Los comuneros responden y apoyan al “Golpe de Timón”

Esmil Quijada Documento elaborado por Carlos Betancourt (Comandante Jerónimo), debatido y enriquecido por Los Comuneros, Corriente Autogestionaria de Venezuela.


SOBRE LAS COMUNAS

Hablar sobre las comunas resulta un tema sumamente atrayente. Puede decirse sin temor a equívocos, que es el tema del día en Venezuela. Los comuneros “Corriente autogestionaria de Venezuela” advertimos que sobre el tema de las comunas han surgido posiciones sumamente irresponsables y oportunistas. Esto en virtud de que el gobierno bolivariano ha ofrecido a las comunidades quienes se organicen en comunas, suministrarles fondos financieros en lo inmediato. Y como es costumbre mucha gente anda como desesperada por ponerle la mano a los recursos. Poco importa la noción, y la conciencia que se tenga sobre el tema. Igual cosa ha sucedido con los círculos bolivarianos, con las cooperativas, con los consejos comunales. El clientelismo político ha causado gravísimos daños al proceso de construcción del Poder Popular. A esta altura del desenvolvimiento histórico la experiencia parece resultar sumamente baldía. Fracasaron los círculos bolivarianos, fracasaron las cooperativas, han venido fracasando los consejos comunales y sin que hasta el presente se haya hecho un balance de las causas de dichos fracasos ahora se nos promociona de manera irresponsable la urgencia de proceder a organizar las comunas.

A nuestro entender; ¿por qué también fracasarán las comunas?

Primero.- Por que son formas organizativas impuestas desde arriba.

Segundo.- Por que no son una creación directa del pueblo.

Tercero.- Por que quienes llegan a integrarlas no tienen conciencia política definida sobre lo que son las comunas.

Cuarto.- Por que continúa predominando a la hora de construirlas la idea del interés estomacal, es decir la bolsa de comida, la beca, la pequeña ayuda del estado, la ambición electoral de alguno que otro burócrata.

Quinto.- Porque al ser decretadas no se toma en cuenta ni las condiciones políticas, ni económicas, ni históricas, que justifican su creación.

Sexta.- Porque la conveniencia política de quienes propician mecánicamente la constitución de las comunas, los induce a proponerla irresponsablemente con el fin de llevarlos al fracaso, y con ello, al fracaso de la propuesta socialista. Aquí existe una falsa conciencia acerca de lo que significa el socialismo.

Séptima.- Porque al ser la comuna una forma superior de organización popular, resulta un contrasentido intentar construirlas en una sociedad capitalista que de hecho les resulta hostil, que las asediará permanentemente hasta su completa liquidación.

QUE CONDICIONES SON NECESARIAS PARA CONSTRUIR CON ÉXITO A LAS COMUNAS………

Primero.

Que en Venezuela se produzca una verdadera revolución socialista científica y la clase trabajadora ejerza de manera directa el control político y económico de la sociedad en su conjunto. Pero tratándose de un gobierno que es controlado por una élite burocrática y corrupta quien se dedica a hacerse del control político del aparato del estado, a practicar la corrupción con fines de enriquecimiento personal y de clase; que hace cuanto está a su alcance para desvirtuar la verdadera esencia del socialismo; entonces, cómo confiarnos en que esa gentuza pueda estar interesada en construir comunas.

Segundo.

Si la comuna es la organización más elevada, la forma de organización superior a que puedan alcanzar los ciudadanos trabajadores de manera colectiva en donde se pone a prueba su verdadera soberanía política; entonces, cómo convenir que intermediarios, burócratas y oportunistas tomen cartas relevantes en el manejo de tan delicada tarea.

Tercero

Por cuanto al empezar el proceso de construcción de las comunas, se supone que ya la sociedad ha experimentado un salto cualitativo, la sociedad socialista ha empezado a nacer, siendo la comuna, un parto suyo, y la vieja sociedad capitalista empieza a convertirse en una antigualla.

