HISTORIA DE LA BIBLIA - PRIMERA PARTE

En #DebatesParaAvanzar volvemos al tema religioso pero visto desde la óptica científica, en este caso la biblia como libro sagrado del cristianismo. Tambien lo hacemos rescatando nuestra etiqueta #IglesiasYSociedadesSecretas, todo ello para incluir en el debate el problema de la cosmovisión en el tema ideológico. Los textos a continuación pertenecen a varios autores: Karlheinz Deschner, Johannes Maria Lehner, Albrecht Gundelach.





La por mí personalmente corregida edición debe ser reconocida como la única verdadera y auténtica bajo castigo de la excomunión y debe ser usada por todos y ser usada como base para todas las siguientes interpretaciones. Cada cambio, aunque sea sólo una palabra sea anatema"
El papa Sixtus V. (1521-1590)
En relación a su versión bíblica aparecida en 1590. Desde entonces se realizaron aproximadamente 200 000 cambios.


I. La Biblia – una obra de siglos

Millones de personas están firmemente convencidos, de que la Biblia es un libro escrito o por lo menos inspirado (dictado) personalmente por Dios. La verdad, en cambio, es que la Biblia no fue escrita de corrido de una sola vez, si no que es una colección de variados libros y textos (El libro del Génesis, libro de los Reyes, cartas de Paulo, etc) entre los cuales, a veces hay períodos de miles de años y que constantemente fueron completados, cambiados y reescritos, según la correspondiente tendencia de la sociedad de cada época.

Diferentes autores, hoy mayoritariamente desconocidos, han escrito los textos y lo que, a los posteriores sacerdotes no les gustaba, fue eliminado o readecuado. Aún hoy se realizan cambios y adaptaciones. Muchos hombres y casi ninguna mujer (solo en más o menos 13 páginas) han acopiado historias, proverbios, sabidurías y profecías.

La elección de los textos hoy día conocidos – de tal llamado canon bíblico – ha durado hasta el 1er milenio después de Cristo. Aún en los últimos cien años,-por ejemplo-, la iglesia evangélica presento varias revisiones bíblicas. En la versión de 1975 solo dos tercios son idénticos a la Biblia original de Lutero.

II. Época de las copias manuales

  1. Finales del siglo VIII a. C.: Las primeras versiones escritas de relatos y baladas sobre Saúl, David y Salomón (compuesto de material tradicional oral israelí del sur y del norte) como una epopeya nacional para el imperio de Ezequías.
  2. Comienzos de siglo VII a. C.: Crónica escrita del tiempo de reinado de Salomón como un rey sabio y rico en el estilo asirio imperial, énfasis de su sabio reinado, y su actividad constructiva (incluyendo la construcción del templo) y sus expediciones comerciales.
  3. Finales del siglo VII a. C.: Delineación de fuentes escritas antiguas y su ingreso en la obra histórica del Deuteronomio (La historia del asenso de David y su sucesión al trono, tradiciones salomónicas); la uniforme orientación teológica le sirven a las metas de Josías; inclusión de episodios como el combate entre David y Goliat y otros detalles griegos (Influencias homéricas) de aquellos tiempos como también la condenación de Salomón.
  4. Siglo VI - IV a. C.: Segunda preparación del Deuteronomio durante el exilio con la actualización y explicación del exilio. Profecías (Ageo, Zacarías). David y Salomón como figuras religiosas simbólicas en las crónicas.
  5. Siglo II a. C. – V d.C.: Traducción griega de los Libros de los Reyes y de la crónica; versiones ampliadas de los salmos, de Libro de los Proverbios, el Cantar de los Cantares, materias ajenas a biblia hebrea con connotaciones mesiánicas: Salmos de Salomón, Flavio Josefo; rollos del mar muerto. El Nuevo Testamento ata a Jesús de Nazaret con la tradición de David; escrituras rabínicas y padres de la iglesia amplían el campó de las asociaciones y alegorías religiosas (Fuente: ”David y Salomón” Finkelstein / Silbermann, arqueólogos descifran un mito dtv, 2009, ISBN 978-3-423-34542-2)
  6. Alrededor del año 300 al 130 a.C.: El Antiguo Testamento es traducida al griego en Alejandría (Septuaginta).
  7. Siglo II – I a. C.: Los manuscritos hebreos más antiguos conservados del Antiguo Testamento (entre otros, descubrimientos de las cuevas de Qumran cerca del Mar Muerto. Las más antiguas traducciones manuscritas de la traducción griega.
  8. Aprox. año 27 – 30: Jesús actúa en Palestina (partiendo del supuesto de comprobada históricamente su existencia).
  9. Años 50 – 64 d. C.: Redacción de las cartas del apóstol Pablo.
  10. 2da mitad del siglo I: Redacción de tres evangelios (aprox. 70 Marcos; 80 – 90 Lucas; y Mateo). Alrededor del año 120, ya siglo II, se escribe el evangelio de San Juan. 
  11. Finales del siglo I: Numerosas copias de los escritos bíblicos en papiro. En vez de los tradicionales rollos, los cristianos prefieren la forma del código (kodex), un antecesor del actual libro.
  12. Alrededor del año 125: Los fragmentos más antiguos conservados del Nuevo Testamento (papiro P52).
  13. Aproximadamente el año 144: Marción arma en Roma, la primera versión resumida del evangelio de Lucas y diez cartas de Pablo. Con esta estrecha selección la da a la iglesia un mayor motivo para examinar los numerosos escritos cristianos y crear un “canon” que limita los escritos reconocidos como vinculantes (el que posteriormente se llamó, El Nuevo Testamento).
  14. Fines del siglo I: Sabios judíos determinan el alcance exacto de la Biblia hebrea. Algunos escritos, desde entonces son sólo transmitidos en la traducción griega. (Textos deutero-canónicos/apócrifos). 
  15. Alrededor del año 200: Se discute apasionada y largamente sobre el canon del Nuevo Testamento. Tempranas traducciones del Nuevo Testamento al latín (más precisamente en Vetus, Latina o Itala).
  16. Año 367: El obispo Atanasio de Alejandría en su carta 39 festivalera pascual, determina como canónicas los 27 escritos en el Nuevo Testamento, que existen hasta hoy día. Sin embargo, todos empezaron a padecer más y más cambios, y lo referimos a continuación.


