¿Las Vaginas Sanas tienen olor a Vainilla?

La Vagina tiene olor a Vainilla
Misael Salazar Leidenz

Sabemos que la palabra vainilla viene de vagina. Cuando esta parte femenina está completamente sana, sus efluvios nos hacen recordad ese delicado y delicioso aroma, Se llamó originalmente vaginilla a la aromática orquidácea, porque nos conecta olfativamente con la parte femenina pudenda por la que todos nos desvivimos.

En casi toda Venezuela creemos que la vagina de las niñas tiene olor a rosas, y precisamente le dan ese nombre. Mientras envejece cambia y tiene a ser desagradable. En oriente por ejemplo, piensan que su olor es similar al del cazón salado. En el llamo creen que se parece al de la guabina, y en otras partes a pescado de cualquier tipo. En el caso del Zulia, algunos creen que huele a carpeta, un pez lacustre, mientras que en Sucre creen que despide los aromas de las pepitotas, o de las patas de cabra, como también les dicen.

Lo cierto de todo esto es que una vagina sana no tiene porque despedir olores que no sean gratos, La presencia de unas bacterias, llamadas saprofitas descomponedores, son las que generalmente hacen que aparezcan olores distintos. Esos microorganismos, al mismo tiempo que originan las infecciones, ofrecen ventajas contra las infecciones.

Ahora bien, en Margarita muchos insulares creen que el olor característico de ciertas algas en descomposición es un afrodisíaco muy potente que los hace imaginar una vagina inmensa, y se van a las orillas de las playas, donde las hay, a aspirarlos para reforzar sus cargas eróticas.

Es de advertir que cada pueblo tiene sus propios olores corporales, que las europeas del norte despiden un olor acre mientras que las griegas, italianas, francesas y chipriotas tienen aromas de vinos frutales.

Sobre este ultimo ema, hay quieres afirman que los genitales de las mujeres nacidas en Valera y en el Tocuyo tienen un olor que de alguna manera evoca a la caña blanca, Otros dicen que hay andinas, deltazas y amazonenses que ofrecen tenues efluvios floreales y guayanesas que llevan el dulce olor de la sarrapia. Algunas cojedeñas tienen olor a mago, mientras que carabobeñas, mirandinas y yaracuyanas hacen recordar a la reseda.

Ya hemos sostenido que las venezolanas con menos olores pudendos son las apureñas. Los conocedores atribuyen ese hecho al consumo de caribe, pez de nuestros ríos, que a su vez consume peces pequeños que se alimentan de hojas. De modo que lleva en sus carnes grandes cantidades de clorofila, lo cual atenuaría cualquier hedor vaginal. Quienes sostienen, afirman que es la alimentación de estas personas la que las lleva a no despedir olores de ningún tipo.

Eso desde luego esta en contradicción con lo que sucede con las falconianas o con las larenses, que aun cuando son grandes consumidoras de chivos, no despiden el repelente olor a berrenchín de estos cuadrúpedos. Por el contrario, evocan el aroma de los lirios.


Muchos Guariqueños y barinenses creen que toda cuchara hiede a coporo, un pez fluvial. Grafican su afirmación con la historia de una anciana que estaba sola en su casa, en tiempos cuando los animales hablaban con las personas. Y que hasta ella llegó un tigre hambriento y le preguntó donde hallaría a un hombre para comérselo. Ella respondió que ese era quizás el animal mas peligroso de la creación. Y para demostrárselo le abrió las piernas y dijo: mira, esta es una herida que me hizo un hombre hace sesenta años y todavía no se ha curado. El animal miro y olio, y luego dijo: ¡y está hedionda! Luego se marchó atemorizado.


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