Jornada de Ensemillamiento: Es Abril, la lluvia ya canta en los techos acalorados del campo. Vamos a sembrar, vamos a salvar las semillas para mañana.

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El colectivo que promueve la consolidación de un tejido social de producción y la vuelta al conuco, retoma sus actividades de siembra en distintos espacios de la región central del país.

Luego de siete años de ensayos formativos dándole duro a la enajenación que nos aleja de la tierra y sus saberes y el qué hacer conuquero, hemos retomado las actividades en el mes de abril, aspirando que lleguen las lluvias normalmente y tomando precauciones para obtener buenos resultados en la multiplicación de semillas que hemos recolectado y mantenido hasta el momento.

¿qué significa ensemillarnos y cómo lo hacemos?

La propuesta cultural del Tejido, es la consolidación de una práctica colectiva que comience por cubrir nuestra alimentación con cultivos muy básicos. Solo consolidando una práctica y una orgánica sostenible en el tiempo que nos provea de alimento sano y variado, es que podemos colindar con los fundamentos de la otra producción, la producción a escala humana, desde abajo y con el esfuerzo de la cayapa.

A veces, las comunidades, las escuelas y organizaciones sociales nos extendemos mucho en las formas teóricas y técnicas de un ensemillamiento que garantice cada vez más el abastecimiento de alimento fresco, sano y accesible, aspectos que nos preocupa a la gente de ciudad. Pero ¿cómo adquirir una dinámica cotidiana que haga posible una mínima orgánica productiva desde la ciudad, desde la vida en el apartamento, desde el ritmo del asalariado citadino, que es el caso de la mayoría que integra y promueve este proyecto del Tejido socieducativo productivo para la transformación? Hay variedad de experiencias en agricultura urbana, los barrios de caracas y los Teques son un pequeño ejemplo, no obstante cuántas de estas experiencias adquieren una continuidad un largo aliento. Cuántas de estas experiencias se insertan en un proceso cultural autónomo, sin incentivo externo, por el solo hecho de que el sentido de sembrar lo que comemos, cuaja en nuestra realidad citadina avasallante. He aquí una propuesta orgánica para este propósito.

1.- No botes los residuos de algunas hortalizas como el ají, el cilantro, la cebolla y el cebollín. Al ají extráele las semillas y colócalas sobre servilletas o papel absorbente, espera unos día para que le quites la humedad y guárdalas en un frasco de vidrio previamente enjuagado y seco. El cilantro que nos venden en algunos puestos comerciales, vienen con la raíz, estos se pueden replantar en masetas dentro del apartamento, donde con riego diario y un poco de luz solar se puede obtener racimos de este rico vegetal. Con la cebolla lograrás lo mismo si previamente le haces un corte logitudinal en la zona donde conserva un núcleo durito y con pequeñas raíces blanquecinas, al cortar este retoño, inmediatamente lo puedes colocar en tierra dentro de una maseta y manteniéndola húmeda todos los días comenzará a brotar las hojas de la cebolla y luego dar su fruto. El cebollín es aún más sencillo de multiplicar.

2.- Hay una variedad de limones jugosos que aún conservan sus semillas, auyamas, aguacates y otras frutas que son variedades naturales que se pueden multiplicar (es decir no han sido manipulados genéticamente) El limón con semilla, por ejemplo ya no se consiguen con tanta frecuencia en las zonas urbanas como caracas, generalmente son los limones que nos obsequian cuando vamos al interior del país, a una finca o un caserío. No bote las semillas de ese limón, puede colocarlas un par de días sobre papel secante, hasta que tengan un aspecto totalmente seco; y guardarlas en un frasco de vidrio que contenga pedacitos de jabón azúl, que impedirá que le caigan moho o gorgojos. Esta actividad es la misma para la conservación de semillas de auyama, melón, aguacate (cuide que el aguacate sea el de aspecto pequeño y carne amarilla y más gustosa y cremosa. El aguacate grande que vendes en supermercados, son aguacates que no son fértiles, no vuelven a dar frutos con facilidad, ya que son frutos con alteraciones genéticas).

3.- Será muy común el caso, en que no puedas cultivar demasiada variedad de vegetales, hortalizas y menos aún frutales, pero no debe razón para claudicar… lo que es difícil lograr solos siempre obtiene soluciones colectivas. Germina o conserva la semilla y luego ofrécela a parientes, amigos o vecinos de espíritu salvaje que mantienen contacto con el conuco o algún tipo de relación con la tierra. Contribuir con la multiplicación de semillas de cultivos variados es un acto político y cultural vital para los tiempos que se nos vienen encima. La agroindustria y su indetenible proceso de saqueo cultural y biológico viene sin pausa desde hace cincuenta años cerrando la libre circulación de semillas y alimentos naturales, para alcanzar un total control en el mercado más seguro de todos los tiempos, la comida. Lejos de despreciar pequeñas iniciativas para multiplicar semillas, pensemos en que sería peor no hacer nada, frente a la monopolización del alimento vegetal.

LaGuarura/Escuela Bolivariana del Poder Popular
@Prensa_Ebpp

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