III.- El ensamblado de los textos evangélicos
En el siglo 18 se afirmaba tener el original del evangelio de Marcos, a ser en Venecia y también en Praga; y ambos originales en latín, idioma que ninguno de los evangelistas usó. En realidad no se conserva ni un texto neo testamentario, ni un libro bíblico en su versión originaria. Tampoco existen las primeras copias. Sólo existen copias de copias de copias.

El texto actual del Nuevo Testamento es una mezcla, es decir, fue armado de las distintas tradiciones. Se basa, 1° en manuscritos griegos, 2° antiguas traducciones y 3° citas de los padres de la iglesia relatados de memoria. Justino por ejemplo ofrece más de 300, Tertuliano más de 7000, Origenes casi 18000. Las obras de los padres de la iglesia fueron transmitidas con distintos grados de fiabilidad.

Los manuscritos griegos más antiguos del Nuevo Testamento conservados el Vaticanus y el Sinaíticus, previenen recién de mediados del siglo 4.

El Codex Vaticanus, guardado en la biblioteca del Vaticano, sin embargo no está completo y fue repetidas veces “mejorado”, sus distintas maneras de “lecturas” – se distinguen la acción de tres correctores – recién se hicieron conocidos por el teólogo alemán Constantin von Tischendorf (1874) quién obtuvo logros pioneros en la investigación de los textos neo testamentarios.

Tischendorf también es el descubridor del Codex Sinaiticus, que el gran erudito viajero encontró en el Monasterio de Santa Catalina en el Sinaí (18443-1859) y que adquirió para el zar Alejandro II. De los manuscritos griegos más antiguos sólo el Sinaiticus, en poder del museo británico desde 1933, está completo e incluso con dos apócrifos descartados por la iglesia, a ser la carta de Barnabás y el Pastor de Hermas. El texto del Sinaiticus, también fue redactado, al igual que el Vaticanus, a mediados del siglo 4 e igualmente en parte de manera totalmente arbitrario.

Mucho más importantes que los manuscritos en pergaminos, son los bastante más antiguos papiros del siglo 2, de los cuales sólo se conservan algunos fragmentos. También existen copias latinas, sirias y cópticas basadas en patrones griegos, de los cuales las más antiguas también provienen del siglo 2. Sin embargo aún existe un tramo de casi un siglo entre estos y los originales. Y de todos modos se trata de transcripciones en idiomas más pobres, que sólo reproducen en forma grosera los finos matices del griego.

