¿En qué consiste el secreto de la amistad entre Mandela y Kaddafi?

Alexander Lipen

Hoy falleció Nelson Mandela, carismático y estoico luchador por la independencia de su pueblo… Muchos recordarán los brillantes episodios de su vida, por ejemplo, como la Tatcher lo llamó terrorista y cómo él en repuesta escribió en coautoría con Fidel Castro: “Hasta qué punto han llegado los esclavos” (How far the slaves have come).


5/12/13.- Durante la intervención militar en Libia, Mandela fue uno de los pocos políticos que juzgó a los criminales otánicos. Con lágrimas en los ojos, exigió ponerle fin al asedio de Sirte, en el que Muammar Kaddafi se aferraba a su última trinchera. En esos días, Putin y Medvedev le dieron la espalda a Libia, entregándola a la barbarie* de los mercenarios de la OTAN. En los días más complejos, Mandela fue el único amigo que intervino a favor de Muammar Kaddafi. 

¿Qué acercaba a estas personas tan distintas?

En su lucha por los derechos del pueblo africano de piel negra, Mandela llegó a ser consciente de que no era posible limitarse a las fronteras de su país.

Los imperios internacionales siguen explotando a los de piel negra en los países vecinos y la victoria en un sólo país no va a significar nada. Sólo uniéndose a escala continental, la población negra, africana, obtendrá su independencia.

Muammar Kaddafi, en su teoría de la “Yamahiria”- socialismo africano- aspiraba construir el socialismo por toda África, nacionalizar los recursos africanos, redistribuir las ganancias en provecho de los africanos y, de esa forma, emancipar a toda África del yugo internacional.

Kaddafi fue el que fundó la “Unión Africana”, la que debía estimular el desarrollo independiente, progresivo y socialista de las economías africanas. Con el tiempo, se preparaba incluso a pagar la deuda africana, impuesta por occidente al continente, más aún, renunciar al dólar como divisa de intercambio de recursos y crear un banco africano. 

De ello partiría la auténtica independencia y la vía al enriquecimiento del continente.

En el “Libro Verde” de Muammar Kaddafi, se pueden encontrar muchas ideas comunes entre él y Mandela, ¿es posible que ello fuera, a la vez, el secreto de los grandes africanos?

En su relación con el socialismo, Mandela expresó:

Yo tenía pocos conocimientos sobre el marxismo, y en las discusiones políticas con mis amigos comunistas yo estaba limitado con mi desconocimiento de su filosofía. Resolví corregir la situación.

Adquirí las obras completas de Marx, Engels, Lenin, Stalin Mao Tse Tung y otros, e investigué la filosofía del materialismo dialéctico e histórico. Disponía de poco tiempo para el estudio de estas obras de la forma debida. En este tiempo, como estaba motivado por el Manifiesto Comunista, estaba agotado por el Capital. 

Pero experimenté una fuerte atracción por la idea de la sociedad sin clases, parecida a la tradicional cultura africana, en la que la vida era común y comunal.

Me sumé a la comprensión esencial de Marx, que tenía en sí la sencillez y la generosidad de una regla de oro: “De cada quien, según sus capacidades; a cada quien según sus necesidades”.

El materialismo dialéctico resultó un proyecto que iluminaba la noche oscura de la opresión racista y el instrumento que podría utilizarse para luchar contra la opresión. Esto me ayudó a contemplar la situación fuera del prisma de las relaciones negro-blanco, porque para alcanzar el éxito de nuestra lucha debíamos superar lo negro y lo blanco.

Estaba atraído por la base científica del materialismo dialéctico, porque siempre me inclino a creer en aquello que puedo comprobar. Su análisis materialista de la economía me sonaba cierto. La idea que el valor de las mercancías se base en la cantidad de trabajo invertido en ellas, era particularmente apropiada a Sudáfrica. La clase gobernante pagaba a los trabajadores africanos el mínimo para subsistir y, además, aumentaba significativamente el valor de las mercancías, de cuyas ganancias ella se apropiaba.

El llamado del marxismo a las acciones revolucionarias sonaba como música en los oídos de un luchador por la libertad. La idea que la historia progresa a través de la lucha y que el cambio deviene de los saltos revolucionarios, era muy atractiva. En mi lectura de los trabajos marxistas encontré mucha información sobre los problemas que están frente a un político práctico. 

Los marxistas le brindaron una gran atención a los movimientos de liberación nacional, y la Unión Soviética, en particular, apoyaba la lucha nacional de muchos pueblos coloniales. Esta fue otra causa por la cual cambié mi visión sobre los comunistas y adopté la posición del CNA* de saludar a los marxistas en sus filas.

En una ocasión, un amigo me preguntó: “cómo puedo conciliar mi credo de nacionalismo africano con la creencia en el materialismo dialéctico?”. Para mí, no había ninguna contradicción. Fui en primer lugar un nacionalista africano que luchaba por su liberación [la de África] del poder de la minoría, así mismo por el derecho a controlar su destino. Pero, al mismo tiempo, África del Sur y el continente africano, eran parte del mundo. Nuestros problemas, aunque se diferenciaban por su especificidad nacional, no fueron únicos y la filosofía del marxismo colocaba estos problemas en el contexto internacional e histórico del mundo.

Estaba preparado para utilizar cualesquier medio imprescindible para la pronta destrucción de los prejuicios humanos y del nacionalismo chovinista y violento. No me fue imprescindible volverme comunista para trabajar con ellos. Descubrí que los nacionalistas africanos y los comunistas africanos tenían mucho más de unidos que de separados”.

Mi traducción de un capítulo del libro “El largo camino a la victoria» (A Long Walk To Freedom)


Traducido al español por Manuel Moncada Fonseca

* “растерзание” se traduce como “misericordia”, según el diccionario de google. Ello sin embargo no encaja con el sentido del texto en ruso. Por ello hemos dejado la palabra “barbarie”.

** CNA: Congreso Nacional Africano.

Revista Libre Pensamiento / Escuela Bolivariana del Poder Popular
@prensa_ebpp

No hay comentarios:

Publicar un comentario