Carta de un recogelatas a un chofer de autobús

Raul Bracho

Algún cuchillo filoso, una pipa artesanal y un yesquero es lo que habita seguro en el fondo de sus bolsillos. Amén del desahucio, el rechazo, el llanto contenido, la soledad tremenda el dolor acumulado y las ansias de su vicio.


Pasos lentos, mirada depredadora sobre el camino, en búsqueda de cualquier moneda caída o algún regalo del destino, pasos lentos, manos sucias, que jorungan los pipotes de desechos en las ventas de comida, en búsqueda de sobras del hambre ya saciada de quienes comen hamburguesas y chatarra en los carritos de las esquinas.

Cómo los gatos solitarios, con la piel llena de arañazos, cicatrices, puñaladas y disparos, con la sonrisa sin dientes, con la cabeza llena de locuras que su soledad produce de tanto hablar con ellos mismos, van los hombres de las bolsas negras.

Como gatos callejeros y salvajes, bajo la mirada excluyente del ciudadano “decente”, bajo el asco, bajo el terror en los ojos de quien los mira en la soledad doliente. Así van, noche tras noche, día tras día, los lateros, recogelatas, desechables, recoge sueños, recoge mierda, recoge asco, recoge la basura del hombre de este siglo.

Como los gatos solitarios, allí van en la noche, los míos, los hombres de las bolsas negras.

Mis hermanos de calle, del silencio.

Tu una vez fuiste chofer de autobús, yo una vez fui latero, creo que nos entenderemos.

Mi larga lucha al volver de Cuba ha sido la creación del Sistema Público Nacional de Tratamiento de las Adicciones, lucha en la que hombres y mujeres de Chávez nos han dado su palabra y sus actos, Eugenia Sader, mi amada Coronela, Nestor Luis Reverol Torres, mi general, Rafael Sánchez quien hoy comanda a FUNDARIBAS, órgano rector de tratamiento en este sistema por el ministerio de Salud. Hemos dado la lucha por construir ese mandato que Chávez firmó pero que nunca pudo anunciar a la patria pues en aquel año, 2.011, luego del 18 de Mayo, cuando firmó el decreto de este Sistema, le apareció su primera dolencia en la rodilla.

Eugenia Sader y Reverol, los compas de las Comunas y muchos otros se han ido sumando en este sueño necesario, hoy tenemos el Sistema, más de 150 centros de atención a nivel nacional, funcionando, pero aún falta, ahora es que falta Nicolas.

Te sigo y te oiga hablar de espacios de paz y de no violencia, allí tenemos que estar presentes quienes damos esta lucha. Tú tienes que saber el dolor de una familia cuando un ser amado se hace esclavo de terribles drogas como la heroína, sabes que no habrán espacios de paz hasta que no demos esta respuesta, esta batalla. No es un espacio de paz, los semáforos llenos de jóvenes haciendo malabares para mendigar el dinero de su consumo, ni con ciudadanos recogiendo basura, o atracando a otros para ir a tributar a los zares de este vil comercio capitalista.


Hoy yo, como recogelatas, a TÍTULO PERSONAL, te escribo para pedirte que seas tú quien le diga a la patria esto que Chávez firmó y no pudo anunciar, para que convoques la creación del Consejo Nacional de las Adicciones que es un mandato firmado por el en el decreto de creación del SNTA.

La patria que llora y sufre por este mercado infernal de venenos lo necesita saber.

Debemos dar cuerpo gigante a este sueño, no habrá paz mientras otros nos envenenen a la juventud para matarles sus sueños.

En nombre de todas y todos los que hemos vencido y queremos ayudar, te lo pido, Nicolás, camarada.

¡Chávez vive, la lucha sigue!

brachoraul@gmail.com / @hombrenuevo

aporrea.org / Escuela Bolivariana del PoderPopular

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