Con los textos griegos es significativo, que lo más importante en el Nuevo Testamento, los dichos de Jesús, como es conocido, no fueron transmitidos en griego, sino en un dialecto sirio al arameo por los seguidores más antiguos de Jesús. Gracias a este, mal y descuidadamente hablado dialecto, cuya reputación no era la mejor – los galileos no podían pronunciar bien los sonidos guturales - fue reconocido Pedro en la corte de los Sacerdotes (Ver video con el padre nuestro en arameo). Pero como los evangelios, al igual que todos los tratados cristianos prístinos fueron redactados en griego hasta finales del siglo 2, cuando también se comenzó a escribir en latín, sirio y cóptico 8en el siglo 3), en lo más importante, en relación a las palabras de Jesús, ya son transmisiones, y a ser no traspasos de textos sirios equivalentes, sino sólo una tradición oral. Con que facilidad se pudieron haber originado aquí cambios del tipo estilístico. Pero también la helenización en especial con las difíciles y complicadas expresiones pueden haber causado alteraciones. Por esto, La investigación ve estas transmisiones de los dichos de Jesús como un problema que hay que tomarlo con mucha seriedad.

Sólo muy pocas palabras de Jesús, en su forma aramea ingresaron en los textos griegos del Nuevo Testamento, así por ejemplo el "Talitha kumi", con las cuales Jesús despertó a la hijita de Jairo de la muerte. “Effetha” con la cual habría sanado a un sordo mudo, el “"Eli, Eli, lema sabachthani", con las cuales Jesús, según Mateo y Marcos habría anunciado al abandono de Dios en la cruz. O la palabra “amén”. Ahora el copiado de los evangelios tampoco se realizó sin errores. Durante dos siglos estuvieron expuestos a intervenciones intencionalmente o no, por copistas, y sufrieron, durante su distribución por el uso práctico, para hablar con las palabras del teólogo Feine-Behm: “variados cambios, pero también adiciones y reducciones intencionales”. También redactores y revisores eclesiales, como lo demuestra el teólogo Hirsch, los han “pulido”, “complementado”, “harminizado”, “alisado” y “mejorado”, para que finalmente, como escribe el teólogo Lietzmann “se produjo todo una selva de de interpretaciones contradictorias, adiciones y exclusiones” y como dice el teólogo Knopf “en muchas partes ya no podemos determinar con seguridad ni probablemente el texto original”. Sin embargo esta tendencia ni siquiera es original en el cristianismo. Ya que, de manera similar, los antiguos egipcios mejoraran sus textos sagrados.

Como enseña la historia de los textos, la mayoría de ellos fueron enmendados intencionalmente en los periodos antiguos, debido a que, como veremos en seguida, durante un siglo no fueron considerados como sagrados e intocables. Se borró y se agregó se parafraseó y se dedicó a la ornamentación de detalles, más bien se dedicaba a contar en vez de entregar copias correctas. Hasta aprox. el año 200 se procedió con los evangelios de acuerdo a la necesidad y gusto. Sin embargo copistas posteriores han realizado cambios, adicionaron nuevos milagros o acrecentados milagros existentes.

Para darle un final al desastroso caos, el obispo de Roma Dámaso encargó, en 383, al dálmata Jerónimo confeccionar un texto unitario de la biblias latinas, de las cuales ni dos concuerdan en párrafos algo más extensos. El secretario del papa cambio el tenor del escrito, que usó como base, para sus aproximados 35 000 “rectificaciones” de los cuatro evangelios. Esta traducción de Jerónimo, la Vulgata, universalmente distribuida, rechazada durante siglos por la iglesia, fue declarada como auténtica en el siglo 16 en el concilio de Trento.

Como sin embargo entre los manuscritos latinos antiguos ninguno armoniza totalmente con otro, as{i también entre los manuscrito griegos – en 1933 se conocían 4230, en 1957 ya 4860 manuscritos griegos del Nuevo Testamento – ninguna con exactamente el mismo texto. Una concordancia de todos los códices no se encuentra ni en la mitad de las palabras. Se estima el número de estas variantes, de las diferentes tradiciones, en 250 000. Cambios como la puntuación y letras (lo que ya puede cambiar absolutamente el sentido de una frase), también se consideran aquí, como desviaciones de frases y párrafos completos. El texto del “Libro de los libros” está distribuido hoy en más de 1100 idiomas y dialectos, es entonces completamente corrompido. 


