Oficina Presidencial para la Transformación del Estado

Nicmer N. Evans

La garantía de la continuidad de la gesta revolucionaria encabezada por el Presidente Chávez, la posibilidad de la institucionalización real de un Estado revolucionario y las bases del socialismo como estructura para erigir una nueva cultura política, económica y social, sólo tiene cabida si en nuestro país se inicia con rigurosidad científica y planificación estratégica la transformación del Estado.

Entre 1985 y 1998, en Venezuela predominó la tesis de la COPRE (Comisión para la Reforma del Estado), una especie de torre de Babel ideológica donde confluyeron algunos pensadores de izquierda con un muy fuerte y persuasivo sector neoliberal que predominó en todo lo concerniente a la formulación de propuestas para la modificación de ciertos elementos que a su parecer no permitían el avanzar ni el desarrollo del país.

Este referente de la COPRE, que aún a pesar de sus vaivenes, aportó elementos importantes para tratar de salvar lo que quedaba del puntofijismo, siendo uno de sus mayores éxitos la llamada "descentralización", que condujo a la elección de los Gobernadores y Alcaldes, que durante la mayoría del tiempo fueron seleccionados por el Presidente de la República del momento.

Otro tema relevante en la última etapa de la COPRE fue el planteamiento de una Asamblea Nacional Constituyente, que recibió un gran rechazo por parte de los dirigentes fundamentales de la decadencia del puntofijismo, y que encontró en el candidato Chávez un verdadero defensor, no porque lo haya planteado la COPRE, sino, por el desmoronado sistema político venezolano, que ya no soportaba más pañitos calientes y estaba exigiendo echar las bases para una transformación profunda de la concepción de hacer política y por ende de la estructura del Estado.

Pero esa tranformación aún no ha sucedido después de 14 años. En la era Chávez se ha logrado avanzar en el desarrollo de una conciencia política más aplia, con una capacidad impresionante de comprensión histórica y resolución de conflictos, y aunque nunca será suficiente, se han sentado las bases para ya no sólo depender de algunas reformas. El reformismo, vía críticada por los más ortodoxos, ha sido el soporte para poder llegar a donde hemos llegado, pero en este momento se convierte en una vía insuficiente para continuar el camino del socialismo bolivariano.

Si las acciones reformistas del gobierno del Presidente Chávez han logrado algunos objetivos claves, no es menos cierto que la visualización del Estado Comunal, exige la superación de los criterios y métodos de la COPRE, para así lograr entrar a la etapa de la Transformación del Estado, desde la cultura del servidor público y la ética de lo pública, pasando la reingeniería de las estructuras del Estado, hasta el desarrollo de nuevas relaciones sociales de producción y organización político territorial desde una concepción geo-humana.

Y esto no se logra por decreto o como parte sólo de una intención político-discursiva. La constitución de una Oficina Presidencial para la Transformación del Estado, formada por un conjunto de praxiólogos (cuadros políticos con capacidad teórica y práctica en asuntos de Estado), con compromiso ideológico con la decisión soberana de la mayoría del país de profundizar el Socialismo Bolivariano, que formen parte de la amplia diversidad de enfoques que acompañan la revolución bolivariana, es en este momento una deuda histórica, que permitirá avanzar en la aplicación certera del Plan de la Patria, y del cimiento de la verdadera irreversibilidad de la revolución iniciada en nuestro país. La no constitución de esta experiencia científica, adscrita directamente a la presidencia que permita dar aún más coherencia al conjunto de políticas públicas, normas y diseño de planes para lograr la transfosmar del Estado en todas sus dimensiones, no tengo duda que podría generar un efecto negativo al país.

evansnicmer.blogspot.com/ Escuela Bolivariana del Poder Popular

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