen privatizaciones a favor de los inversores extranjeros, principalmente, mientras que a Alemania se la alentaba a reforzar su control sobre los sectores económicos estratégicos, con un sector público en pleno crecimiento.
4. Las deudas bilaterales de Grecia (respecto a los países que participaron en el plan de la Troica) no se han reducido (solamente fueron las deudas con respecto a los bancos privados) mientras que las deudas bilaterales de Alemania se redujeron en un 60 % o más.
5.-Grecia debe reembolsar en euros a pesar de que está en déficit comercial —y por lo tanto con una penuria de euros— con sus socios europeos (especialmente Alemania y Francia), mientras que Alemania reembolsaría lo esencial de sus deudas en su propia moneda fuertemente devaluada.
6.-El Banco Central griego no puede prestar dinero al gobierno griego mientras que el Deutsche Bank prestaba a las autoridades alemanas y hacía funcionar (por cierto, con moderación) la máquina de fabricar billetes. 
7.-Alemania estaba autorizada a no disponer más del 5 % de sus ingresos por exportación al pago de la deuda mientras que ningún límite se le ha fijado a Grecia.
8.-Los nuevos títulos de la deuda griega, que reemplazan a los antiguos debidos a los bancos, no responden más a la competencia de los tribunales griegos, sino que son competencia de las jurisdicciones de Luxemburgo y del Reino Unido —y bien sabemos cómo son favorables a los acreedores privados—, mientras que los tribunales de Alemania (la antigua potencia agresora) tenían esa competencia.
9.-En materia de reembolsos de la deuda exterior, los tribunales alemanes podían rechazar la ejecución de las sentencias de los tribunales extranjeros o de los tribunales arbitrales en el caso en que su aplicación amenazara el orden público. En Grecia, la Troica rechazó, por supuesto, que los tribunales griegos pudieran invocar razones de orden público para suspender el reembolso de la deuda. Ahora bien las enormes protestas sociales y el surgimiento pujante de las fuerzas neo-nazis son directa consecuencia de las medidas dictadas por la Troica y por el pago de la deuda. De hecho, las autoridades griegas podrían perfectamente invocar el estado de necesidad y razones de orden público para suspender el pago de la deuda y abrogar las medidas antisociales impuestas por la Troica, a pesar de las protestas de Bruselas, del FMI y de los «mercados financieros» que dichos actos provocarían.
10.-En el caso de Alemania, el acuerdo establecía la posibilidad de suspender los pagos para poder renegociar las condiciones si se producía un cambio substancial que limitase la disponibilidad de recursos. Nada de eso está previsto para Grecia.
11.-En el acuerdo sobre la deuda alemana, está explícitamente previsto que el país pudiera producir en su territorio lo que antes importaba con el fin de alcanzar un superávit comercial y de reforzar así a sus productores locales. En cambio, la filosofía de los acuerdos impuestos a Grecia y las reglas de la Unión Europea prohíben a las autoridades griegas ayudar, subvencionar y proteger a sus productores locales, ya sea en agricultura, industria, o servicios frente a la competencia de los otros países de la UE (que son los principales socios comerciales de Grecia).

Se podría agregar que Alemania, después de la segunda guerra mundial, recibió donaciones en una cantidad considerable, especialmente, como ya vimos, en el marco del Plan Marshall.

Se puede comprender por qué el líder de Syriza, Alexis Tsipras, hace referencia al acuerdo de Londres de 1953 cuando se dirige a la opinión pública europea. La injusticia con la que es tratado el pueblo griego (así como los otros pueblos cuyas autoridades siguen las recomendaciones de la Troica) debe despertar la conciencia de una parte de la opinión pública. Pero no alberguemos ilusiones, las razones que empujaron a las potencias occidentales a tratar Alemania del Oeste de la manera que lo hicieron después de la segunda guerra mundial no son de recibo en el caso griego.

