Florida, abril 10 - Los dos niños estadounidenses raptados la semana pasada y llevados a Cuba por su padres regresaron sanos y salvos en la madrugada de este miércoles a Estados Unidos y fueron entregados a sus abuelos, responsables de su custodia legal.
El avión, fletado por el Gobierno estadounidense, aterrizó en Tampa (en la costa oeste de Florida) sobre las tres de la mañana con los menores y sus padres a bordo, después que las autoridades cubanas, con rapidez, arrestaran el martes a los padres en el puerto turístico Marina Hemingway, al oeste de La Habana, y los entregaron a agentes del FBI y del Servicio de Alguaciles.
"Ahora lo único que nos preocupa es llevarlos (a los niños) a casa en seguridad y tranquilidad", dijo el abuelo de los menores, Robert Hauser, en una rueda de prensa en la comisaría de la policía de Tampa, donde los menores fueron sometidos a exámenes médicos.
En la misma rueda de prensa, el agente del FBI a cargo de las investigaciones elogió la actitud de las autoridades cubanas. "Recibimos la mejor cooperación. Fueron rápidos y eficientes", dijo el agente David Cowvartier.
Los padres, a la cárcel
Los menores y sus padres viajaron acompañados por dos psicólogos, que los atendieron durante el vuelo de hora y media entre La Habana y Tampa, pero no fueron presentados a la prensa, aunque la policía divulgó un video de su ingreso en prisión. Los padres, Josh y Sharyn Hakken, viajaron esposados y, según fuente policial, no intercambiaron una sola palabra con sus hijos durante el vuelo.
La odisea de los Hakken comenzó el miércoles de la semana pasada, cuando el padre apareció en casa de sus suegros y, a punta de pistola, amordazó a la abuela, Patricia Hauser, y se llevó a los menores. Fuera de la casa lo esperaba su esposa en un coche, hallado posteriormente por las autoridades a 20 kilómetros de la casa. Después, abordaron un velero en el puerto de St. Petersbourg, en el área metropolitana de Tampa
Los niños fueron entregados en custodia a sus abuelos maternos el martes de la semana pasada, un año después de que fueran hallados en un hotel de Louisiana, durante un altercado entre los padres.
En el registro de la habitación, la policía encontró una cantidad no revelada de marihuana y una arma de fuego. En esos momentos, los menores fueron entregados a las autoridades de atención a menores abandonados, quienes posteriormente los enviaron a la casa de una familia adoptiva.
Tras un proceso judicial que duró casi un año, un tribunal de Tampa decidió confiar la custodia de los niños, Cole Hakken, de cuatro años y Chase Hakken, de dos, a los abuelos.
El jueves, las autoridades lanzaron una operación de rescate marítimo después de enterarse de que el padre había adquirido un velero recientemente y éste se encontraba desaparecido.
A lo largo de cuatro días, buscaron intensamente al velero en el Golfo de México y al no hallarlo temieron lo peor, que los padres hubieran cometido la locura de suicidarse y matar a los menores.
Durante las investigaciones en tierra, al constatar la desaparición del velero, un empleado de la marina de St. Petersbourg confirmó a los investigadores que el velero había zarpado con los menores y ambos padres a bordo.
Colaboración con Cuba
De inmediato, las autoridades estadounidenses consideraron el asunto como un caso de rapto de menores y, aparentemente, las autoridades cubanas también, porque se prestaron a solucionar el asunto rápidamente.
Desde el caso del niño Elián González, al principio de la década de 2000, ha habido por lo menos 24 casos en que por lo menos un padre ha llevado a sus hijos al otro país y el problema se ha resuelto por vías diplomáticas y rápidamente.
Pero este caso fue ligeramente distinto, porque ningún padre reclamaba la devolución de su hijo o acusaba al otro de secuestro, sino que los dos se pusieron de acuerdo para sacarlos de Estados Unidos y llevarlos a Cuba.
Por eso, para algunos observadores, la rápida solución que Cuba ha dado al asunto es un indicio de que el Gobierno de Raúl Castro pretende seguir con una política de tolerancia cero hacia todo estadounidense que sea buscado en Estados Unidos y pretenda buscar refugio en la isla.
Los padres de los pequeños deberán hacer ahora frente a los cargos de rapto de menores, viaje ilegal a Cuba (porque lo hicieron sin permiso de las autoridades estadounidenses) y agresión con violencia. De ser hallados culpables por un tribunal, se enfrentan a cadena perpetua.
Declaración de la Subdirectora para EEUU del Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba, Johana Tablada
A las 10:30 am de hoy 9 de abril, el Ministerio de Relaciones Exteriores informó a la Sección de Intereses de Estados Unidos de América en La Habana la disposición del gobierno de Cuba de entregar a las autoridades de ese país a los ciudadanos estadounidenses Joshua Michael Hakken, su esposa Sharyn Patricia y sus dos hijos menores.
Previamente, a la 1:30 pm del 8 de abril, el Ministerio informó a la Sección de Intereses de Estados Unidos de América en La Habana y posteriormente al Departamento de Estado en Washington que, a las 3:20 pm del 7 de abril de 2013, había arribado a la Marina Hemingway, a bordo del yate “SALTY PAW”, de bandera estadounidense, el matrimonio Hakken, acompañado de sus hijos menores Chase Julian Hakken y Cole Travis Hakken. La embarcación llegó a Cuba bajo condiciones climáticas desfavorables para la navegación.
A partir de las informaciones de prensa que asocian al matrimonio Hakken con un caso de secuestro de menores, las autoridades cubanas comunicaron la presencia de estas personas en Cuba.
Desde el primer momento, se intercambiaron notas diplomáticas y se ha mantenido una comunicación profesional y permanente entre el MINREX y la Sección de Intereses de Estados Unidos en La Habana a fin de garantizar la integridad y bienestar de los menores.
Agencias / Escuela Bolivariana del Poder Popular
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