Cuarto

Por cuanto la comuna no debe de estar subordinada a caprichos políticos ni mucho menos estar permanentemente amenazada por la propiedad capitalista privada, ni por las leyes del mercado. Resulta que en una sociedad capitalista, aún con capitalismo de Estado, como es nuestro caso, el Estado regula los precios de los bienes y servicios, intentando ponerle freno a la especulación; pero en los hechos, es el mercado, quien en ultima instancia termina por imponer los precios reales con lo cual anula las decisiones del Estado, arrinconando en consecuencia a las comunas, negándoles los créditos bancarios y reduciendo el papel de las comunas a su mínima expresión. Con seguridad estamos en capacidad de afirmar que Estado y comuna se repelen, se niegan entre sí. En una sociedad donde predomine la organización de las comunas, el Estado no tiene razón de ser. La comuna niega la explotación del hombre por el hombre, la comuna niega a la burocracia, la comuna niega la existencia de las clases sociales, la comuna es la negación de los grupos sectarios. El predominio de las comunas presupone que ya la sociedad ha venido avanzando desde su etapa inferior el socialismo hasta el nivel superior de construcción que es la sociedad comunista. En esta etapa será posible ya inscribir como nuestro lema principal; la república comunera, la república del trabajo, donde no habrá necesidad de una burocracia, no habría necesidad de una autoridad superpuesta al colectivo social, no habrá explotación del hombre por el hombre, no habrá necesidad de las clases sociales ni de las luchas entre ellas. Desaparecerán los partidos políticos…..Una de las más formidables observaciones de Marx, hecha a la comuna de Paris, de 1871, consistió en advertir, que los revolucionarios que los proletarios no deberían limitarse ante un proceso insurreccional a controlar al viejo aparato de Estado burgués y a utilizarlo para sus propios fines. Por el contrario recomendaba Marx que desde un primer momento, una vez controlada la maquinaria estatal capitalista, el proletariado triunfante debía dedicarse a demoler a esa vieja maquinaria de clase y a sustituirla por la comuna que no es un nuevo aparato de Estado en si, sino que representa el gérmen de la nueva sociedad comunista del futuro.

Ahora bien. Qué debemos hacer?

¿Ignorar la existencia de los consejos comunales? ¿dejarlos a merced de los abusos de toda suerte de funcionarios arribistas y oportunistas? ¿Permitir su control por parte de alcaldes, gobernadores y de funcionarios impuestos desde el poder central?

¿Hacernos de la vista gorda, amedrentarnos ante una continua prédica perversa y oportunista fundada en la falsa creencia de que toda critica que hagamos a los errores de los lideres políticos debilita la unidad ante la oposición y que en vez de vigilancia y de critica revolucionaria lo que se impone es la disciplina y la obediencia servil?

Para nosotros “Los Comuneros”, Corriente Autogestionaria de Venezuela, se impone una necesidad histórica: Rescatar al actual proceso de las garras de una élite burguesa, ayuna de poder político, inescrupulosa en cuanto al afán de enriquecimiento, de naturaleza burguesa aunque de apariencia socialista. Rescatar al actual proceso democrático y contrarrestar su esencia capitalista y reorientarlo hacia la senda de la construcción del socialismo científico y cuyos rasgos principales serian: Eliminación de la gran propiedad capitalista privada. Eliminación del actual aparato de estado burgués, sustituyéndolo por la comuna. Comuna en cuyas manos y de manera integral habría de construirse la economía venezolana como economía en manos directas de los propios productores, sobre la base de la propiedad socialista de los medios de producción. Respetando durante un cierto tiempo la existencia de formas medianas y pequeños de propiedades mercantiles mientras que la economía socialista se consolida y de hecho demuestra su eficiencia, su interés colectivo y por la vía de la emulación progresivamente, que no por vías de decretos, va revirtiendo la existencia de dichas unidades mercantiles, llevándolas al terreno de la socialización científica. En la dirección de ese proceso, y en la medida en que los trabajadores organizados, es decir, nos referimos a los pobres de la ciudad y del campo, explotados de una o de otra manera por el capitalismo, van asumiendo de hecho, de manera directa, el control político de la sociedad, así como también, el control económico, y ello solo será posible por la vía de la creación de las comunas populares y a su vez, en la medida que desde los propias comunas se impulsa de manera franca, abierta, irreversible estas históricas tareas que le confieren a los trabajadores su rol de sujeto histórico, de protagonistas reales de los procesos de transformación de la sociedad burguesa a sociedad socialista; en esa misma medida, ese poder de los proletarios universalmente considerados, en su más amplia acepción, deberán ocuparse de ir desmontando mediante una revolución cultural permanente, y a través de una sistemática, ardua y abierta lucha ideológica en contra de toda la herencia cultural burguesa sobre la cual nos han educado, desde las escuelas, las universidades, el cine, la televisión, la prensa y todos los medios de comunicación social. No es posible producir una transformación socialista por el solo hecho de apropiarnos de los medios de producción hoy en manos de capitalistas privados, de ejercer el control sobre el viejo aparato de estado burgués, para supuestamente colocarlo al servicio de un “Gobierno Socialista”, que de socialista sólo tiene el nombre. Y no es posible, si al mismo tiempo no somos capaces de impulsar una poderosa transformación cultural sobre nuestros ciudadanos. Una revolución cultural que ponga al descubierto todas las expresiones concretas de la ideología burguesa tanto en el campo de la economía, del arte y la cultura, la religión, las costumbres en general. Pero mientras no nos sea posible prefigurar la construcción de la verdaderas comunas qué cosas deberíamos hacer?