Para conseguir una verdadera solución al drama de la deuda y de la austeridad, serán necesarias más y más potentes movilizaciones sociales en Grecia y en el resto de la Unión Europea así como el ascenso al poder de un gobierno popular en Atenas. Las autoridades griegas (apoyadas por el pueblo) deberán realizar un acto unilateral de desobediencia como es la suspensión del reembolsote la deuda y abrogación de las medidas antisociales. Esto forzaría a los acreedores a hacer concesiones de envergadura y finalmente se podría imponer la anulación de la deuda ilegítima. La realización, a escala popular, de una auditoría ciudadana de la deuda griega debe servir a preparar el terreno.

Traducido por Griselda Piñero


Notas
|1| Las acreencias de los bancos privados sobre Grecia pasaron, más o menos, de 200.000 a 100.000 millones de euros. La deuda pública total de Grecia sobrepasa los 305.000 millones de euros.
|2| «Deutsche Auslandsschulden», 1951, pp. 7 y sig., in Philipp Hersel, El acuerdo de Londres de 1953 (III),http://www.lainsignia.org/2003/ener...
|3| Véase el texto completo en francés del Acuerdo de Londres 27 de febrero de 1953:http://www.admin.ch/ch/f/rs/i9/0.94...
|4| El dólar US valía en esa época 4,2 DM. La deuda de Alemania occidental después de la reducción (o sea, 14.500 millones de DM) equivalía a 3.450 millones de dólares.
|5| Los acreedores se negaron siempre a incluir cláusulas de este tipo en los contratos con países en desarrollo o países como Grecia, Portugal, Irlanda, y los de Europe centrale y oriental.
|6| «Deutsche Auslandsschulden», 1951, pp. 64 y sig., in Philipp Hersel, El acuerdo de Londres de 1953 (IV), 8 de enero de 2003, http://www.lainsignia.org/2003/ener...
Eric Toussaint (doctor en ciencias políticas, presidente del Comité para la Anulación de la Deuda del Tercer Mundo –CADTM- de Bélgica, www.cadtm.org, miembro del Consejo Científico de ATTAC Francia). Damien Millet y Eric Toussaint han dirigido el libro colectivo La Deuda o la Vida, Editorial Icaria, Economía, ISBN: 9788498883848, Año Publicación: 2011, páginas: 336, que recibió el Prix du livre politique à la Foire du livre politique de Liège en 2011).
ATTAC / Asamblea de Majaras / Escuela Bolivariana del Poder Popular

De los mitos sobre los bancos


Los recursos que le quedan al banco, una vez que hace a un lado las reserves, pueden ser prestados: es lo que se llama el sistema de reserva fraccionaria y da origen al multiplicador monetario o bancario. Por ejemplo, si un banco recibe un depósito de mil pesos y el nivel de reservas obligatorias que debe mantener es de 10 por ciento, eso quiere decir que puede prestar 900 pesos. Si el agente que recibe ese préstamo acude a otro banco y los deposita, ese banco debe conservar en reserva 90 pesos y ahora puede prestar 810 pesos y así sucesivamente. Si le quiere echar números verá que el multiplicador monetario es la inversa del coeficiente de reservas obligatorias, en este caso dicho multiplicador es igual a diez. Suponiendo que los prestamistas depositan todo en un banco, al final de la serie el depósito inicial de mil pesos habrá dado lugar a un aumento en la masa circulante equivalente a diez mil pesos



Alejandro Nadal - 04/11/12
Hay dos mitos centrales sobre el funcionamiento de los bancos. El primero es que los bancos simple y sencillamente desempeñan una función de intermediación entre ahorradores y demandantes de fondos para invertir. De acuerdo con esta idea, en una economía existen agentes que depositan sus ahorros en los bancos. En esa misma economía existen agentes que están dispuestos a invertir en proyectos rentables y piden recursos prestados a los bancos. El banco paga intereses a los ahorradores, pero cobra intereses más altos a los inversionistas: la diferencia entre esas dos tasas es su fuente de ganancias.

