Con la complacencia de Santos se profundiza la conspiración contra Venezuela

Horacio Duque

No descansa la derecha colombiana en su labor conspiradora contra la revolución bolivariana y el Socialismo del Siglo XXI. 

Brota de nuevo la acción de grupos muy poderosos de Bogotá y Medellin que coincidiendo con los factores desestabilizadores venezolanos, urden planes y procesos para derrocar, mediante asesinatos y atentados, el gobierno legitimo del Presidente Hugo Chávez. 

Tarek el Aissami y otros importantes líderes del PSUV establecieron recientemente que un ex presidente colombiano despliegue una febril labor en la frontera, en Cúcuta y Maicao, realizando reuniones con reconocidos golpistas para planificar atentados contra el Vice Presidente Nicolas Maduro y contra Diosdado Cabello, el Presidente de la Asamblea Nacional Legislativa. Se trata de hechos bastante graves que no han merecido la intervención ni el pronunciamiento de la Casa de Nariño. Es un silencio sospechoso que escandaliza. 

En las últimas horas, Nicolas Maduro, ha identificado acciones y movimientos de Capriles Radonski en Bogotá, adelantando reuniones con empresarios, generales, diplomáticos, agentes de la Cia, políticos y funcionarios gubernamentales, para darle soporte a nuevos escenarios orientados al derrocamiento del gobierno constitucional de Caracas. Ya hay datos muy precisos de los eventos realizados con el beneplácito de los servicios secretos de la Presidencia. 

Todos estos personajes y grupos coinciden en su odio visceral al Socialismo y en la necesidad de destruir las conquistas populares de la nación venezolana que favorecen los derechos fundamentales de millones de seres humanos. 

Lo que llama la atención en todo esto es el silencio cómplice del gobierno del señor Santos. Las informaciones indican que el Presidente de Colombia, viejo enemigo de la revolución bolivariana, ahora en simulada amistad por el Presidente Chávez, está al tanto y consciente de todos los movimientos en curso que deben ser denunciados y develados para que no prosperen. 

Se le cae la mascara al señor Santos, pues es parte muy activa de este entramado contrarrevolucionario que pretende destruir el poder popular bolivariano. Su reciente defensa de Uribe Velez es muy sintomático del curso que toman las aguas. 

No hay que guardar silencio y llamar las cosas por su nombre como lo está haciendo la dirigencia revolucionaria que lidera Nicolas Maduro.


Rebelión / Escuela Bolivariana del Poder Popular

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