IV.- ¿Como se llegó al canon del Nuevo Testamento?

Hasta mediados del siglo 2 la cristiandad no poseía un libro sagrado propio, por lo cual ellos, para hablar con las palabras de Nietzsche, estaban ocupados con la inaudita farsa quitarles subrepticiamente el antiguo testamento a los judíos. Para toda la cristiandad el libro de los judíos, para empezar el texto determinante. La primera epístola de Clemente, redactada a finales del siglo 1 en Roma y atribuida a un obispo romano, contiene más de cien citas del Antiguos Testamento, pero sólo dos de los evangelios, que por lo demás, sólo fueron mencionados por primera vez aprox. en el año 140, por el obispo Papías, uno de los “padres apostólicos”, pero sólo para establecer que prefería transmisiones orales a las escritas. Y alrededor del año 160 Justino, el mártir se basa casi exclusivamente en los textos, hasta ahora los más voluminosos el Antiguo Testamento, con la única intención, para difamar de manera monstruosa a los judíos. 

Sólo las palabras de Jesús desde el principio gozaban la misma autoridad, pero no los libros en los cuales entraron posteriormente. Recién en la segunda mitad del siglo 2, cuando la tradición oral adquirió cada vez formas más inverosímiles, ellos fueron igualados l Antiguo Testamento, y finalmente estos fueron preferidos. Recién a partir de entonces se comenzó también preferir los evangelios, que posteriormente fueron canonizados., a los evangelios “apócrifos”, y transformadlos en el “Evangelio”.

Los escritos neo testamentarios no eran considerados santos ni inspirados por los cristianos originarios. La iglesia católica en el concilio de Trento (4ª sesión del 8 de Abril de 1546) y en el concilio del Vaticano (3ª sesión del 24 de Abril de 1870) declaro como dogma fundamental la enseñanza de la inspiración de la Biblia, que, como se sabe, incluye la innerrancia.

Entre todos los tratados neo testamentarios, sólo el Apocalipsis, que apenas logró ingresar a la Biblia, reivindica para sí haber sido dictado directamente por su autor Dios. Y demanda autoridad no como canónico, sino según los modelos judíos, como libro profético. Ella quiere ser predicción. El cumplimiento de sus, que se referían a los tiempos inmediatos, sin embargo aún están pendientes.

Ningún otro autor neo testamentario ha declarado su producción como divino. Tampoco Pablo. Él expresamente diferencia entre lo que indica como proveniente del Señor y lo de su opinión privada y referente a su comprensión sólo es “en parte”. Hasta donde se sabe, Pablo sólo una vez ordenó la lectura de una de sus cartas en una segunda comunidad. Pero aquí tampoco habla de una distribución a todas las comunidades o en toda la iglesia y o posterioridad. 

Al igual que Pablo y los demás redactores de las cartas neo testamentarias, así tampoco ningún evangelista afirma haber sido inspirado por Dios. ¡Al contrario! El prólogo del evangelio de Lucas, en el cual el autor asegura: “después de haber investigado con diligencia todas las cosas desde su origen “, es la mejor evidencia, que el escritor nunca pensó haber sido inspirado. Lucas también era de la opinión hacer algo extraordinario. Ya que en el primer verso reconoce “que muchos” ya informaron sobre esto, pero él no quedó satisfecho con esto, ya que no relataban “desde el principio” y “en orden”. Así el evidentemente quiere corregir para que el “excelentísimo Teófilo”, para quien escribe su obra pueda convencerse de “la verdad de las cosas” de las cuales ha sido instruido. Nota: Donde hay que constatar, que esto no se relaciona con un relato histórico, sino con las transmisión de una leyenda). El evangelista no aparece como un autor inspirado por Dios, sino como un cuidadoso recolector de historias que están circulando, cuya fuerza de convencimiento quiere aumentar…

También la pérdida de todos los originales de los evangelios evidencia cuan poco eran apreciados estos libros primeramente. Aunque escritos en papiro – recién a partir del siglo 3 se comenzó a emplear pegamento – pudieron haberse conservados sin problemas.

Karlheinz Deschner, "Abermals krähte der Hahn" Una historia critica de la iglesia (1996), 800 pág., ISBN 3-442-72025-7. Extracto pág. 159-166


Pachane / Escuela Bolivariana del Poder Popular
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