El segundo mito concierne al papel de las reservas que obligatoriamente deben mantener los bancos. El banco central o las agencias regulatorias imponen el requerimiento de mantener en reserva un cierto nivel de los depósitos bancarios. Las reservas son necesarias porque el banco tiene la obligación de devolver a los ahorradores el dinero depositado. Se espera que no todos los depositantes acudan a retirar su dinero al mismo tiempo, de lo contrario ningún banco es viable.
Los recursos que le quedan al banco, una vez que hace a un lado las reserves, pueden ser prestados: es lo que se llama el sistema de reserva fraccionaria y da origen al multiplicador monetario o bancario. Por ejemplo, si un banco recibe un depósito de mil pesos y el nivel de reservas obligatorias que debe mantener es de 10 por ciento, eso quiere decir que puede prestar 900 pesos. Si el agente que recibe ese préstamo acude a otro banco y los deposita, ese banco debe conservar en reserva 90 pesos y ahora puede prestar 810 pesos y así sucesivamente. Si le quiere echar números verá que el multiplicador monetario es la inversa del coeficiente de reservas obligatorias, en este caso dicho multiplicador es igual a diez. Suponiendo que los prestamistas depositan todo en un banco, al final de la serie el depósito inicial de mil pesos habrá dado lugar a un aumento en la masa circulante equivalente a diez mil pesos.
Es simple, pero falso. En realidad, los bancos no realizan préstamos de recursos que previamente han sido depositados en ellos. Cuando se autoriza un crédito el gerente del banco no corre a la trastienda a ver si todavía quedan depósitos disponibles. Esa idea de que los bancos son intermediarios de los fondos prestables es una tontería y lo único que sorprende es por qué tanta gente, desde la extrema derecha hasta la extrema izquierda, sigue creyendo en esta fábula.
Ahora viene lo mejor. Ese mito no es el único que rodea a la actividad bancaria. Ahora se ha derrumbado la siguiente fábula, la de la reserva fraccionaria. Hasta aquí hemos visto que los bancos realizan una actividad de creación monetaria que no está constreñida por la disponibilidad de fondos prestables. Pero esta crisis ha puesto al descubierto otra gran leyenda. Los bancos tampoco están restringidos por las reservas obligatorias.
Los datos reales demuestran que, en realidad, las reservas de los bancos están desconectadas de los préstamos. Por ejemplo, en el verano de 2007, poco antes de estallar la crisis financiera, las reservas en los bancos en Estados Unidos alcanzaban un total de 15 mil millones de dólares. Un año y medio más tarde, en diciembre 2008, las reservas de los bancos habían aumentado a 788 mil millones de dólares (mmdd). A pesar de este aumento espectacular en las reserves, la cantidad de dinero en circulación no presentaba el aumento que (de acuerdo con la fábula del multiplicador monetario o bancario) debería haber existido. Para colocar la cuestión de otro modo, las reservas se habían multiplicado por un factor de 50 pero el agregado monetario M2 había crecido apenas 8.5 por ciento (M2 es la medida de circulante más socorrida e incluye monedas y billetes, depósitos en cuentas de cheques y ahorro, mercado de dinero al menudeo y depósitos pequeños a plazo).
Lo que demuestra todo lo anterior es que la creación monetaria no está vinculada a las reservas y, por lo tanto, una política monetaria que busca incidir sobre el dinero en circulación a través de las reservas está destinada al fracaso. La idea de que existe un multiplicador que actúa como correa de transmisión de los efectos de la política monetaria es incorrecta. La generosa inyección de liquidez que la Reserva Federal ha puesto a disposición de los bancos a un costo nulo sólo está sirviendo para nutrir las arcas de bancos y grupos corporativos que tienen capacidad de invertir en el mundo entero. Esa liquidez no tiene salida en forma de crédito en Estados Unidos y no sirve para sacar a la economía de ese país a flote.
Lo que se comenta aquí no es privativo de los bancos estadounidenses. Con las adaptaciones del caso se aplica al sector bancario de todo el mundo. La conclusión no es que hay que incrementar las reserves, como afirman muchos, sino que hay que establecer un control político y social sobre el sector bancario. En suma, la facultad de creación monetaria no puede estar en manos de particulares: debe abolirse la propiedad privada de los bancos.