Primero y como lo dijimos inicialmente, debemos desterrar de nuestra conciencia la falsa creencia de que el capitalismo nos vaya a permitir mansamente crear a las comunas. De lo dicho hasta aquí debemos hacer notar que aun en el supuesto de que podamos construir las comunas, las cooperativas, o los consejos comunales resultará que todas y cada una de dichas y formas de organización debido a su naturaleza asociativa deberán prepararse para sobrellevar sobre sus hombros una precaria existencia, de avatares, de contradicciones ante las continuas ofensivas del capitalismo. Este jamás les dará cuartel. Dichas formas de organización deberán actuar como especies de punto de apoyo a favor de la resistencia del movimiento popular; esto hasta que empecemos a demoler a la vieja maquinaria política denominada estado y en que comencemos a construir el socialismo científico. Es necesario que adquiramos conciencia acerca de los peligros que acecharán a estas formas organizativas de tipo asociativas a todo lo largo de la marcha revolucionaria. Vistas así las cosas, la comuna deberá considerarse como una especie de ensayo, como la verdadera prueba de fuego que nos graduará de socialistas. Una cosa si debe quedarnos clara: la comuna jamás deberá ser concebida como equivalente a una reivindicación inmediata, a una especie de pequeño mercado, a una bodega, a una agencia de empleo, a un mecanismo para recoger la basura, a servirle de comparsa a uno que otro candidato a la alcaldía o a una gobernación. En resumidas ni es un mecanismo meramente reivindicativo ni mucho menos un pequeño proyecto territorial. La comuna deberá ser en última instancia el modelo de organización de la sociedad que deberá engendrar la experiencia histórica como base para la construcción de la sociedad comunista futura. En china, a partir de haber sido derrotados en 1968, las tesis socialistas de Mao, la burocracia triunfante se trazó el camino del capitalismo de Estado haciendo desaparecer a las comunas populares. Naturalmente el interés colectivo que reflejaba la existencia de las comunas, contradecía abiertamente la restauración del capitalismo en china. Si bien, aquí, en Venezuela se habla profusamente de comunas, es sólo con el propósito de adornar un discurso que tiene olor a socialismo del siglo XXI; pero que de hecho, reconstruye al viejo capitalismo de Estado repartidor de beneficencia entre los de abajo pero sólo para neutralizarlos políticamente en sus ansías de liderazgo popular y para relegarlos al papel de suministradores de votos en cada periodo electoral.

Si nuestro pueblo trabajador no alcanza a comprender el problema de fondo de toda revolución: Es decir en manos de qué clase social debe descansar la dirección política de la nación; y a qué intereses económicos les sirve la distribución de la riqueza económica; si estos puntos vitales, continuamos tratándolos con desdén, mirándolos de manera olímpica, naturalmente, que tal vez seguiríamos alimentando nuestro ego bajo la vigencia de un socialismo de etiqueta pero de un capitalismo de hecho. Si los revolucionarios continuamos conformándonos con que desde miraflores nos envíen ocasionales señales de simpatías con que se intenta controlar a los movimientos sociales por la vía institucional; si los revolucionarios continuamos diluyéndonos en cientos de pequeños grupos sectarios. Si nos contentamos con una beca, con un empleo, con un carnet de policía, si vivimos del solo recuerdo del ayer, si nos contentamos con el hecho de que alguno que otro luchador revolucionario ocupe un cargo relevante en el gobierno bolivariano; si así continuamos pensando y actuando, entonces de hecho estaríamos arriando las banderas del socialismo científico y nos estamos convirtiendo en cómplices de una enorme estafa histórica que se esta cometiendo en contra del pueblo trabajador en nombre de un socialismo de pacotilla.

Qué hacer?

Colocar en el centro del debate:

Primero. La lucha en contra de los siguientes flagelos: La corrupción, El burocratismo, el falso socialismo que se nos está vendiendo.

Segundo. Hacer una urgente caracterización de la revolución democrática. Descubrir su naturaleza de clase capitalista.

Tercero. ¿Qué es el poder popular y cómo construirlo?

Cuarto. Definir el programa de la revolución socialista en Venezuela

quijadaea@yahoo.es

LOS COMUNEROS

Corriente Autogestionaria de Venezuela

Carlos Betancourt

(Comandante Jerónimo)

Venezuela diciembre de 2012

Aporrea / Escuela Bolivariana del Poder Popular

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