La Jornada / Escuela Bolivariana del Poder Popular


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Terrorismo Patrocinado por el Gobierno (subtitulado)




ASAMBLEA DE MAJARAS 

Escuela Bolivariana del Poder Popular

“Hay que latinoamericanizar a Europa”


En un mundo multipolar, la democracia no puede ser un modelo único, exportado desde Europa y Norteamérica al resto del mundo. “Hay que aceptar que va a haber distintas formas de democracia, que corresponden a su adscripción en distintos contextos históricos”, dice la politóloga belga Chantal Mouffe. En perfecto castellano, modulado por una tonalidad francesa, Mouffe reivindica las experiencias democráticas latinoamericanas, en las que observa no un rechazo al modelo liberal-democrático occidental, sino una rearticulación de esas tradiciones pero “con predominio de la soberanía popular”.




Entrevista a la politóloga Chantal Mouffe - 05/11/12

–¿Cómo caracterizaría las diferencias entre las democracias europeas y las actuales experiencias democráticas en Latinoamérica?

– En la medida en que uno acepta, como es una tendencia importante hoy en las ciencias sociales, que no hay una modernidad sino muchas trayectorias diferentes hacia lo que se puede llamar modernidad, en la medida en que uno acepta la existencia de diferentes modernidades alternativas, también hay que aceptar formas múltiples de democracia. El modelo que es específico de Europa incluye una cierta articulación del liberalismo y la democracia, es una articulación entre dos tradiciones distintas, muy influenciada por la tradición judeocristiana y por la reforma protestante. Es una articulación contingente, no necesaria. No es legítimo pretender que ese modelo occidental sea aceptado por el resto del mundo. En el caso de América latina, uno no puede decir que la región no es parte de Occidente, pero eso tampoco quiere decir que Latinoamérica deba aceptar el modelo europeo. Creo que hay que pluralizar la idea de Occidente, aceptar variaciones en su interior y hablar de Occidentes. En las experiencias de las nuevas democracias de Sudamérica no hay un rechazo a la tradición liberal, pero sí hay una articulación distinta entre las tradiciones liberal y democrática.

– ¿En qué consiste?

– En Europa, el elemento liberal de las democracias se ha vuelto absolutamente dominante, mientras el elemento democrático, el de la igualdad y la soberanía popular, ha sido subordinado y, en algunos casos, eliminado. Si uno pregunta en Europa qué es la democracia, responden Estado de derecho, respeto de los derechos del hombre, separación de poderes, pero nadie va a hablar de soberanía popular y de igualdad. Algunos teóricos hasta sostienen que todo eso se ha vuelto obsoleto. No es sólo que la tradición liberal se ha vuelto hegemónica, sino que hay una interpretación específica, neoliberal, de esa tradición. Esto es lo que ocurre en Europa y en Estados Unidos, por eso es que muchos teóricos hablan de una posdemocracia, de una democracia que ha perdido todo sentido democrático. Contra los teóricos que consideran que el principio democrático y el liberal van necesariamente juntos, yo defiendo la tesis de que hay una lucha entre esas dos tendencias. En la historia europea, hubo momentos en que predominó el elemento democrático y en otros dominó el elemento liberal, como ocurre hoy. Ese predominio del componente liberal es lo que están poniendo en cuestión los gobiernos latinoamericanos, que han puesto al elemento democrático como elemento principal. El elemento liberal no ha sido eliminado, pero está subordinado. Por eso es que en Europa no se entienden las experiencias latinoamericanas y hay hostilidad hacia ellas, no sólo desde la derecha, también desde la izquierda. ¿Por qué no puede aceptar a estas democracias latinoamericanas? Tienen una cierta idea de que la democracia es el predominio de los procedimientos liberales. Lo fundamental para entender a las democracias latinoamericanas es que no se trata de un rechazo al modelo liberal-democrático, sino de una rearticulación con predominio de la soberanía popular.

– Usted ha criticado el principio de alternancia en el poder y, en su lugar, ha defendido la necesidad de que las democracias ofrezcan alternativas. ¿Cuál es su postura ante las reelecciones presidenciales?

– Acabo de leer un artículo en Le Monde Diplomatique, donde José Natanson argumenta contra la re-reelección y considera que hay que poner límites al poder del pueblo. Estoy de acuerdo con que el poder del pueblo debe tener cierto marco, pero uno no puede decir que países donde existe la posibilidad de la reelección indefinida, como Venezuela, sean menos democráticos que países sin esa posibilidad, como los europeos. En Europa se da una situación de alternancia: hay elecciones pero el pueblo no puede realmente escoger entre proyectos distintos. Elegir entre centroizquierda y centroderecha es prácticamente como elegir entre Coca Cola y Pepsi Cola. A partir de eso trato de explicar la falta de interés en la política representativa, la gente advierte que no hay diferencia. Desde mi perspectiva, el criterio para saber si un país es democrático es si a la gente se le da la posibilidad de escoger, si tienen alternativas y no simplemente alternancia entre partidos distintos que, una vez en el poder, no hacen ninguna transformación fundamental. El problema de la reelección lo veo como un fetichismo de ciertos procedimientos liberales. También es algo muy reciente, porque hasta hace poco un país como Francia no tenía ningún límite para la reelección del presidente. Se dan situaciones absurdas, como en Chile, donde el presidente puede tener un solo mandato. Michelle Bachelet era una persona muy popular y podría haber sido reelegida, pero la normativa no se lo permitía: eso sí que es una traba al poder del pueblo. La reelección puede ser una manera de luchar contra el predominio del liberalismo sobre la democracia. Evidentemente, eso no quiere decir tampoco que se deban abandonar todos los límites liberales.

– En su razonamiento, la alternativa queda atada a la figura del líder que ejerce la presidencia, pero también se podría pensar en que, dentro de un mismo espacio político, distintas figuras encarnen esa alternativa. Para decirlo de otra manera, la reelección indefinida ¿no promueve la debilidad de un proyecto al ligarlo a una sola persona?, ¿no elimina un incentivo a que los partidos generen mayor democracia interna y a que los gobiernos distribuyan el ejercicio del poder?

– Claro que, idealmente, es mejor cuando no hay una sola persona de la que depende un proyecto, porque eso siempre es muy peligroso. No es lo ideal. Pero cuando ése es el caso, no veo por qué no puede admitirse la reelección de esa persona. Idealmente, hay que crear las condiciones donde haya varias personas identificadas con un proyecto. Pero, cuando eso no ocurre, sería absurdo poner en riesgo un proyecto.

– ¿Encuentra alguna relación entre las diferencias de las democracias latinoamericanas y europeas y los modos en que una y otra región están enfrentando la crisis del capitalismo global?

– Lo que me parece muy interesante de las experiencias de Sudamérica es que se está poniendo en cuestión el modelo neoliberal: la ruptura con el FMI, la creación de instituciones regionales, una apuesta al desarrollo de un modelo alternativo. En Europa no parece haber interés en salir del neoliberalismo, y eso está relacionado con esa situación de posdemocracia, donde no hay diferencias claras entre centroderecha y centroizquierda. El problema fundamental es que se ha creado una especie de consenso al centro –el modelo teorizado por Tony Blair, por Anthony Giddens–, la idea de que después de la caída del Muro de Berlín ya no hay antagonismos y que no hay alternativas al modelo neoliberal, un marco en el cual los partidos de centroizquierda apenas pueden gestionar de manera un poco más humana esa globalización neoliberal. Pero en esos partidos no se ve ninguna tentativa de romper. Hay que reconocer que la Unión Europea no ayuda, porque tal como existe es parte del modelo neoliberal. Todas las medidas que está desarrollando la UE tratan de encontrar una salida neoliberal a una crisis provocada por el neoliberalismo. Soy profundamente europea y no quiero romper con la UE, pero creo que necesita un cambio muy profundo, para que empiece a permitir el desarrollo de un modelo alternativo. Afortunadamente, en forma muy reciente, en algunos países se está empezando a ver el nacimiento de partidos políticos que se sitúan a la izquierda de los partidos socialistas, que quieren llegar al gobierno –no son partidos de protesta– y desarrollar un modelo distinto, como el Partido de Izquierda en Francia, Syriza en Grecia o Die Linke en Alemania. Eso a muchos nos da esperanza de que pueda haber una puesta en cuestión del modelo neoliberal. En esos partidos hay un enorme interés por lo que pasa en América latina. Muchos creemos que hay que latinoamericanizar Europa, hay que aprender de estas experiencias que muestran que es posible luchar contra el neoliberalismo. Acá están más avanzados. Claro que han pasado por experiencias muy dolorosas...

– Al comprender al conflicto como inherente a la política y al considerar al consenso racional como imposible, usted plantea que la tarea de la democracia es transformar los antagonismos (la confrontación amigo-enemigo) en agonismos (adversarios que se reconocen derechos). ¿La responsabilidad de esa transformación se la atribuye a la sociedad y sus organizaciones en su conjunto? ¿O en particular al poder del Estado?

– Evidentemente, el Estado tiene un rol importante, pero también los partidos políticos, que son parte de la sociedad. La política necesariamente implica un nosotros y un ellos. Lo específico de la política son los conflictos que no se pueden resolver nunca de manera racional, poniéndose de acuerdo, por eso es que he criticado el modelo deliberativo. En la sociedad siempre hay sectores enfrentados. El conflicto tiene que ver con relaciones de poder, con la hegemonía. Esto es lo que la perspectiva liberal no quiere reconocer. El marxismo lo reconocía, pero lo limitaba a la lucha de clases, que no es la única forma posible de antagonismo. Entonces, el objetivo de la democracia no es encontrar los procedimientos para poner a todo el mundo de acuerdo, porque eso no es posible, sino encontrar cómo manejar el conflicto. Si el conflicto se da de manera antagónica, en una confrontación amigo-enemigo, donde no se reconoce la legitimidad del oponente y se trata de eliminarlo, sobre esa base no es posible organizar una sociedad democrática. Por eso es que muchos liberales creen que tienen que negar la dimensión del conflicto para pensar la democracia. Yo creo que el conflicto se puede dar también bajo la forma del agonismo, que no elimina el conflicto sino que en lugar de plantear una relación amigo-enemigo plantea una relación de adversarios. Si bien hay una lucha hegemónica, esa lucha se da bajo ciertos procedimientos democráticos. La tarea fundamental de una política democrática es crear todas las instituciones y los procedimientos para permitir al conflicto manifestarse de una manera agonística. Si eso no existe, el conflicto aparece bajo formas violentas. Por eso creo que hay responsabilidad de los partidos, que tienen que considerar a los otros como adversarios, no como enemigos a eliminar. Pero también es necesario al nivel del Estado que existan los canales que permitan esa expresión. Para tener una lucha agonística, es necesario que de los dos lados haya reconocimiento agonístico.

– ¿Cómo analiza, desde esa perspectiva, casos como los de Venezuela o Argentina?

– El caso de Venezuela es particularmente interesante en ese sentido, porque parece que se está dando un movimiento del antagonismo al agonismo. Durante toda una primera etapa, la oposición no admitía a Hugo Chávez y lo trataba como enemigo, intentaron darle un golpe de Estado: ése es un trato antagonista. Ahora –si no es una maniobra– parece haber un cambio: aceptaron entrar en las elecciones, Henrique Capriles no propone destruir todo lo que hizo Chávez y reconoce muchas cosas; parece estar creando las condiciones para lo que llamo un consenso conflictual –porque para que haya lucha agonística es necesario que haya una base común entre los adversarios, el respeto por ciertas reglas del juego–. En el caso de la Argentina, me parece que la situación es parecida a lo que era Venezuela antes de Capriles, porque no hay un consenso conflictual. Desde la oposición no se plantea una política de confrontación agonística con el Gobierno, me parece que hay tentativas de deslegitimarlo y ponerle trabas a algunas medidas –como el caso de la ley de medios–. No es una oposición constructiva, no parece proponer ningún proyecto alternativo, sino solamente tratar de impedir lo que propone el Gobierno.

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